El inicio del otoño en Suiza, acerca las fechas de vacunación contra la gripe, cuyo apogeo podría llegar hacia enero del 2021, razón por la cual octubre venidero es quizá el mejor mes para vacunarse, de modo que la vacuna se encuentre suficientemente instalada en el organismo de los pacientes cuando el virus gripal llegue a las fechas de mayor infección, en pleno invierno.
La pandemia de coronavirus continua estable en Suiza, alrededor de 400 contagios diarios. Solo el 3% de los 7000 test cada 24 horas son positivos, con 20% de asintomáticos. Los fallecimientos están en baja, menos de 100 cada 24 horas. Pero la situación se considera aun de “alto riesgo”, no obstante bajo control. En total, cerca de 50 mil personas en Suiza han contraído el coronavirus en estos últimos 8 meses, sobre 6,5 millones de habitantes, con el añadido de casi 1800 fallecimientos. Se cuentan paralelamente unas 14 mil personas en cuarentena (6102 por haber estado en contacto con un infectado, 7731 al retornar de un viaje a un país a riesgo).
Por lo pronto, solo un tercio de la población, según los sondeos oficiales, se anima a concurrir a los eventos culturales que han recomenzado, siempre bajo estrictas medidas sanitarias en los lugares de esparcimiento, junto al respeto de la distancia entre las personas, el uso de mascaras y el lavado sistemático de manos en toda circunstancia. Los cálculos planetarios difundidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde su sede en Ginebra, arrojan el saldo de 30 millones de infectados en el planeta por el Covid-19, cuyos dos tercios se han sanado, mientras se contabilizan cerca de un millón de muertos.
El parlamento suizo podría declarar obligatoria la vacuna contra el coronavirus
Para la Oficina Federal de Salud Publica, existe potencialmente “concomitancia” entre la gripe y la pandemia del coronavirus, al margen que los síntomas entre las dos enfermedades son similares y van a complicar los diagnósticos: fiebre, tos, fatiga y dolores musculares. La Confederación Helvética ya dispone de 1.200.000 dosis mínimas para sostener la campaña antigripal, lanzada para invitar a vacunarse todas las personas a riesgo del Covid-19 (los mayores de 65 años, las mujeres embarazadas y los bebes prematuros hasta 2 años de edad). Entre tanto, Suiza brega para conseguir otras 400.000 dosis, y así anticipar una presencia mayor del virus. En 2019 la gripe motivó entre 112.000 y 275.000 consultas médicas a lo largo del país. Por deprisa, se aguarda la llegada de las 4.500.000 vacunas contra el coronavirus, compradas a futuro por Suiza a la firma estadounidense Moderna. Los medios de comunicación anticipan que el costo de esta ultimas podría oscilar en 5 y 15 euros la dosis.
De hecho, la potencial neutralización de la gripe, preserva vacantes de camas en los hospitales, si la famosa “segunda ola” del coronavirus, irrumpe finalmente, anticipada por los anuncios alarmistas que por ahora no se cumplen. Hay un incremento de la circulación del Covid-19, aunque no ha producido los picos de marzo o abril pasados. Sin embargo, los efectos de la antigripal, que varia de año en año según las mutaciones de los virus, pues son varios, suele ser de relativa eficacia. Al parecer evolucionan velozmente y cuando la vacuna llega al mercado, su eficacia mengua porque el agente patógeno ha cambiado de naturaleza.
Lo difícil de valorar resulta la agravación de la incertidumbre sobre el comportamiento del Covid-19 en Europa durante estos meses de otoño e invierno, cuando arrecie la gripe. Una sombra inquietante se cierne procedente de ciertos países vecinos, como Austria, Holanda, Francia, España y Gran Bretaña, donde el coronavirus incrementa su presencia, al ritmo de 7000 a 12000 nuevos casos diarios, y un alto porcentaje en torno al conjunto de casos en Europa, continente donde el coronavirus ya produjo a 220 mil fallecimientos.