La economía de Brasil registró un pequeño crecimiento según el principal indicador de actividad del banco central, lo que indica que la demanda se está desacelerando a medida que comienzan a sentirse las alzas a las tasas de interés.
El índice de actividad económica del banco, un referente del producto interno bruto, se elevó solo un 0,05% mensual en septiembre, por debajo de la mediana de las estimaciones de 0,20% de los analistas encuestados por Bloomberg. En la comparación interanual, la actividad aumentó un 4%, según datos publicados el lunes.
Encargados de política monetaria dirigidos por Roberto Campos Neto están observando señales preliminares de que su ciclo de ajuste monetario está enfriando la inflación en la economía más grande de América Latina. Los flujos de crédito se están desacelerando, incluso en sectores que dependen de los préstamos, como la construcción y la venta de vehículos.
De cara al futuro, el presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, apunta a un gasto social que requeriría entre 160.000 millones de reales (US$30.300 millones) y 200.000 millones de reales adicionales, lo que podría elevar la demanda interna. Los economistas también están encendiendo las alarmas de que un mayor estímulo fiscal probablemente aceleraría la inflación y retrasaría los recortes de tasas el próximo año.
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