INTERNACIONAL
A los 91 aos, en el Hospital Militar de Santiago de Chile

En el Día internacional de los Derechos Humanos, falleció Pinochet

El ex jefe del Ejército ayer murió a las 14.15, en la clínica donde estaba internado desde el domingo pasado tras sufrir un infarto. Si bien su estado era de “riesgo vital”, había mejorado durante la semana. La presidenta Bachelet, secuestrada y torturada durante el gobierno de Pinochet, decidió que no habrá duelo oficial ni funeral de Estado. Hubo incidentes .

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En el Hospital Militar de la ciudad de Santiago de Chile murió ayer, a los 91 años, el ex dictador Augusto Pinochet, quien estaba internado desde hace una semana tras sufrir un infarto de miocardio y un edema pulmonar. La muerte se produjo en el mismo día en que su esposa, Lucía Hiriart, cumple 84 años.

Los restos del ex dictador fueron trasladados hoy a la Escuela Militar de Santiago, donde se levantará una capilla ardiente previa a sus exequias programadas para el martes, según informó a laAFP una fuente del hospital donde falleció. El féretro permanece en el centro de salud y el traslado fue pospuesto, dijo la fuente, que pidió reserva de su identidad.

"A las 13:30 horas el ex Comandante en Jefe del Ejército Augusto Pinochet sufrió una inesperada y grave descompensación, que obligó a trasladarlo en estado crítico a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde se le aplicaron todas las medidas médicas de resucitación. Sin embargo, los médicos no tuvieron éxito y dejó de exitir a las 14:15 horas", indicó el parte médico brindado por el director del hospital, Ignacio Vergara.

Según fue comunicado por el vocero presidencial Ricardo Lagos Weber en una breve conferencia de prensa en La Moneda, la Presidenta Michelle Bachelet decidió que no habrá duelo oficial ni funeral de Estado. El portavoz oficial dijo que Pinochet sí recibirá "los honores que corresponden para un ex comandante en jefe del Ejército", aunque no los de un ex presidente.

Lagos Weber indicó también que los restos de Pinochet serán velados en capilla ardiente dentro de la Escuela Militar hasta mañana 12, día en que a las 11 de la mañana se realizará allí una misa fúnebre a la que no asistirá la presidenta Bachelet sino su ministra de Defensa, Viviane Blanlot. Posteriormente al acto, el cadáver será cremado y entregado a la familia.

El vocero presidencial informó también que el Gobierno autorizó la colocación de banderas a media asta en todas las instalaciones del Ejército y "velará para que se mantenga un clima de tranquilidad y ecuanimidad institucional dentro del país".

En el edificio de las Fuerzas Armadas ubicado en el centro de Santiago, la bandera chilena ya había sido colocada a media asta mucho antes de la autorización y el reporte del funcionario, mientras que en la casa de gobierno de La Moneda permaneció incólumne en todo el día y no será bajada.

Festejos, tristeza e incidentes. Mientras los partidarios del militar se reunieron para llorarlo en las inmediaciones del centro de salud, una multitud de alrededor de 2000 personas festejaba en la Plaza de la Ciudadanía, frente a la casa de gobierno chilena, cuando poco después de las 19 los carros hidrantes de las fuerzas de seguridad comenzaron a dispersarla mediante el lanzamiento de chorros de agua y gases lacrimógenos. Sin embargo, los manifestantes, entre quienes hubo heridos y detenidos, no se resignaban a abandonar el lugar, y enfrentaban a los policías arrojándoles piedras y otros elementos contundentes.

Los incidentes se produjeron por más de media hora y comenzaron cuando los manifestantes opositores al ex dictador sobrepasaron las barreras de contención dispuestas en la plaza.

Por su parte, más de un centenar de fieles partidarios al ex dictador lo lloraron desconsoladamente frente al Hospital Militar, en medio de consignas a favor del fallecido y de gritos pidiendo duelo nacional por su muerte. Algunos protagonizaron asimismo incidentes aislados con opositores a Pinochet, controlados por el gran contingente de Carabineros destacado en el lugar.

Poco antes de las 19, los adeptos al General (r) cargaron con furia contra el periodista Iván Núñez, de la cadena Televisión Nacional, y otros reporteros de esa estación, a los que insultaron y agredieron antes de dirigirse hacia la salida de la clínica para esperar la salida del carruaje fúnebre.

Las escenas de tristeza y odio vistas en el Hospital contrastaron con los festejos que espontáneamente protagonizaron vastos sectores de la población chilena, que con bocinazos desde sus autos o lanzándose a las calles con banderas celebraron el fallecimiento del ex gobernante.

Tales demostraciones de alegría tuvieron como escenario preferido a la Plaza de la Constitución, donde frente al monumento a Salvador Allende se produjo una manifestación espontánea de miembros de organizaciones de izquierda y ciudadanos independientes con banderas y pancartas en contra de Pinochet.

El ex titular del Ejército, figura central de la historia chilena del siglo XX, protagonizó un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, derrocando al socialista Salvador Allende, quien se suicidó ese día en el Palacio de La Moneda, sede presidencial.

Durante 17 años gobernó con mano de hierro un país en el cual, decía, no se movía una hoja sin que él lo supiera.
Para los empresarios, la derecha y los grupos nacionalistas, Pinochet fue “el hombre que salvó a Chile del comunismo” y logró el despegue de la economía tras privatizar numerosas empresas del Estado.

Pero los cientos de fusilamientos de opositores y sindicalistas al comenzar su régimen dictatorial, fueron la primera señal del costo que Pinochet impondría a la sociedad chilena con el fin de implantar una "democracia protegida del peligro comunista", con el firme apoyo de su Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la policía militarizada de Carabineros.

La encarcelación de los líderes de la Izquierda, el exilio de un millón de chilenos y la dura represión de las protestas masivas, que provocaron miles de torturados, muertos y desaparecidos a partir de mayo de 1983 obligaron a los movimientos políticos a salir de la clandestinidad.

“Yo dejo que crezca la mala hierba, pero cuando está crecida la corto de raíz”, advirtió entonces Pinochet, convertido en Capitán General y respaldado por una nueva Constitución autoritaria que aprobó en un plebiscito, en septiembre de 1980, para extender su régimen en un marco de legalidad.

Experto en geopolítica y estrategia, el general perdió sin embargo su batalla más decisiva, cuando en el plebiscito de 1988 más del 53 por ciento de los votantes dijo «No». El fracaso se repitió en las elecciones presidenciales de 1989, y en marzo de 1990 asumió la presidencia el democristiano Patricio Aylwin.

Cuando abandonó el poder, en 1990, dejó tras de sí una pesada cuenta en materia de derechos humanos, y desde 1998, cuando fue detenido en Londres, ha sido objeto de múltiples procesos por esos crímenes y también por corrupción.

Al cumplir 91 años, Pinochet entregó un mensaje a sus partidarios y al país, en el que asumió su "responsabilidad política" por los crímenes atribuidos a su dictadura de casi 17 años. "Hoy, cerca del final de mis días, quiero manifestar que no guardo rencor a nadie, que amo a mi patria por encima de todo y que asumo la responsabilidad política de todo lo obrado", afirmó entonces.