INTERNACIONAL
Decisión política

Vacunas anticovid: críticas al Gobierno de Bolsonaro porque se quedó atrás

Despertó cierto malestar de los brasileños que Argentina ya cuente con vacunas contra el coronavirus y que ellos aun tengan que resolver algunas cuestiones. Echan las culpas a la "politización de la pandemia".

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Identificaron una nueva cepa de coronavirus en el estado de Río de Janeiro. | Télam

“¿Donde está la vacuna para los brasileños? ¿Hay previsión? ¿Hay presidente en Brasilia?”. Este fue un Twitter de ayer escrito por Sergio Moro, ex juez del Lava Jato y ex ministro de Justicia. Y no por azar, coincidió con el anuncio de las primeras vacunaciones contra el Covid -19 en Argentina. Otros famosos lamentaron que “nuevamente Brasil queda atrás”. Echan las culpas del retardo a la “politización de la pandemia” y le recuerdan al presidente Jair Bolsonaro que Buenos Aires se tornó la cuarta capital latinoamericana en comenzar la inmunización. El éxito argentino conmovió a los brasileños más de lo que se podría imaginar; al punto que el anuncio figuró en las tapas de los grandes diarios locales.

Ante la evidente presión periodística y política, que reclama por la “ineficiencia” del gobierno bolsonarista, el Ministerio de Salud reaccionó con un comunicado. La vacunación deberá comenzar entre el 20 de enero y el 10 de febrero. Y que para eso es preciso que “los fabricantes consigan el registro de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa)”. Para el ministro Eduardo Pazuello, un general especializado en logística, lo más probable es que el proceso se inicie en la segunda semana de febrero. Estimó que serían inoculados en el primer semestre 108 millones de brasileños, es decir, la mitad de la población.

Las demoras tienen dos causas: la primera dificultad es que no hay, todavía, un stock de jeringas que garanticen las aplicaciones. Ayer hubo una licitación, pero el Palacio del Planalto tuvo una cosecha nula: hoy cuenta apenas con 3% de ese insumo clave.

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El segundo problema es la falta de un plan nacional de compras a los laboratorios que ya volcaron el inmunizador a los mercados. Una de las críticas que le hacen a Bolsonaro es el desorden que genera la falta de foco en las prioridades planteadas por la pandemia. En estos tiempos se exige celeridad en la inmunización; inclusive como mecanismo más seguro para salir de la recesión.

El éxito argentino conmovió a los brasileños más de lo que se podría imaginar; al punto que el anuncio figuró en las tapas de los grandes diarios locales

El caso del Coronavac, el antivirus que se fabrica en China y que ahora será elaborado por el célebre instituto Butantan de San Pablo, revela el grado de improvisación nacional y la inmersión de la epidemia en las rencillas políticas. Especialmente de Bolsonaro contra Joao Doria, el gobernador paulista, a quien ve como un adversario de peso en las presidenciales de 2022. Lo cierto es que a San Pablo llegaron esta mañana las últimas partidas que China se comprometió a enviar: en total suman 10,6 millones de dosis, pero para distribuirlas es preciso contar primero con la aprobación de Anvisa; y en los cálculos paulistas esto no ocurrirá antes de fines de enero.

Bolsonaro y su gabinete apostaron a la vacuna ideada en laboratorios de la Universidad de Oxford, en conjunto con la empresa británica Astra-Zeneca. Participa en el proyecto una institución de Río de Janeiro que comenzó a fabricarla: es la fundación Fiocruz.  La dirección de ese organismo científico estatal acaba de avisar que, la próxima semana, será presentada ante Anvisa los documentos necesarios para la aceptación del inmunizante. Desde hoy, cuenta con un gran aval: el Reino Unido autorizó este miércoles el uso de emergencia de esa vacuna, gracias a la aprobación de la agencia reguladora británica, Medicines and Healthcare products Regulatory Agency (MHRA).

Una de las críticas que le hacen a Bolsonaro es el desorden que genera la falta de foco en las prioridades planteadas por la pandemia

En el caso de Pfizer, productora de la vacuna que ya fue aceptada por 40 países, el gobierno federal brasileño no logró llegar a un acuerdo. Criticó a la compañía por imponer compras y pagos, pero sin garantizar plazos de entrega. La farmacéutica acusó a Vigilancia Sanitaria de obligar a la satisfacción de criterios con los que no concuerda. Para enfrentar el desafío de la compañía norteamericana, ayer por la noche Anvisa introdujo los cambios que le exigía:  por un lado, eliminó la exigencia a la empresa para la provisión de un cronograma de entrega de las dosis. Y al mismo tiempo dejó de exigir que el laboratorio informe la cantidad que dispone para el país; basta con una previsión.

Las zarpas de Bolsonaro ya habían apretado a Pfizer hace una semana. Fue cuando dijo que “el contrato con esa farmacéutica está bien claro: ella no se responsabiliza por cualquier efecto colateral. Si uno se convierte en un yacaré, el problema es de uno, no de ellos”. Aunque no estaba involucrado en forma directa, el Butantan respondió con un Twitter cómico: “Es un fake news que, desgraciadamente, comparten con la población. Estamos seguros respecto a que ninguna vacuna transforma a alguien en yacaré”. Menos graciosas fueron las opiniones de gobernadores, enojados por las incertidumbres que ensombrecen la vacunación. Rui Costa, gobernador de Bahía, reclamó: “Los argentinos comenzaron hoy (por el martes) a inmunizar con la Sputnik V. Sin flexibilización, los fabricantes van a desistir de presentar documentas para el uso de emergencia de los inmunizantes. Y Brasil está quedando atrás en la guerra contra el Covid-19.

*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.