Quienes con cierta frecuencia publicamos notas de opinión en los medios de comunicación somos conscientes que hay altas posibilidades de que el texto nazca desactualizado. En un mundo donde la información fluye constantemente y en una Argentina siempre volátil, es lógico que la palabra escrita corra atrás de los acontecimientos.
Pero en esta ocasión ese margen se amplía considerablemente: el Gobierno ha montado un show alrededor de las vacunas contra el coronavirus; permanentemente surgen nuevos interrogantes y contradicciones, fruto de una gestión negligente en la que la imprevisión es la única regla fija.
En las últimas horas, el Ministro de Salud Ginés González García blanqueó el estancamiento de las negociaciones con la farmacéutica Pfizer (que ya llevan cinco meses) y las complicaciones logísticas para traer la vacuna rusa antes de fin de año. Vladimir Putin reconoció que la Sputnik V todavía no está lista para mayores de 60 años, pero el gobierno argentino dice que de todos modos acá se aplicará a los grupos de riesgo. Mezcla de tozudez, imprudencia e incompetencia: cada lector es libre de elegir el peso relativo de cada ingrediente en la preparación final.
Hay una distorsión notable entre el esfuerzo y los recursos invertidos en las tratativas con Rusia (que incluyen viajes de representantes argentinos a Moscú) y la falta de resultados concretos. El Gobierno promete mucho, sabe poco y comunica peor. A contramano del mundo, optaron por ponerle plazos tan precisos como ilusorios a cuestiones que no dependen ni por asomo de la Argentina.
A contramano del mundo, optaron por ponerle plazos tan precisos como ilusorios a cuestiones que no dependen ni por asomo de la Argentina
A esta altura del año, y con más de nueve meses de pandemia a cuestas, no hay caretas que resistan el peso de la realidad. Primero apostaron al encierro como única herramienta para contener el virus y luego, haciendo gala de una irresponsabilidad repudiable, vendieron esperanzas con la llegada de las vacunas. La gestión de la crisis está repleta de grises y contradicciones, de declaraciones sin sustento y de medidas caprichosas.
Todo esto sucede en un contexto de relativa tranquilidad por el descenso de casos y muertes en casi todo el país, principalmente por el factor estacional y la consecuente oportunidad de reunirse al aire libre donde los riesgos de contagio son menores. Pero los datos objetivos y circunstanciales no deben llevarnos a bajar la guardia; el panorama para las semanas venideras, con las fiestas y las vacaciones, nos exige estar muy atentos.
Ojalá arriben en los próximos días las dosis acordadas de la vacuna rusa y se encaminen las gestiones con los otros laboratorios, para que comience el proceso de vacunación en breve, una vez que la ANMAT dé el visto bueno. El desafío es enorme: llegar al final del verano con un porcentaje alto de la población inmunizada, para comenzar a ganar esta batalla larga y extenuante. Como expreso desde marzo, lo que sucede en Europa tiene que servirnos de ejemplo para reforzar la prevención y corregir equivocaciones. En estos días los países del viejo continente van confirmando el regreso de medidas restrictivas ante el salto en el número de infectados y la cantidad de camas de terapia ocupadas.
La gestión de la crisis está repleta de grises y contradicciones, de declaraciones sin sustento y de medidas caprichosas
Si en el manejo de la pandemia y de la economía el Gobierno se comporta como una banda de rock al borde de la separación, atravesada por problemas internos, desorganizada y sin un rumbo claro, cuando se trata de influir en la Justicia actúan como una orquesta sinfónica de primer nivel: funcionarios obedientes que siguen las instrucciones de la directora, coordinados y convencidos del rol que deben desempeñar. Los movimientos del kirchnerismo para cubrir una de las salas de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Py —instancia clave en las causas por corrupción— hablan por sí solos.
Termino estas líneas con el mismo mensaje que les doy a los vecinos, angustiados no solamente por la actualidad sino por las perspectivas de un futuro incierto. Seamos prudentes en este fin de año, hagamos todo lo posible para cuidarnos y no exponer a nuestros viejos. Cuando desde arriba no llegan soluciones sino más confusión, la responsabilidad ciudadana es fundamental para mantener el país en marcha.
*Diputada provincial PBA. Vicepresidente UCR Nacional.