El Papa Francisco tuvo una audiencia atípica en el Vaticano este miércoles 17 de agosto, cuando dos episodios rompieron la rutina. En primer lugar, un miembro de la Guardia Suiza se desmayó frente a la mirada del Sumo Pontífice en la sala Pablo VI del Vaticano, luego un niño se acercó a su silla y se quedó junto a él.
El guardia suizo se derrumbó repentinamente, boca abajo, provocando un gran estrépito con su alabarda y el casco con plumas, consignó AFP. Inmediatamente fue atendido por las personas que lo rodeaban, quienes lo ayudaron a levantarse.
El portavoz del Vaticano habló sobre el episodio y aseguró que el hombre “se encuentra bien”: "Se trató probablemente de una baja de presión", detalló.
Poco después, un niño se acercó hacia el Papa mientras pronunciaba su discurso, en el que hablaba sobre “la alianza entre jóvenes y viejos”. El Papa sonrió y la audiencia siguió su curso.
“Este niño ha sido valiente al acercarse y es justo de lo que estábamos hablando: ¡alianza entre jóvenes y viejos!”, exclamó. Luego se ve que le dice algunas palabras al niño, pero no se escucha lo que hablan.
El menor, de no más de 3 o 4 años, se quedó quieto junto al Sumo Pontífice sin hacer mayor problema. Además de destacar su “valentía”, el Papa aseguró: “¡Y se queda tranquilo!”.
Cómo fue el desmayo del guardia y qué hizo el Papa Francisco
En las imágenes del incidente, se puede ver al papa Francisco, sentado en un gran sillón tapizado en tela blanca, mientras observa, con mirada preocupada pese a los anteojos, al joven guardia con su traje colorido oficial mientras retoma conciencia.
Después de unos dos minutos, el tiempo hasta que recobró el conocimiento, el guardia suizo fue acompañado fuera de la sala Pablo VI.
Según el fotógrafo de la AFP, el papa Francisco se acercó al final de la audiencia a hablar con un miembro de la Guardia Suiza, lo que no suele hacer.
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La Guardia Suiza se dedica exclusivamente a proteger al Papa. Es el ejército más pequeño del mundo y también el más antiguo, tiene más de 500 años de historia.
Las rígidas reglas de ese histórico cuerpo sorprendieron al Papa latinoamericano, quien invitó al desconcertado joven capitán a descansar tras descubrir que había pasado la noche entera de pie. Como la guardia rechazó aduciendo que las reglas se lo impedían, Francisco le dijo: "Soy el Papa y le pido que se siente", para luego ofrecerle pan y jamón.
AG / MCP