Seis semanas antes de asumir la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva emprendió este miércoles una serie de apariciones públicas y reuniones en la cumbre climática de la ONU en Egipto.
Su presencia fue uno de los acontecimientos más importantes de la conferencia COP27. Durante su gobierno, entre 2003 y 2010, la deforestación de la selva brasileña, considerada uno de los pulmones más importantes del planeta, se redujo en gran escala.
La deforestación cayó drásticamente durante su primer período en el gobierno, cuando Marina Silva era la ministra de Medio Ambiente. En el segundo, Lula buscó apoyo del sector agroindustrial. Marina Silva, que renunció en 2008, se encuentra en la COP27. Es posible que vuelva a ocupar ese cargo.
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Después de reunirse con varios gobernadores brasileños, entre ellos los de Estados selváticos como Amazonas y Pará, Lula fue vitoreado por la multitud con su promesa de luchar contra la deforestación.
El desarrollo económico de la Amazonía, dispuesto por Jair Bolsonaro a pesar de los enormes incendios que provocaron daños irreparables, fue criticado varias veces por Lula.
El martes, Lula discutió con el enviado especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, medidas contra el cambio climático y la deforestación.
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Durante el gobierno de Bolsonaro, elegido en 2018, las agencias ambientales reguladores de la Amazonía se vieron debilitadas.
Bolsonaro nombró administradores provenientes del sector agroindustrial, que se opone a la creación de territorios indígenas y otras áreas protegidas e impulsa la legalización de los robos de tierras.
La zona deforestada de la Amazonia brasileña alcanzó su extensión más alta en 15 años entre agosto de 2020 y julio de 2021, según cifras oficiales. El monitoreo satelital indica que la tendencia es aún mayor este año.
JL PAR