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Brexit | Cómo la ambición personal de Cameron sacudió al mundo

El quiebre de la UE impactará no sólo en la integración local sino también en la estabilidad global. Consecuencias para Argentina.

Cameron, el responsable del quiebre europeo, y del probable quiebre del Reino Unido.
| AP

No soy el capitán adecuado para dirigir este barco”, leyó el primer ministro británico David Cameron esta mañana en Londres tras el anuncio oficial de los resultados del referéndum que optó por la opción conocida en la opinión pública como “Brexit”.

Habrá escrito esa línea -analógica con la historia corsaria inglesa- al pensar, quizás, en cuan responsable es él del quiebre de esta Unión Europea (UE) que tanto esfuerzo demandó. Es que en las últimas elecciones británicas, el partido de derecha UKIP, de corte nacionalista y euroescéptico, amenazaba con quedarse con parte del electorado conservador, por lo que Cameron prometió la realización del referéndum con tal de mantener el poder político y ser reelecto, lo que finalmente consiguió en mayo de 2015.

Esta jugada peligrosa provocó lo que los principales medios de comunicación europeos denominan como un “terremoto político europeo”.

En las calles británicas se percibe la ambivalencia del Brexit, según relevó la cadena Euronews. Hay quienes lo consideran “devastador” y están los que aseguran que Reino Unido “pudo ser fuerte durante siglos estando separado y lo volverá a hacer”. El punto es ver cuan unido podrá continuar y si la bandera llamada Union Jack (combinación de las banderas de Inglaterra, Escocia e Irlanda) también sufrirá su propio quiebre.

El Brexit disparó, por caso, los deseos de Escocia de relanzar su proceso separatista e independentista. Similar impulso se percibe en la clase política de Irlanda del Norte. En ambas naciones se votó mayoritariamente por permanecer en la Unión Europea. La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacionalista Escocés afirmó que una nueva consulta popular “está sobre la mesa” y argumentó que si el Parlamento de su país considera que esa “es la mejor manera de permanecer en Europa, deberá celebrarse entonces antes de que terminen las conversaciones sobre la salida de la UE”.

Por su parte, el titular del partido republicano norirlandés Sinn Féin, Declan Kearney, cuestionó la legitimidad del gobierno central del Reino Unido sobre Irlanda del Norte. “El Gobierno británico perdió cualquier mandato que tuviera para representar los intereses económicos o políticos de los norirlandeses”, denunció.

Una buena descripción había sido la de Manuel Valls, primer ministro francés, quien hace meses advirtió que el Brexit provocará una “conmoción con consecuencias difíciles de imaginar”. De momento, entre quienes siguen de cerca las negociaciones y activación de complejos mecanismos para hacer efectiva la salida del Reino Unido, estiman que el proceso llevará al menos dos años. Regulaciones, leyes, aranceles, tránsito de personas y bienes, y otras reglamentaciones serán lo más complejo a resolver a nivel económico y financiero.

A nivel político, en Europa se teme un empoderamiento de las fuerzas ultranacionalistas y de extrema derecha. En este marco, varios discursos populistas fueron lanzados por los principales promotores de estas ideologías. En Francia, Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional francés, tuiteó: “Ha vencido la libertad”. Y aprovechó para lanzar su propio “Frexit”: "Ahora hay que convocar un referéndum en Francia y en el resto de partidos de la UE”.

Similar camino quiere generar el holandés Geert Wilders con el “Nexit”, con el objetivo de que Holanda (uno de los países fundadores de la UE) también se aleje del bloque comunitario. De la misma opinión fueron Heinz Christian Strachey (Austria), y Matteo Salvini (Italia).

La gran mayoría de los líderes euroescépticos critican la falta de autonomía por la delegación de soberanía a la Unión Europea. Y miran con recelo al liderazgo regional Alemania. Al mismo tiempo, toman como uno de los pilares de su crítica a la inmigración, en cuyas opiniones se vislumbra cierto velo xenófobo. Esta mañana, el eurodiputado Nigel Farage, líder de UKIP, proclamó que se considere al 23 de junio como “el Día de la Independencia” británica.

La realidad es que el impacto podría ser grave. Según los expertos, la salida de la UE generará pérdida de acceso al mercado interior para las empresas británicas, y afectaría también a las relaciones económicas exteriores, la libre circulación de bienes o la recepción de fondos europeos. Tal es así que, según recabó este medio, gran parte de CEOs de las más importantes empresas instaladas en Londres, hasta ahora la capital financiera de Europa, advirtieron durante los últimos días a sus empleados sobre el peligro que implicaba votar a favor del Brexit en cuanto a estabilidad laboral. Un hecho fáctico es que casi la mitad de las exportaciones de Reino Unido, según cifras de 2014,  tuvieron como destino el continente europeo. El 94% de los británicos residentes fuera de su tierra patria, votaron a favor de mantenerse dentro de la UE.

Viernes negro en los mercados tras victoria del Brexit

Este sismo político provocó un viernes negro en las bolsas de los principales mercados del mundo con caídas entre 8 y 10 puntos. En este contexto, la OCDE, que representa a los países más ricos del mundo, estimó que para el año 2020 el Brexit provocaría una caída en el PBI del Reino Unido por más de un 3%. Quien tome las riendas del país tras la virtual fuga de Cameron, deberá hacerse cargo rápidamente de generar nuevos acuerdos no sólo con los 27 miembros de la Unión Europea, sino también nuevos mercados para suplir la presunta caída de su balanza comercial.

En las últimas semanas, cientos de británicos parafrasearon a Winston Churchill e intentaron inferir qué podría haber opinado su histórico líder. Algunos lo “forzaron” a opinar a favor de la “independencia”, mientras que otros lo interpretaron en favor de su antigua idea de los “Estados Unidos de Europa”. En un mitin político de 1948, Churchill habló de formar parte de los “tres círculos majestuosos”: “El imperio del Commonwealth, el mundo angloparlante, y una Europa unida”. “Somos el único país que formamos parte de los tres, y tenemos la oportunidad de unirlos a todos”, fundamentó.

¿Argentina? No se debe caer en la tentación de pensar que son problemas 'de otros' y que están demasiado lejos como para impactar al país. Sin puntualizar sobre la evidente y establecida globalización, el gabinete económico y diplomático deberá seguir de cerca el proceso de negociación para evaluar cómo queda parada cada parte en el quiebre europeo. Hace escasos dos meses se reunieron en Bruselas representantes del Mercosur y la Unión Europea para evaluar un progreso en el intercambio de ofertas arancelarias, lo que habría repercutido favorablemente en la balanza comercial local. En 2010 Argentina ocupó el puesto número 34 entre los países proveedores de la UE, mientras que Brasil se posicionó en el 10° lugar.

Respecto de asuntos estratégicos, las islas Malvinas siempre están en la agenda. El analista y doctor en Ciencias Políticas Julio Burdman estimó que Malvinas "perdería su condición de territorio de la Unión, que le fue conferida cuando Europa reconoció la potestad británica". "Eso implicaría dejar de recibir subsidios anuales por unos cinco millones de euros, y la chapa europea, que siempre puede redundar en solidaridad diplomáticas”, señaló.

Esta tarde, a las 14.45, la canciller Susana Malcorra brindará una conferencia de prensa en la que repasará su reciente intervención en las Naciones Unidas en cuanto a demandar la reanudación de las negociaciones por Malvinas. También será la oportunidad para esclarecer si la onda expansiva del estallido europeo llegará hasta nuestras latitudes.