Hermenegildo “Menchi” Sábat el caricaturista y dibujante político de Clarín, falleció anoche mientras dormía. Tenía 85 años y una larga y multipremiada trayectoria en los medios gráficos.
Nacido en Montevideo en 1933, llegó a la Argentina en 1965, dejando atrás su trabajo como secretario de redacción del diario más importante de Uruguay, El País. Comenzó su tarea en nuestro país colaborando en las revistas “Primera Plana” y “Crisis”, y en el diario “La Opinión”. Fue en 1973 que ingresó a Clarín y desde allí, se convirtió con sus dibujos y caricaturas en un feroz crítico del poder de turno, lo que le significó un serio enfrentamiento con Cristina Kirchner, cuando era presidenta.
Comenzó su tarea en nuestro país colaborando en las revistas “Primera Plana” y “Crisis”, y en el diario “La Opinión”.
Entre sus premios, se cuentan el “Moors Cabot”, de la Universidad de Columbia, por su trabajo durante la dictadura militar, y el de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que le entregó el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. También le fue entregado el Premio Konex de Brillante, por su trayectoria.
Entre sus múltiples acercamientos al arte, fue fotógrafo, clarinetista de jazz, pintor autodidacta, caricaturista y poeta, sumando libros con sus poemas a los múltiples recopilaciones de sus caricaturas, entre las que se destaca “Al Troesma con cariño”, dedicado a Carlos Gardel.
Heredó su vocación por el dibujo y su nombre de su abuelo. Comenzó a dibujar a los 12 años, con un retrato del poeta Rubén Darío. Su maestra lo alentó a seguir, y según cuenta Clarín, hasta el lunes 1 de octubre fue al diario. “Ayer, como todos los días, a la tardecita, Menchi se fue de la redacción. Como siempre, vestía saco y corbata y saludó a todos los que cruzaron su camino. "Chau, Maestro", le dijeron varios. "Hasta mañana". Hasta siempre, Menchi”.
“Ayer, como todos los días, a la tardecita, Menchi se fue de la redacción. Como siempre, vestía saco y corbata y saludó a todos los que cruzaron su camino. "Chau, Maestro", le dijeron varios. "Hasta mañana". Hasta siempre, Menchi”.
Se animó a todo. Si no se amedrentó ante la dictadura, que había prohibido las caricaturas de Videla, no iba a tener miedo en democracia. Así, su humor y su fina ironía dibujaron a Raúl Alfonsín, a Carlos Menem agarrado al sillón presidencial, a Cristina Kirchner con la boca tachada y siguió hasta Abraham Lincoln, símbolo del dólar en la edición del diario de este 2 de octubre.
Dicen que cuando Cristina Kirchner lo cuestionó en público por su caricatura con la boca tachada y lo llamó “cuasi mafioso” desde la Plaza de Mayo, Sábat se concentró en su trabajo y no le contestó ni aceptó invitaciones a la Casa Rosada.
Estaba casado con Blanca y tenía dos hijos, Alfredo (también dibujante) y Rafael.
CP