El gobierno británico se asegurará de que "ninguna empresa que se beneficie de los trabajos forzados" de la minoría musulmana uigur en China "pueda hacer negocios en el Reino Unido", afirmó el martes el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
Denunciado la "barbarie" de Pekín, Raab aseguró ante el parlamento que existen "pruebas de la escala y la gravedad de las violaciones de los derechos humanos que se están perpetrando en (la provincia china de) Xinjiang contra los musulmanes uigures".
Y anunció "una serie de nuevas medidas para enviar un claro mensaje de que estas violaciones de los derechos humanos son inaceptables, y para proteger a las empresas y organismos públicos del Reino Unido de cualquier implicación o vinculación con ellos".
Estas "ayudará a asegurar que ninguna organización británica, gobierno o sector privado, deliberada o inadvertidamente, se beneficie o contribuya a las violaciones de los derechos humanos contra los uigures u otras minorías en Xinjiang", agregó.
Así, el ejecutivo "llevará a cabo una revisión urgente de los controles de exportaciones" procedentes de Xinjiang y "cualquier empresa que se beneficie de los trabajos forzados se verá excluida de las adquisiciones", afirmó.
Trabajos forzados en China
Los uigures son el principal grupo étnico de Xinjiang, una enorme región de China que limita con Afganistán y Pakistán. Según expertos y grupos de derechos humanos, al menos un millón de uigures han sido detenidos en los últimos años en campos de reeducación política que se utilizan para trabajos forzados.
Recientes informes del Instituto de Política Estratégica de Australia (ASPI) mostraron fotos vía satélite en donde se habrían identificado hasta 380 "centros de detención" en la región. Se comentó asimismo que la red de estas instalaciones era más grande de lo estimado y se estaba "expandiendo", así como los "trabajos forzosos".
Con información de AFP.