El teólogo Agustín Podestá analizó el perfil del nuevo Papa, León XIV, y consideró que su pensamiento seguirá la línea de su predecesor. “Había ciertas figuras que Francisco fue marcando y acompañando para el desarrollo futuro, pensando en un posible próximo papado”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Agustín Podestá es teólogo, tiene un magíster en Teología con especialización en Historia de la Iglesia Católica Argentina, y es diplomado superior en Ecología Integral por la Red de Universidades del Cuidado de la Casa Común. Además, Agustín Podestá es docente e investigador de la Universidad del Salvador, donde es titular de la cátedra extracurricular Laudato Si' Itinerante, la famosa encíclica del Papa Francisco, y de diversas cátedras de seminarios teológicos en grado y posgrado. También es director de la Diplomatura Superior en Historia de Religiones y Espiritualidad en la Universidad de San Isidro, profesor de Historia de la Iglesia Moderna del Instituto Padre Elizalde, es miembro de la Sociedad Argentina de Teología.
¿Me equivoco si digo que, en realidad, la verdadera universidad del Papa es El Salvador y no la Universidad Católica? Porque El Salvador es la universidad de los jesuitas y es la casa de estudios que amó siempre el Papa Francisco.
Bueno, en buena medida sí. Bergoglio era quien llevaba adelante la universidad hasta 1974, cuando está el pasaje a la Asociación Civil, que ahí asume una comunidad de laicos la tarea de la Universidad del Salvador, y queda desvinculada de los jesuitas.
Pero Bergoglio estuvo muy presente en todo el desarrollo de la universidad, hasta prácticamente unos meses antes de su fallecimiento. Siempre muy atento a la Universidad del Salvador. Y, de hecho, tenemos un grupo de investigación que trabaja la relación entre Bergoglio y Francisco en nuestra universidad.
¿Y qué nos podría sintetizar de esos estudios entre lo que era Bergoglio y lo que es Francisco, que ustedes han estudiado en la universidad? ¿Cómo lo podría traducir para legos, de una manera sucinta?
Bueno, lo que se ve es que hay una continuidad en el pensamiento. Lo que hace Bergoglio es llevar, cuando es Francisco, las raíces que ya él había tenido aquí. Tanto sea por la Teología del Pueblo, esto lo estudió muy bien Juan Carlos Scannone, también por la conciencia sobre ir a buscar a los que están en las periferias, la importancia del estudio universitario, esto es típico también de los jesuitas, la formación interdisciplinar y la apuesta por el saber universitario, y siempre en diálogo.
Tendiendo al diálogo interreligioso desde el diálogo interdisciplinario, académico. Y, por último, el compromiso social, que la universidad no sea una casa de estudios que queda cerrada o alejada, sino que sea una casa de estudios al servicio. Y en buena medida eso es lo que tanto insistió. Si uno ve todos los discursos que Francisco dio a las universidades católicas, en todos los lugares donde habló, eso estuvo presente. Que no sean nichos de academia y solamente reflexión académica y científica, sino que sean universidades en diálogo con los problemas de las sociedades en donde ocurren.
¿Se puede decir que Prévost también abreva en esa Teología del Pueblo?
No sé aún si estás formado en estas líneas, pero es cierto que tiene un amplio trabajo en América Latina. De hecho, ayer lo hizo saber cuando le mandó saludos a la comunidad de Perú. No estaba solamente mandándole saludos al Perú, creo que le estaba diciendo a todo el mundo: “Sepan que mi corazón también está en América Latina”.
De hecho, él era el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina hasta el fallecimiento de Francisco, cuando quedan cesantes. Pero es claro, digamos, que tiene esta intencionalidad de tener una pata en el pueblo.
Yo venía diciendo: “Bueno, busquen los que tienen una pata y una pata”. Y él tiene una pata vaticanista, pero también tiene una pata fuerte en el pueblo. Por su experiencia justamente de prestarle más atención a los migrantes, a los que sufren. De hecho, ayer lo dijo en el discurso: “Vamos a buscar a los que más sufren”. Es claro que está dando una intencionalidad de cristianismo con raíz latinoamericanista, como también lo marcó Benedicto XVI en el discurso de Aparecida.
