El gobierno federal helvético confirma la autorización para congregar hasta 1000 personas en actos deportivos y culturales a partir del 1 de octubre, adelantada el mes pasado, pero dispuso ayer que el publico deberá llevar obligatoriamente mascaras de protección contra el Covid-19. La obligatoriedad se extiende a que los espectadores tendrán que permanecer sentados durante los eventos. Sin embargo, las disposiciones podrán ser objeto de excepciones, que los organizadores deberán solicitar a las autoridades de los 26 Cantones (provincias) en que se divide el país.
Suiza mantiene una situación estable de la crisis sanitaria, con alrededor de 300 nuevos casos diarios, pocas hospitalizaciones y escasos fallecimientos recientes. La cifra total de muertos asciende a 1730. Unas 1745 personas contaminadas se encuentran aisladas en sus domicilios, mientras que otras 4962 que habían tenido contactos con las anteriores, han sido también aisladas. La cifra de viajeros de retorno de países a riesgo, obligados a observar cuarentena asciende a 10578.
Al margen de ese limite de 1000 personas en cuanto a la cantidad de espectadores de eventos públicos, la medida tiene un impacto diferenciado en el futbol al aire libre, cuyos estadios podrán ocuparse hasta sus dos tercios, mientras que en el hockey sobre hielo en estadios cerrados, solo hasta el 50%. Durante todos esos encuentros el público deberá estar sentado, con registro de identidad y teléfono de contacto de los concurrentes por parte de los organizadores, para que ulteriormente se pueda localizarlos si se denuncian contagios. Esa sería la condición de posibilidad para disponer inmediatamente medidas de aislamiento susceptibles de circunscribir la expansión de la pandemia. Todo ello no quita que en los entreactos la gente podrá podrá levantarse de sus asientos y concurrir a las cantinas en los pasillos, para tomar un refrigerio, manteniendo las distancias de 1,5 metros entre las personas, siempre sin quitarse las mascaras. Para simplificar las arduas tareas de la venta de entradas e identificación de los concurrentes, los clubes apuntan a generalizar la oferta de abonos nominales para las temporadas que comenzaran el 1 de octubre.
Los estadios podrán ocuparse hasta dos tercios
El ciclismo pondrá rápidamente en marcha las medidas decididas ayer, con el Campeonato Mundial de Ciclismo, que este año se realiza a cielo abierto en las ciudades suizas de Aigle y Martigny, del 20 al 27 del presente mes de septiembre. Una suerte de ensayo general tiene lugar en estos momentos con el Tour de France, que finalizara este 20 de septiembre. Seguirán después las vueltas de Italia, del 3 al 25 de octubre, y la de España, del 20 de octubre al 8 de noviembre.
Una mayor flexibilidad podrá autorizarse siempre a nivel cantonal respecto a ferias, salones, festivales, competencias de ski, carreras ciclistas y fiestas comunales, las cuales podrán incluso aumentar la concurrencia por encima de 1000 personas. Entre tanto, la reapertura de discotecas, en cantones que las han clausurado, como el de Ginebra, es un problema pendiente de solución. Por lo demás, los conciertos en vías de programación, serán afectados por estas flamantes restricciones, con perdidas financieras significativas y enormes riesgos. Una primera víctima será el rapero francés, Dadju, previsto en la Arena de Ginebra para el 9 de octubre venidero, con 6500 entradas ya vendidas, concierto que sera sin duda anulado, siendo imprevisible si se lo podrá volver a programar ante la incertidumbre reinante sobre la evolución futura de la pandemia, manteniendo su rentabilidad. Los empresarios de agencias culturales han inundado la prensa de hoy con predicciones pesimistas.
Resta por saber que va a hacer Suiza con Francia, un país con el cual tiene fronteras comunes y que debería estar en la lista roja, es decir con la aplicación del decreto que confina a los viajeros procedentes de Francia a una cuarentena, por sobrepasar el limite de 60 casos por 100 mil habitantes, con unos cinco mil nuevos contagios diarios. Los trabajadores transfronterizos que viven en Francia o Italia y trabajan en Suiza, superan las 300 mil personas.