La Paz está sufriendo ya escasez de combustibles y algunos alimentos debido a los bloqueos de carreteras concebidos, en varias zonas de Bolivia, por los seguidores de Evo Morales. El llamamiento de los manifestantes, muchos de ellos campesinos y obreros, a cercar la capital, en protesta por la renuncia del líder indígena y su posterior exilio está comenzando a hacer mella.
"No hay combustible", dice el taxista Juan Carlos Álvarez, señalando el medidor de gasolina en el panel de su automóvil, que marca menos del 10 por ciento de la capacidad del tanque. "En cuanto se me acabe, ya no voy a tener ingresos. Habrá que esperar no más, pero tengo ahorrado quizás unos 1.000 bolivianos (unos 8.585 pesos argentinos) y con eso sobrevivimos en mi casa apenas una semana", comenta el taxista, que cree que los paceños van a comenzar a impacientarse si siguen los bloqueos.
"Si estoy unos cuantos días sin trabajar, obviamente hay que empezar a protestar, y que el Gobierno ya ponga una solución. Esto ya no es solamente un problema político. Afecta a toda la población. Y toda la población no vive de política. Además, los precios de muchos productos han subido, debido a la escasez", subraya.
Los chóferes de La Paz reportaron pérdidas de 60 millones de bolivianos (unos 528 millones de pesos argentinos) en las últimas tres semanas, debido a huelgas, paros, y bloqueos, antes protagonizados por los opositores a Morales, y, desde hace una semana, por sus seguidores. El 80 por ciento de los vehículos no están trabajando, según datos del sindicato local.
Parte de las gasolineras de la capital están cerradas, y en las que continúan abiertas se producen grandes filas. Comienza a haber un grave problema, también, de basura en la calle, dado que los camiones recolectores tampoco tienen combustible suficiente. La alcaldía está ejecutando un plan de emergencia, dando prioridad a la recogida en zonas de alto riesgo de infecciones, como los mercados.
Bloqueo de la planta de Senkata
El foco del desabastecimiento es la planta de Senkata, situada en la ciudad de El Alto, bastión de Morales, vecina a la Paz, y sitiada desde hace días por seguidores del expresidente, que no permiten la salida de ningún camión cisterna.
"Han hecho despertar al león dormido que somos los alteños. Ya nos metieron bala en la guerra del gas, en 2003, y resistimos. Ahora métannos balas de vuelta, que vamos a ofrendar nuestras vidas. Yo, la mía si es posible. No tengo miedo porque amo a Bolivia. Queremos la renuncia inmediata de la presidenta interina, Jeanine Áñez, y, si se da, este bloqueo se levanta ya nomás", señala Jesús Callocusi, en el bloqueo frente a la planta de hidrocarburos.
Al lugar no se puede llegar en auto, porque varias barricadas fueron levantadas en las rutas que llevan a Senkata, la central de la estatal YPFB en la zona. Piedras, alambre quemado, barreras de metal y fogatas, vigilados por centenares de vecinos, impiden el paso.
A unos 100 metros de la planta, fueron cavadas varias zanjas, de aproximadamente un metro de profundidad, por un metro de anchura, para evitar el paso de los camiones cisterna, custodiados por un destacamento militar, atrincherado en el interior del edificio. "Nosotros no tenemos miedo de los militares, si ya se han dado tantas vidas. Ya han venido y han dejado seis tanques. Están adentro. Nosotros hacemos vigilia todo el tiempo. Hacemos turnos. Incluso ha llegado gente de los pueblos y otros departamentos, y están durmiendo aquí", explicó Marlene Laso, otra de las vecinas de la zona.
En los mercados faltan productos básicos
La falta de combustible y los bloqueos de rutas están comenzando a afectar severamente a los mercados de la capital, donde escasean productos como frutas y hortalizas, huevos, carne y pollo. También pan, ya que muchas de las panificadoras funcionan a gas, y el suministro se ha interrumpido por el bloqueo de Senkata y la "intempestiva caída de presión" de un gasoducto.
"No hay verdura. No hay tomates. Ni algunas hortalizas, que vienen 'de abajo', de Santa Cruz, y está todo bloqueado. Sí hay cebollita y papita. Pero lo demás no. La carne escasea. Y el pollo también, bien caro", comenta Marta, dueña de un puesto del sector Canchón Belén, del mercado Rodríguez, en el centro de La Paz. El 90 por ciento de las tiendas del sector están tapadas con plástico azul, lo que significa que no dan servicio.
"Hay muchos puestos cerrados porque no hay qué cosa vender. Ellos vendían tomates, hortalizas, apio, perejil, pan... y de eso, no hay", subraya Marta. Cuando se encuentran, porque esos productos no desaparecieron completamente de los mercados, es a precios estratosféricos. El kilo de carne de cadera res, por ejemplo, casi duplicó su precio con respecto a hace un mes, llegando a costar 60 bolivianos (unos 500 pesos argentinos) cuando se encuentra en los mercados.
Los paquetes de 30 huevos costaban 26 bolivianos (225 pesos argentinos) y ahora se encuentran a 60 bolivianos (515 pesos argentinos), produciéndose grandes colas en el mercado Rodríguez cuando llegan nuevos lotes a precios más bajos.
El Gobierno interino dice estar negociando
El Gobierno de la conservadora Jeanine Áñez, declarada presidenta interina el pasado martes, en una sesión del legislativo sin quórum ante la ausencia de los parlamentarios del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, intentó paliar la situación creando un 'puente aéreo' de suministros con la ciudad de Santa Cruz, para saltar los bloqueos.
De esa manera llegaron el domingo a La Paz 35 toneladas de carne de res y 36 toneladas de carne de pollo, que fueron vendidas este lunes en la capital, generándose largas filas en los puntos de distribución.
El Gobierno interino dice estar negociando, sector a sector, para levantar los bloqueos de carreteras e instalaciones, aunque los alteños que bloquean la planta Senkapa aseguran que con ellos no habló nadie.
También importó hidrocarburos de Lima y Chile para paliar la emergencia por el desabastecimiento en la capital. Está previsto que lleguen a La Paz un centenar de camiones cisterna. El desabastecimiento afecta también a otras ciudades como Cochabamba, Sucre, Potosí y Oruro.