Gustavo Córdoba, consultor político, sostuvo que la encuesta domiciliaria tradicional es la que mejor recoge la intención de voto, ya que las digitales dependen mucho del algoritmo. Además, agregó que los encuestadores deben tener más profesionalismo y salir de su zona de confort. “Te diría que la encuesta panel es la ideal para observar el comportamiento político, y saber por qué la gente voto de determinada manera”, manifestó el analista en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿A qué atribuís el nivel de diferencia que hay entre los resultados de las distintas encuestas?
No es la primera vez que ocurre, hace cuatro años pasó lo mismo. Hay una profusa cantidad de encuestas que se hacen con metodología que uno no podría catalogar de "encuestas", como las telefónicas o las digitales. En las digitales es el algoritmo el factor fundamental, y ya no interviene lo aleatorio ni la cuestión probabilística que es tan relevante a la hora de muestrear un universo que sea representativo.
Creo que, en la industria de la opinión pública, una enorme mayoría sigue insistiendo en creer que publicando encuestas va a generar una corriente de opinión. Entonces vemos valores que quizá están en la intención de deseo de algunos dirigentes, pero no en la realidad.
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No falta tanto, falta un mes para que nos demos cuenta cuál es el método que tiene mejor registro, y creo que la encuesta tradicional domiciliaria es la que mejor recoge la intención de voto de la sociedad argentina. A pesar de que hay mucha gente viviendo en barrios cerrados o lugares marginales, sigue siendo el sistema a partir del cual es posible muestrear y generar una idea de que hay una tendencia electoral previsible, más allá de que puede haber corrimientos lógicos. Posiblemente esa sea una de las explicaciones.
Otra explicación la pondría en que hay que mejorar y ser más profesionales. En la elección de Marcos Juárez se generó una discusión muy fuerte porque hubo una encuestadora cordobesa, de alcance nacional, que dijo que ganaba el peronismo por ocho puntos y terminó perdiendo por 18. Creo que los encuestadores tenemos que bajar un par de cambios y ponernos a re aprender y salir de nuestra zona de confort.
En todas las profesiones pasa lo mismo, hay muchos desafíos, las encuestas se van a seguir haciendo y, a la larga o a la corta, el profesionalismo debe instalarse como el factor más importante.
Dijiste que muchos políticos creen que difundir encuestas que los favorecen contribuye a que salgan favorecidos. Eso pueden hacerlo los políticos, pero luego los encuestadores tienen que estar de acuerdo para hacerlo.
Te diría que, nosotros, analizando los últimos diez años, publicamos apenas menos del 10% de nuestras producciones de investigación de opinión pública.
Hay un montón de información que no llega a los medios, y que no tiene por qué llegar, porque es información para la toma de decisiones y no para publicar.
Entiendo el rol de los medios que, por ejemplo, en una campaña electoral necesitan vender que hay una guerra de encuestas, eso es legítimo y no lo cuestiono. Ahora, muchas veces las elecciones tienen un perfil definido con mucha anticipación, y eso tampoco es bueno para el negocio periodístico. Entonces, muchas veces, los medios arriesgan más y se da un matrimonio de conveniencia que desde el ángulo del que usted habla sea poco ético.
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En las encuestas telefónicas y digitales, ¿encontrás una diferencia tan marcada con los resultados de las presenciales?
Claro. En una encuesta presencial domiciliaria preguntamos si a la gente le interesa mucho o nada la política, y en promedio nos da que un 30% está interesado, y un 70% no.
Cuando hacemos las digitales, la gente interesada sube al 80% y la que no baja al 20%, ahí te das una idea de la primera diferencia.
La segunda diferencia predomina en que el 60, 70 u 80 por ciento de los que responden ese tipo de encuestas son universitarios, es decir que tienen un problema con la media, ya que la mayoría de la población no es universitaria.