Cuando uno ve que Prevost fue nombrado cardenal hace dos años y obispo hace diez, quiere decir que hace diez era un cura. Y cuando vemos también la insistencia de Francisco de sacarlo de Perú y llevarlo al Vaticano, y haberlo electo cardenal hace dos años, y haberlo colocado en este puesto importante, en este “ministerio” en el cual se decidía quiénes iban a ser obispos y cardenales en el futuro, ¿esto permite presuponer, por lo menos con cierto grado de plausibilidad, que Francisco lo eligió para que sea Papa? O sea, lo fue preparando, para decirlo de alguna manera.
Sí, en buena medida. A varios de los cardenales que se tenían en estos otros “candidateables”, uno veía que había ciertas figuras que Francisco fue como marcando y acompañando para el desarrollo futuro, pensando en un posible próximo papado. No solo porque puedan ser ellos los papas, sino para que puedan acompañar los procesos posteriores.
Día 514: ¿El nuevo Papa anticipa una nueva época?
La reforma por la que Francisco va a ser recordado como uno de los Papas más importantes de la historia de la Iglesia, es por la reforma sinodal de la Iglesia. Y él fue uno de los que más estuvo a la par de Francisco trabajando en la reforma sinodal.
Varias cosas me llamaron la atención del pequeño discurso que dio cuando saludó en el balcón. Y lo que más me llenó el alma, si se quiere, es que haya dicho: “Quiero una Iglesia sinodal”. Porque dijo directamente: “Estoy tomando el guante de la sinodalidad”.
Y además el hecho de que sea canonista también es un dato, porque este es el momento de empezar a poner por escrito, empezar a poner la normativa en regla también en el derecho canónico, que es la pata que está más faltando todavía para terminar de aplicar la reforma sinodal. Así que, en buena medida, creo que eso es un buen augurio también, que él tenga esta pata en el derecho canónico.
Agustín, me gustaría que explicara también de una manera didáctica qué significa Rerum Novarum en la historia de la Iglesia. ¿Qué significa en la ideología mundial? ¿Cuánto influyó Rerum Novarum en la creación de la Democracia Cristiana y en una serie de partidos que fueron naciendo al calor del siglo XX, después de Rerum Novarum, y la instalación del conjunto de palabras “justicia social”?
Bueno, bien. Asumo el desafío. Sí, la encíclica nace en el contexto de la Revolución Industrial, donde León XIII, justamente por eso suponemos que asume este nombre León XIV, ve que, frente a las dos grandes posturas que se disputaban en ese momento la economía y la política, como el liberalismo y el comunismo, que no eran lo que hoy entendemos, sino los nacientes liberalismo y comunismo, dejaban por fuera o terminaban yendo en contra de la integridad de los trabajadores, de los obreros, que eran los que terminaban poniendo con su cuerpo en esas disputas que quizás eran más de tipo ideológicas, económicas o políticas.
Entonces, frente a ese sufrimiento, lo que hace León XIII es poner a las personas en el centro, que es lo mismo que hacía Francisco, es decir, más allá de la economía y la política, en el centro están las personas, los pueblos, los trabajadores. Entonces plantea, justamente, en Rerum Novarum, una especie de tercera posición frente a estas otras dos, marcando que ambas son pecado, pero que de ambas se pueden obtener algunos datos en común, pero sin casarse, digamos, por así decirlo, con ninguna de las dos.
De hecho, las dos están condenadas en ese momento. No es que directamente habilite el sindicalismo, pero empieza un camino que luego las próximas encíclicas, después de León XIII, terminan viendo que el sindicalismo es una muy buena manera de la defensa de los trabajadores, la organización del trabajo. Porque el trabajo también, para el cristianismo, es el organizador de la sociedad.
