Ansenuza, en el noreste de Córdoba, se convirtió en el parque nacional número 41 del país. La ley que lo aprobó en el Congreso determinó la creación de un área de 661 mil hectáreas, que incluyen a la Laguna de Mar Chiquita (o Mar de Ansenuza), el mayor lago salado de Sudamérica y quinto a nivel mundial. El nuevo parque integra el listado de sitios Ramsar, que agrupan a los humedales de importancia internacional.
Se trata de uno de los sitios más importantes para las aves migratorias de Sudamérica; cada año congrega hasta medio millón de individuos. Los flamencos son el emblema de un ambiente donde viven tres de las seis especies que existen en el mundo. También lo habitan cisnes, garzas, carpinchos y mamíferos de importancia para la conservación, como el aguará guazú y la tortuga terrestre. El paisaje se completa con grandes algarrobos y quebrachos, juncales y totorales.
Laguna en peligro
La zona de Mar Chiquita era reserva provincial desde 1994. En los últimos años, las organizaciones ambientalistas venían advirtiendo sobre los riesgos de la extracción no controlada de agua para irrigación, y la caza y la pesca furtivas. A fines de 2019 se había denunciado una grave contaminación con efluentes cloacales, responsabilidad de la planta Bajo Grande, la mayor de la capital cordobesa.
Luego de evaluar el escenario, un grupo de intendentes, escuelas, emprendedores y productores se sumaron a las ONGs para diseñar el proyecto de creación de parque y reserva nacional “con miras a garantizar su conservación a perpetuidad”.
El Parque y Reserva Nacional Ansenuza quedó a un paso de convertirse en realidad
A partir de ahora, las obras, servicios y desarrollos de cada asentamiento se consensuarán y ejecutarán sólo cuando sean compatibles con modelos de desarrollo sustentable. En esa línea, el Gobierno busca “ampliar en un 20% la superficie de Parques Nacionales, porque permiten la conservación de recursos naturales y culturales, además de poseer gran valor por su biodiversidad y belleza”, planteó el presidente de esa administración, Lautaro Erratchú.
JL PAR