La mitad de los brasileños cree que la habitual retórica golpista del presidente Jair Bolsonaro, que cuestiona al Poder Judicial, sostiene que no cumplirá sus eventuales sentencias, advierte que “solo Dios” lo sacará del poder o elogia a los militares, podría desembocar en un golpe de Estado, según una encuesta de la consultora Datafolha divulgada ayer.
El temor a que Brasil vuelva a ser una dictadura, como entre 1964 y 1985, es el más alto desde que la consultora mide esa tendencia en la opinión pública, desde 2014: 51%, frente a 45 que rechazan esa posibilidad y 5 por ciento que no saben o no contestan.
Entre ese 51% que cree que el mandatario podría dar un golpe o un autogolpe contra otras instituciones, un 30% ve esa hipótesis como “muy posible”.
El 48 por ciento de los votantes del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva ven como una posibilidad un golpe, seguidos por un 44% entre los homosexuales y un 42% entre los desempleados. Por otra parte, el 78% de los empresarios no ven posible que Bolsonaro impulse un golpe, lo mismo que piensa el 54% de los evangélicos.
La encuesta se conoció una semana después del mayor desafío de Bolsonaro a las instituciones democráticas. El siete de septiembre, Día de la Independencia, convocó marchas populares en las que aseguró que no obedecería a resoluciones de la Corte Suprema, mientras grupos de camioneros convocados por el mandatario amenazaban con invadir el edificio de la Corte y paralizar el país.
Desde que era un diputado de gestión intrascendente, Bolsonaro, un capitán retirado del Ejército, es un apologista de la última dictadura militar brasileña cuyo mayor error, sostuvo, es no haber matado tanto como la chilena y durante la campaña aseguró que su mayor héroe era un conocido torturador del regímen instaurado en 1964, Carlos Alberto Brilhante Ustra.
Impeachment. La misma encuesta apunta que el 76 por ciento de la población respalda un posible impeachment o destitución de Bolsonaro si incumple una orden judicial, como amenazó.
Según el estudio, el 21 por ciento considera que no debería recibir castigo alguno si incumple un mandato judicial y el 3 por ciento no quiso opinar. El estudio se realizó a partir de 3.667 entrevistas en 190 ciudades brasileñas entre el 13 y el 15 de septiembre.
Por edades, los jóvenes -16-24 años- son los que más defienden el impeachment con un 86 por ciento, que también tiene especial apoyo entre el tramo más pobre (82 por ciento).
Por el contrario, los más tolerantes al incumplimiento de dictámenes judiciales son los más ricos (32 por ciento), los empresarios (39 por ciento) y quienes aprueban el desempeño de Bolsonaro (59 por ciento).