Recordemos que, para la Iglesia Católica, hasta prácticamente bien entrado el segundo milenio, ganar dinero con dinero es usura y es pecado. Lo que hoy llamaríamos el financierismo, digamos, lo financiero, era pecado, era considerado usura. Porque el valor del salario se gana con el trabajo, y el trabajo verdaderamente es el que dignifica a la persona para la construcción de la sociedad.
Recordemos que el trabajo, en la Biblia, es cocreador. El trabajo es lo que nos hace cocreadores, nos hace ayudar a la creación de Dios en la construcción de una sociedad más justa y más igualitaria. Y ahí aparece la justicia social, yendo especialmente a buscar a los que se van cayendo del sistema, porque son los que más ayuda necesitan. Y esto está en el corazón del Evangelio: en el Evangelio de Mateo, en el Evangelio de Lucas, en el Antiguo Testamento.
El salario del nuevo Papa: ¿Cuánto cobraba como cardenal León XIV?
Decimos que la doctrina social nace con León XIII, pero en realidad es tan antigua como el Antiguo Testamento. Dirán que Dios es un revolucionario, libertador, que anda liberando los pueblos, cuando lo hace, cuando hace salir al pueblo de Israel de Egipto. Y nadie se espanta, al contrario, todos ven como muy buena esa liberación. Bueno, eso mismo se traduce en categorías políticas, económicas, desde el mensaje de Jesús en adelante, en una construcción del Reino de Dios, del Pueblo de Dios, que hoy está sistematizado o más metodológico en la doctrina social de la Iglesia. Así que, en buena medida, es esperable que León XIV siga esta línea.
El hecho de que Francisco haya aparecido vestido absolutamente de blanco en la Plaza de San Pedro, en su primera aparición, y que, en el caso de León XIV, haya utilizado ropajes papales más tradicionales, de la misma manera que la elección de León XIV, ¿significa una continuidad interpretativa con León XIII? ¿Significa algo, como gesto, la diferente vestidura de uno y otro en su primer día como Papa?
Yo no es que lo quiera justificar, porque creo que no lo necesita el Papa, pero, a priori, yo lo que diría es: no andar buscando ese tipo de gestos necesariamente. Porque estos gestos, o estos ropajes, o estas formas de hacer, pertenecen a una tradición muy antigua en la Iglesia. Que Francisco lo cambió no necesariamente por una cuestión pastoral, sino sobre todo por una cuestión personal. A él esas cosas no le gustan.
Y siempre pongo el ejemplo de besarle la mano. Besarle la mano a los obispos, o a los sacerdotes, o, en este caso, al Papa, es una tradición muy antigua en la Iglesia. Ahora, si me preguntan a mí, yo soy laico, padre de familia, pero si me preguntan a mí, a mí me daría muchísimo asco que me besen la mano, porque me parece antihigiénico. Pero entiendo que haya, por una cuestión personal, más allá de la cuestión simbólica que tiene la liturgia o la tradición de la Iglesia.
Creo que, en buena medida, si alguien quiere reivindicar ese tipo de gestos, tiene con qué. Y no sé si está todo descabellado. Pero creo que tiene que ver más con estilos personales, con gustos personales, más que con estilos pastorales. Porque si no, no hubiera elegido ese nombre, o no hubiera dicho las cosas que dijo. No sé, hay que ver. Estamos haciendo futurología.
Francisco no es que decía que no le besen la mano por una cuestión señorial; no le gustaba que le besaran la mano por una cuestión higiénica. Entonces, creo que hay que ver qué pasa. Pero, enteniendo esto, también hay gustitos personales.
Como los zapatos negros en lugar de los zapatos rojos, por ejemplo
Claro, es verdad que es todo un signo. Pero no necesariamente cambia tanto la aguja, creo yo. Hay que ver en estos días. Me puedo equivocar. Recién empieza esto, lleva menos de 24 horas, así que, así que todo puede pasar.
MC