La fiscal general de Venezuela en el exilio, Luisa Ortega Díaz, logró la semana pasada un primer fallo contra Nicolás Maduro. En Bogotá, donde se radicó el año pasado tras denunciar la “ruptura del orden constitucional” en su país, impulsó un juicio contra el presidente por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, que culminó con una condena a 18 años y tres meses de prisión, a cumplir en la cárcel militar de Ramo Verde, donde estuvo recluido Leopoldo López.
Los jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en el exilio fallaron contra el presidente de Venezuela, tras revisar los 18 expedientes probatorios que presentó la fiscal general. En diálogo telefónico con PERFIL, Ortega Díaz cuestiona con severidad al jefe de Estado, quien, según ella, usurpa su cargo: “Lo acusé por corrupción y legitimación de capitales. Maduro está relacionado con los pagos que Odebrecht hizo para su campaña electoral y la de Hugo Chávez. Pidió 50 millones y le dieron 35. Los recibió con la promesa de que si ganaba las elecciones, iba a beneficiar a esa empresa. Detectamos 13 obras de Odebrecht que se pagaron y no fueron concluidas”.
—¿Qué pasará con Maduro tras el fallo del TSJ en el exilio?
—Lo que le pase a Maduro es responsabilidad de él, nomás. Se ha buscado todo lo que le pueda pasar. Ha cerrado todos los caminos democráticos. No cumple la Constitución; se inventó la Constituyente; y no da cuenta del gasto público.
—¿Quién cree que estuvo detrás del supuesto atentado contra Maduro?
—Para mí fue un invento de ellos. Ese magnicidio frustrado sirvió para perseguir a la oposición, a los ciudadanos comunes y corrientes. No me extraña que hayan montado eso para hacer creer a la comunidad internacional que hubo un atentado contra Maduro.
—¿Por qué detuvieron al diputado Juan Requesens?
—Todos los que reclaman, protestan y critican al gobierno son encarcelados, perseguidos, asesinados u obligados a abandonar el país. Por eso hay millones de venezolanos en el exilio. Requesens había pronunciado un discurso muy vehemente en el Parlamento y quizás eso les molestó. En Venezuela una persona pone un tuit y enseguida lo allanan por conspirar. Reclamar los derechos significa una traición a la patria.
—El gobierno de Colombia denunció que esta semana hubo una incursión en su territorio de dos helicópteros y treinta militares venezolanos. ¿Cree que Maduro busca un conflicto militar con el país vecino?
—Está buscando distraer a la población venezolana de la hambruna que está pasando. Por eso, se inventa enemigos externos e internos. Le echa la culpa a Estados Unidos; a la guerra económica, que nunca explicó en qué consiste; dice que Colombia conspira para matarlo. Son maneras de distraer.
—¿Qué casos de corrupción del chavismo involucran a autoridades o ex autoridades de Argentina?
—En este momento estoy concentrada en Venezuela, en Maduro y los que lo rodean. Tengo muchas pruebas de muchas cosas. Estamos luchando para que la diáspora pueda regresar. Quiero enviar un mensaje a los venezolanos en Argentina: no pierdan la esperanza. También decirle muchísimas gracias al presidente Mauricio Macri por el trato que les da a mis compatriotas.
—Años después, ¿se arrepiente de algo como fiscal general de Venezuela? Concretamente, ¿se arrepiente de impulsar el proceso judicial que llevó a la cárcel a Leopoldo López?
—Yo no hago de eso un punto de honor. Si tengo que pedir perdón y ofrecer disculpas por alguna acción que he ejecutado en beneficio de los venezolanos, lo hago. Quiero la libertad de los venezolanos, que impere el Estado de Derecho, la alegría, la esperanza, el progreso de mi país. Haré todo lo que sea necesario para que eso vuelva a Venezuela. Si me equivoqué, lo digo, no tengo problemas.
—Denunció que enviaron sicarios para matarla. ¿Teme por su seguridad?
—En Venezuela, muchos voceros del chavismo me deseaban la muerte en los medios de comunicación, decían que iban a encarcelarme, que tenían que matarme. Aquí en Bogotá intentaron secuestrar a uno de mis asistentes. Ese episodio lo está investigando el Ministerio Público Fiscal de Colombia. Querían llevárselo a Venezuela y exhibirlo allá, como hicieron con el diputado Requesens.
—¿Por qué otros altos cargos del Estado no se rebelaron contra Maduro, como usted?
—Desconozco las razones por las que no lo hicieron. En ese momento algunos manifestaron que se iban a pronunciar. Después no lo hicieron. Esto es un tema de principios. Yo no podía comulgar, no me podía hacer cómplice. Maduro es un déspota, un tirano. Superó a Benito Mussolini, Adolf Hitler y a Iósif Stalin.