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Y por último, el algoritmo, porque como la encuesta es una publicidad, las redes priman o privilegian que se le envíe el contacto a quienes ya han respondido, es una especie de círculo vicioso, una burbuja donde una misma persona puede estar todo el día respondiendo encuestas. De hecho una vez preguntamos en una encuesta digital, si acostumbraba a responder encuestas de esas características y el 75% nos dijo que sí, con lo cual eso también aleja al método de ser eficiente.
No todo los métodos sirven para lo mismo, al pronóstico electoral, quizá la domiciliaria sea lo menos problemático y más certero, pero la telefónica sirve para tener una media rápida de la medida de un gobierno. Si soy opositor, y quiero saber si cayó bien o mal una medida del gobierno puedo hacer una encuesta rápida telefónica o digital, para tener una idea del humor social.
Ahora, asignar intención de voto a partir de estas metodologías es complicado.
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Nos diste ejemplos del sesgo de las encuestas telefónicas y digitales, en el caso de esas encuestas y la relación de voto entre Bullrich y Larreta, ¿también dan que Patricia Bullrich saca una diferencia grande sobre Horacio Rodríguez Larreta?
Así es. Me gustaría aclarar, que desde que nosotros pedimos la primaria de esa fuerza, en las encuestas presenciales, nunca Patricia Bullrich estuvo en posición victoriosa, pero sí la diferencia que era de ocho puntos, hoy se redujo a tres. Patricia Bullrich gana en las encuestas telefónicas; Horacio Rodríguez Larreta, en las presenciales.
Nosotros vemos que esa diferencia a favor de Larreta, se fundamenta en la diferencia que le hace en la Provincia de Buenos Aires, que representa el 40% del padrón, y para unas PASO, si ganás la Provincia tenés prácticamente la mitad del ticket en tu mano.
Jaime Durán Barba decía que le prestaba más atención a la tendencia, porque si una persona antes sacaba ocho puntos de diferencia y hoy saca tres, y pasaron dos meses y faltan otros dos para las elecciones, uno puede inferir que entonces en lugar de sacar tres, termine tres abajo, porque la tendencia va en esa dirección. ¿Vos le asignas a la tendencia la misma importancia? ¿Y el hecho de que Rodríguez Larreta pueda terminar al revés en el mes que falta?
Creo que el método de la encuesta panel de hacerle al mismo sector la misma encuesta es importante, pero es mucho más cara que una tradicional domiciliaria. Te diría que es la ideal para observar el comportamiento político, y saber por qué la gente voto de determinada manera. Vos preguntas antes y después de votar y vas a obtener una respuesta impresionante y muy fidedigna.
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Si creo, que en el fondo, las tendencias son importantes y ojalá todos pudieran trabajar con esa información. Nos daría más tranquilidad, por una cuestión de interpretación, no todos interpretamos de la misma manera.
Creo que el peronismo, en esta elección, el único objetivo a fin de año es la economía y la inflación: si la inflación se modera, el peronismo va a tener una buena chance.
Javier Milei tiene legitimidad discursiva y narrativa porque habla de economía, nos puede gustar o no, pero es evidente que tiene una legitimidad muy importante.
Y el desafío de Juntos por el Cambio, la discusión de fondo, pasa por la capacidad de retención del voto del oponente, ahí está la cuestión. Las encuestas pueden tener mayor o menor precisión pero, según vemos, el porcentaje de retención mutuo entre Larreta y Bullrich, hoy, supera el 50%.
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¿La tendencia es proyectable hacia adelante?
Depende de la velocidad, si en cuatro meses descontó cinco puntos vamos a promediar y hacer que está descontando 1,2% por mes. En este mes que queda posiblemente tenga un empate técnico.
Hay lugares, como Córdoba, donde Patricia gana con mucha comodidad, y otras donde se impone Larreta, como Buenos Aires.
Es una elección determinante porque puede determinar un jefe o jefa opositor, un presidente o una presidenta, pero el reto más grande es determinar qué capacidad de retener el voto del oponente tienen. Y ahí, es una discusión de núcleo duro contra voto moderado.
MVB JL