Los familiares de los ex combatientes argentinos fallecidos en la Guerra de Malvinas, que esta semana identificaron los cuerpos enterrados en Darwin, tenían una orden expresa: no llevar banderas argentinas, ni ningún otro símbolo patrio a las islas. Esa fue la exigencia de la Corona británica para que se llevara a cabo la identificación de los jóvenes que murieron en el conflicto militar de 1982 y fueron sepultados en suelo del archipiélago con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
Nada celeste y blanco, ni siquiera una escarapela. La consigna fue clara: ningún elemento que mostrara el color de la patria por la que esos 88 héroes murieron en el sur. Ni siquiera en medio de una jornada histórica en la que los familiares llegaban a Malvinas a ponerle nombre a las tumbas para que esos argentinos puedan descansar en paz luego de 36 años.
Desde la Cancillería confirmaron a Perfil que los familiares no podrían pisar las islas si hacían flamear los colores patrios argentinos. “Es un tema humanitario y desde el principio les comunicamos a los familiares que no iban a poder llevar banderas argentinas”, confirmaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. A pesar de que Argentina cedió ante la imposición británica, en el gobierno de Mauricio Macri sostienen que aceptar este impedimento no representa ninguna cesión de soberanía. “Lo de las banderas argentinas es un tema menor”, destacan desde el Palacio San Martín.
Esa fue la principal condición que se puso en la mesa de negociaciones llevadas a cabo por Argentina, Gran Bretaña y los kelpers. También se les exigió no llevar nada, ni flores, ni ningún rosario. Las ofrendas que iban a dejar en las tumbas de sus seres queridos tenían que estar rigurosamente controladas y serían entregadas por la Comisión de Familiares en antes de llegar a Darwin. No se había dejado nada librado al azar para que el celeste y blanco no apareciera en ninguna de las fotos de ese día histórico.
El macrismo en este caso se diferencia del kirchnerismo. Cuando en 2009 se inauguró el cementerio de Darwin, por caso, y se puso en condiciones el lugar sagrado en el que se enterraron a los soldados argentinos con una misa y la visita de la delegación argentina, muchos familiares desplegaron al llegar a Darwin banderas y símbolos argentinos que llevaban desde Río Gallegos escondidos entre sus ropas. Luego las volvieron a guardar en sus mochilas y regresaron a Puerto Argentino para viajar a la Argentina. En ese momento, las banderas se exhibieron solo en el lugar donde yacen los ex combatientes argentinos.
Pero parece ser que los kelpers no quieren ver nada que les recuerde a la Argentina. Hace unos años, se buscó imponer este deseo por ley. En 2014 se difundió entre los kelpers un petitorio para pedir a la legislatura de las islas que sancionara una ley que prohibiera flamear insignias argentinas en Malvinas, sosteniendo que los isleños se sienten “provocados por esta bandera”. El petitorio no se convirtió en ley, pero al menos, los kelpers lograron ahora imponer sus exigencia. “Es difícil decirle que no al vencedor. Cuando nos sentamos a negociar, sabemos que nos van a imponer algo”, reconoció a Perfil un diplomático argentino que participó de la gestión para que se identifique a los soldados argentinos.
Un familiar que viajó a Darwin y pidió no ser identificado, para que al menos, la dejen volver a Malvinas en otra oportunidad, confesó a Perfil: “Yo sé que mi hermano hubiera querido tener la bandera argentina en su tumba. El murió por esa bandera y yo soñaba con dejar esos colores al lado de la placa que ahora lleva su nombre en la cruz. La verdad es que no entiendo porque no se puede”.
En medio de un nuevo aniversario de la guerra, el Presidente recibirá el lunes a los familiares de los caídos en Malvinas. Quizá Macri pueda explicarles a los familiares por qué aceptó la exigencia británica.