Una joven inglesa de 23 años que estaba de vacaciones en Grecia en 2016 quedó ciega luego de que le sirvieran un trago de vodka que contenía metanol. Si bien el hecho ocurrió hace tres años, ahora brindó una entrevista para contar lo que padeció.
Hannah Powell, una inglesa de 23 años, se encontraba de viaje con dos amigas cuando le sirvieron una bebida alcohólica que contenía metanol. Esa noche tuvo vómitos propios de una borrachera, pero a la mañana siguiente despertó sin poder ver.
La joven le pidió a sus acompañantes que corran las cortinas para que entre la claridad, a lo que ellas le respondieron que ya lo habían hecho. "Pensé que estaban bromeando, así que me levanté y encendí la luz. Ahí fue cuando entré en pánico, cuando me di cuenta de que no podía ver nada", recordó en una entrevista que concedió en los últimos días a la BBC.
Asimsimo, se encontraba tan confundida que, en su delirio, pensó que la habían secuestrado."No sabía por qué no podía ver. Pensé que tenía algo alrededor de los ojos o en mi cabeza. Recuerdo contestarle algo a mi papá en el teléfono", relató al tiempo que agregó: "Él me decía que no me preocupara, que estaba viajando para aquí pero la línea se cortaba. Recuerdo que me escondí el teléfono bajo la axila porque pensaba que me lo iban a sacar".
En ese momento fue trasladada a un hospital y allí le confirmaron que sufría envenenamiento por metanol. Luego descubrieron que en un bar les habían servido vodka no regulado mezclado con esa sustancia que suele emplearse como anticongelante, disolvente y combustible.
Sus amigas, quienes también bebieron el trago, experimentaron otras cosas consecuencias a corto plazo como calambres estomacales y vómitos. "Aparentemente, las mafias lo preparan en los bosques y lo venden barato a los bares, que rellenan sus botellas con eso", advirtió la víctima, que debió someterse a diálisis durante 18 meses porque sus riñones ya no funcionaban. Finalmente su madre le donó uno.
Después de tres años dejó de ver todo negro y empezó a percibir imágenes borrosas. Ahora planea tener un perro guía para ganar independencia. Si bien pasó mucho tiempo desde ese viaje, no hay responsables por lo que pasó.
"Nadie quiera asumir responsabilidades, yo no esperaba que lo hicieran, pero creo que alguien debería hacerlo", completó la joven al tiempo que concluyó: "O el bar sabía que vendía alcohol adulterado o alguien lo preparaba. De cualquier manera, eso no tiene nada que ver conmigo y yo no lo hubiese tomado si hubiese sabido".
F.D.S./