El equipo de transición del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, estudiará una alternativa más conservadora para financiar el gasto social el próximo año, mientras los inversionistas esperan ansiosos los detalles, según dos personas con conocimiento del asunto.
El plan contempla la eliminación de unos 130.000 millones de reales (US$24.400 millones) del techo del gasto público del próximo año, 45.000 millones de reales menos que la propuesta que se está discutiendo en el Congreso, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas porque las conversaciones no son públicas. Esta excepción solo se produciría en 2023, después de lo cual la Administración implementaría una nueva regla para reemplazar el límite, demostrando un compromiso con la responsabilidad fiscal, dijeron.
Lula volvió, pero ni Brasil ni la región son los mismos
Lula necesita miles de millones de dólares en financiamiento adicional para cumplir con sus principales promesas de campaña, incluida la ampliación de los programas de ayuda social para las familias de escasos recursos. Para lograr ese objetivo, el Congreso tendrá que aprobar una enmienda constitucional que le permita a su Administración eludir el pilar fiscal más importante de Brasil: una regla que limita el crecimiento del gasto público a la tasa de inflación del año anterior. Las perspectivas de un mayor gasto asustan a los inversionistas y afectan a los activos locales.
El real y la bolsa de valores de referencia de Brasil ampliaron sus alzas ante el informe sobre los planes de Lula. La bolsa Ibovespa subió un 1,7% en las operaciones de la tarde, mientras que la moneda se fortaleció un 0,8% a 5,2835 por dólar.
La advertencia a Lula Da Silva de parte de los economistas de su equipo
El presidente entrante eligió aliados políticos para liderar las conversaciones con el Congreso sobre el aumento del gasto. Su plan inicial es eliminar 175.000 millones de la regla del techo de gasto de Brasil para 2023, y posiblemente también para años posteriores.
Pero algunos miembros del equipo de transición creen que la propuesta envía una mala señal a los mercados financieros que están cada vez más preocupados por las perspectivas fiscales de Brasil, dijeron las personas.
Economistas clave dentro del equipo, incluido el expresidente del banco central Persio Arida e incluso miembros de izquierda como Guilherme Mello y el exministro de Hacienda Nelson Barbosa, han advertido a Lula sobre la necesidad de establecer reglas fiscales creíbles para el futuro, dijeron las personas.
En juego están las populares ayudas mensuales de 600 reales que bajarán a 400 reales el próximo año porque el Congreso y el actual presidente Jair Bolsonaro no reservaron suficientes fondos en el presupuesto de 2023.
El jefe de gabinete de Bolsonaro, Ciro Nogueira, dijo durante el fin de semana que la ruptura del techo de gasto solo debe servir para garantizar la estabilidad del primer año de Gobierno de Lula, según un comunicado. “Todos los demás temas de la agenda del nuevo Gobierno merecen ser conocidos primero, así como su política económica, y luego discutidos dentro de la legitimidad del congreso recién elegido”.
Los comentarios que apuntan a una mayor restricción fiscal están ayudando a los mercados a recuperarse después de una caída que hizo que las acciones brasileñas registraran su mayor descenso semanal desde junio debido a la preocupación de los inversionistas por los planes económicos de Lula. El equipo de transición tiene la intención de establecer un borrador final del proyecto de ley de enmienda para el 16 de noviembre, que luego podría votarse antes del 17 de diciembre.