Las remesas a los países de ingreso bajo y mediano enfrentaron factores adversos en el ámbito mundial en 2022, pero experimentaron un crecimiento aproximado del 5 %, hasta alcanzar los US$626.000 millones.
Las remesas son una fuente esencial de los países de ingreso bajo y mediano. Alivian la pobreza, mejoran los resultados nutricionales y están asociadas a un mayor peso al nacer y tasas de matriculación escolar más elevadas entre los niños de hogares desfavorecidos.
Los estudios indican que las remesas ayudan a los hogares receptores a fortalecer su resiliencia. Por ejemplo, a través del financiamiento de una vivienda más adecuada, y les permiten afrontar las pérdidas después de un desastre. Los flujos de remesas a las regiones en desarrollo se vieron afectados por varios factores en 2022.
A diferencia del Mundial, en la economía no hay euforia
A medida que la pandemia de Covid disminuía, la reapertura de las economías receptoras respaldó el empleo de los migrantes y su capacidad para continuar ayudando a sus familias en su país de origen. El aumento de los precios, por otra parte, incidió de manera adversa en los ingresos reales de los migrantes.
Otro factor que influye en el valor de las remesas es la valorización del rublo, que se tradujo en un mayor valor, en términos del dólar, de las remesas procedentes de Rusia con destino a Asia central. En el caso de Europa, el debilitamiento del euro tuvo el efecto opuesto de reducir el valor en dólares de los flujos de remesas con destino al norte de África y a otros países.
Advierten que la economía mundial se dirige a una recesión en 2023
En los países que sufrieron escasez de divisas y establecieron múltiples tipos de cambio, los flujos de remesas registrados oficialmente disminuyeron a medida que se optaba por efectuar las remesas a través de canales alternativos que ofrecían tipos de cambio más convenientes.
JL