El estado de Arkansas aprobó el martes una de las leyes más restrictivas contra el aborto con la esperanza de presionar a la Corte Suprema de Estados Unidos para que revoque un fallo que en 1973 extendió este derecho a todo el país.
Asa Hutchinson, gobernador de dicho estado, se comprometió a apoyarla aclarando: "Firmaré la ley por su abrumador apoyo legislativo y mis sinceras creencias provida".
La disposición prohíbe la interrupción del embarazo "excepto para salvar la vida de la madre embarazada en una emergencia médica". No hace ninguna excepción en el caso de violaciones, incesto o anomalía fetal.
El texto no debería entrar en vigor antes del verano, y la poderosa unión estadunidense por las Libertades Civiles (ACLU) ya ha anunciado que lo impugnará en los tribunales.
Cualquiera que viole la ley, se arriesga a una multa de hasta 100.000 dólares y una pena de prisión de hasta 10 años. Por su parte, los médicos que practiquen un aborto más allá de este período se enfrentarán a sentencias de hasta dos años en la carcel.
El pasado 18 de febrero, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, había firmado otra ley muy restrictiva, que prohíbe el aborto a partir de las seis semanas de gestación, siendo este el período en el que suele detectarse el primer latido del feto.
Durante los últimos 20 años, los estados del sur y el centro del país han incrementado el número de medidas contra la interrupción del embarazo por ejemplo, obligando a muchas clínicas a cerrar sus puertas.
JFG