El papa Francisco, quien se encuentra de visita en México, visitó una de las cárceles más peligrosas del país azteca, ubicada en Ciudad Juárez: "El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando", manifestó.
"La misericordia nos recuerda que la reinserción no comienza en estas paredes, sino que comienza afuera, comienza creando un sistema que podríamos llamarlo de salud social", dijo su Santidad frente a los presentes.
"El problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad que afectan a todo el entramado social"; agregó.
"A veces pareciera que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de rehabilitación", manifestó el pontífice en el Centro de Readaptación Social 3 de esta localidad fronteriza con Estados Unidos", según informó la agencia AFP.
Le dijo a los presos que la historia no puede volver atrás, pero "quien ha sufrido el dolor al máximo, y que podríamos decir experimentó el infierno puede volverse un profeta en la sociedad".
"La misericordia divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte", expresó.