El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, anunció ayer la victoria frente a Estado Islámico, que en 2014 amenazó la existencia del país al conquistar un tercio del territorio.
“Nuestras fuerzas controlan completamente la frontera iraquí-siria y por lo tanto anuncio el final de la guerra contra Daesh”, acrónimo en árabe de EI, dijo Haider al-Abadi.
La derrota militar de EI en Irak, que fue posible gracias al apoyo crucial de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, marca un giro en la lucha, iniciada hace tres años, contra el grupo yihadista.
Blanco de múltiples ofensivas desde hace más de un año, EI también perdió la mayor parte del territorio conquistado en la vecina Siria, y su califato autoproclamado en 2014.
Civilización. “Nuestro enemigo quería matar nuestra civilización pero hemos ganado gracias a nuestra unidad y determinación. Los hemos derrotado en poco tiempo”, añadió el primer ministro iraquí.
“Les anuncio una buena noticia: la liberación por parte de las fuerzas iraquíes de toda la frontera iraquí-siria”, proclamó Al-Abadi.
De esta manera, afirmó, Irak ha concluido la “liberación de todas las regiones del país”, una victoria “no sólo para los iraquíes, sino también para los árabes, los musulmanes y el mundo”.
El jefe del mando conjunto de operaciones (JOC), el general Abdel Amir Yarallá, afirmó por su parte que durante la última “operación de limpieza, el ejército iraquí y el Hashd al Shaabi, las milicias chiitas, consiguieron liberar el llano desértico de Al Jazira entre la provincia de Nínive y Al Anbar, con el apoyo de la aviación iraquí”. Las fuerzas iraquíes “controlan ahora toda la frontera con Siria, entre el punto de paso de Al Walid y el de Rabia”, separados por 435 km de distancia. Según la coalición internacional, la milicia terrorista ha perdido más del 95% de todo el territorio que llegó a controlar en Irak y Siria. En los últimos meses ya había sido expulsada de Mosul, en el norte de Irak, así como de las ciudades sirias de Al Raqqa y Deir ez-Zour.
Pero, según los expertos, EI mantiene la capacidad de actuar y puede todavía derramar sangre, volviendo a la clandestinidad y perpetrando atentados mortíferos.
Califato. En 2014, EI se apoderó de un tercio del país en una ofensiva relámpago, controlando casi la totalidad de las regiones sunitas del oeste, el centro y el norte del país.
Tras tomar el control de un territorio equivalente a Italia, a caballo entre Siria e Irak, proclamó un califato con dos capitales, Mosul en Irak y Raqa en Siria.
El ejército iraquí, desamparado, se había batido en retirada frente al avance de los yihadistas. Ante el peligro inminente, el ayatolá Alí Sistani, principal figura espiritual de la comunidad chiita, hizo un llamado a la movilización general.
Este llamamiento desencadenó la creación de las fuerzas paramilitares Hashd al Shaabi, chiitas, que cuentan con decenas de miles de efectivos y que ayudaron a las fuerzas gubernamentales en sus ofensivas contra EI.
De vuelta al combate, las fuerzas de seguridad iraquíes, apoyadas por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, lanzaron progresivamente la contraofensiva para reconquistar, en 2016, Faluya y Ramadi en el oeste, pero sobre todo Mosul, en julio pasado.
La última batalla se produjo recientemente en el desierto, cerca de la frontera siria.