Se produce en Roma en este Viernes Santo la tradicional procesión del vía crucis, encabezada por el papa Francisco. Las meditaciones de este año, que son leídas en voz alta durante la procesión con antorchas, fueron compuestas por una monja italiana, Eugenia Bonetti, que trabaja para rescatar a migrantes y mujeres forzadas por traficantes a prostituirse en las calles de Italia.
Francisco promovió a menudo la defensa de los migrantes. Antes de dirigirse al Coliseo, donde los fieles cargan cruces relativamente ligeras para la representación, Francisco asistió a una misa solemne en el Vaticano, centrada en los sufrimientos de Jesús antes de su muerte por crucifixión.
Francisco conmemoró la Pasión del Señor con un acto en el que el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, pidió a las religiones que no permanezcan indiferentes ante la pobreza. El acto comenzó con el papa tendido durante unos minutos orando ante el altar papal, bajo el que se cree que reposan los restos de San Pedro.
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Jorge Bergoglio asistió a la ceremonia vestido con paramentos rojos, sentado en un trono frente a la escultura de San Pedro y en silencio, sin pronunciar ninguna homilía. La Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión.
El predicador de la Casa Pontificia subrayó en su homilía que la Iglesia católica "ha recibido el mandato de su fundador de ponerse de la parte de los pobres y los débiles" y animó a todas las religiones a "promover la paz" y a "no permanecer en silencio ante el espectáculo que está ante la mirada de todos".
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"Pocos privilegiados poseen bienes que no podrían consumir, aunque viviesen incluso siglos enteros, y masas aniquiladas de pobres no tienen un trozo de pan y un sorbo de agua por dar a sus hijos. Ninguna religión puede permanecer indiferente, porque el Dios de todas las religiones no es indiferente ante todo esto", apuntó.
Cantalamessa recordó también a los ricos y a los fuertes, "que se sienten tranquilos en su papel de vencedores", que todos, "débiles y poderosos, inermes y tiranos", están "sometidos a la misma ley y a los mismos límites humanos".
EA