El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, confirmó ante el Congreso de su país que un funcionario estadounidense sufrió en China un episodio similar a los que sufrieron al menos 24 diplomáticos norteamericanos en Cuba. El jefe de la diplomacia estadounidense reconoció que la administración Trump atribuye a ataques de origen desconocido: "Vamos a averiguar lo que pasó en La Habana y ahora en China", aseguró Pompeo durante una audiencia en el Comité de Exteriores de la Cámara de Representantes.
Pompeo anunció además que para mediados de la semana que viene habrá un nuevo informe sobre los presuntos ataques a la salud de los diplomáticos estadounidenses en Cuba. Según explicó, este nuevo “ataque” se registró en Guangzhou, en el sur del país asiático: "Los indicios médicos son muy similares (a los de los diplomáticos en Cuba)", manifestó Pompeo, que aseguró que equipos médicos están investigando y que las autoridades chinas ofrecieron toda su colaboración.
"Si sienten algún fenómeno inusual auditivo o sensorial intenso acompañado de sonidos inusuales o ruidos penetrante, no traten de localizar las fuentes sino córranse hacia donde los sonidos no están presentes", aconsejó Pompeo. El funcionario detalló luego que un empleado del gobierno de Estados Unidos reportó "sutiles y vagas pero anormales sensaciones sonoras y de presión" y fue regresado a su país luego de tener varios síntomas físicos entre fines de 2017 y abril pasado que, según los médicos, corresponden a los de una leve conmoción cerebral.
Un caso, el cubano, que data del período comprendido entre fin de 2016 y mayo pasado, cuando al menos 24 diplomáticos norteamericanos experimentaron síntomas extraños, variables en cada persona, conmociones cerebrales, náusea, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, pérdida de memoria o de concentración. Ante este panorama, Washington ordenó en octubre el regreso de todo el personal no esencial en La Habana y en la expulsión de 15 diplomáticos cubanos. Los investigadores ahora manejan varias hipótesis: ataques sonoros, armas electromagnéticas o instrumentos de espionaje defectuosos, pero persiste el misterio.