El mercado de pases abrió oficialmente el 23 de mayo y cerrará el próximo jueves a las 20, justo antes del comienzo de la séptima jornada de la Liga Profesional. El tiempo de esta ventana para realizar transferencias parece extenso, pero no lo es, debido a la inflación y a las restricciones respecto al dólar, moneda en la cual se suelen hacer las transferencias, es un dolor de cabeza para los equipos.
El cimbronazo de la renuncia de Martín Guzmán y la sucesión de Silvina Batakis como ministra de Economía de la Nación afectó a muchos ámbitos y el fútbol no fue la excepción. Con el salto del dólar blue de 238 a 280 pesos la crisis aumentó y la posibilidad de sumar jugadores del exterior también. Sumado a lo inestable que es el dólar hay que sumarle las restricciones que se tiene para el uso de la moneda norteamericana.
Tomando como referencia el caso más reciente, del pase de Borja a River, la complicación para el Millonario es la siguiente: los aproximadamente siete millones de dólares que debe desembolsar el conjunto de Núñez por el delantero colombiano tienen que ser girados sí o sí al Banco Central, que debe autorizar la operación, que según prioridades nacionales se presenta un monto limitado y recién ahí autorizar la transacción, en este caso con el Junior de Barranquilla, actual club de Miguel Borja.
En consecuencia, desde el 30 de junio el Banco Central no permite operaciones con moneda al precio oficial ($125 para la compra y $131 para la venta), intentando así frenar la salida de divisas y engrosar las reservas de dólares en el país, apuntado al cumplimiento de metas impuesto en el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Mercado de pases: Las altas y las bajas en el fútbol argentino
Sumado a la imposibilidad de realizar transferencias aparece lo complejo de seducir a un jugador para que venga al fútbol argentino teniendo en cuenta lo bajo que puede ser su sueldo a comparación de otras potencias como Brasil, que se permite pagarle a sus jugadores en dólares y con contratos elevados. Así, Argentina se ha convertido en una plaza poco interesante a nivel deportivo.
Eso mismo sucedió con Arturo Vidal y Boca. Si bien la propuesta deportiva para el chileno era interesante, el dinero que puso el Flamengo nublo el arribo del mediocampista al Xeneize. El Mengao le ofreció un mejor contrato, en cuanto a tiempos y sobre todo la cantidad de dinero, por su puesto en dólares.
Justamente el tema de contratos en dólares para ciertos jugadores se ha tornado en un verdadero dolor de cabeza para los dirigentes. Boca es el apuntado en este caso también. En un principio varios jugadores arreglaron con la institución tener su sueldo a dólar libre, algo que se tornó inviable. Así fue como se dio la salida de Eduardo Salvio al fútbol mexicano, otra potencia económica, al ofrecerle un contrato con cierta restricción respecto al cambio del dólar.
En consecuencia, ver grandes nombres en el fútbol argentino es cada vez más complicado. En caso de que el futbolista en cuestión haga un esfuerzo económico, los clubes tienen pocas chances de realizar grandes transacciones. Habrá que acostumbrarse a un fútbol cada vez más local sin estrellas.
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En cuanto a la venta de un jugador al exterior, el dinero en dólares ingresa al país y tiene que ser informado impositivamente al Banco Central, que le liquida el monto al club argentino al valor del cambio oficial, al igual que los premios de la Conmebol. Eso sí, de esa cifra de venta la institución tiene que abonar 25% de impuesto país, 15% al jugador, 7% por el decreto 1212, 2% a la AFA y 1% en sellos. Y a la hora de hablar de los ingresos de los sponsors, si se trata de uno local, los clubes pueden pactar un valor en dólares con un tope.
En síntesis, el fútbol argentino empieza a convertirse en un lugar muy poco atractivo a para los jugadores. Por su parte para los que están jugando en el exterior, sus retornos al club que los vio nacer o en el caso de otros futbolistas que quieren tener una experiencia en Sudamérica es cada vez más difícil.
Lo mismo sucede en el camino contrario, los jugadores surgidos en distintos clubes del país no dudan en partir a cualquier liga del exterior, sin importar el nivel que está presente, para salvarse económicamente. Con Brasil y México como competidores inmediatos y evidentemente con otro andar económico, las estrellas se acercan a ese rumbo. Así el dólar y sus restricciones se han convertido en un verdadero enemigo del fútbol argentino que no le permite crecer. Incluso lo hace retroceder.
CB PAR