Hace poco más de un año se detectó por primera vez el Covid-19 en la ciudad china de Wuhan. Desde entonces el virus mutó decenas de veces. Los expertos sostienen que las nuevas cepas no son, al menos por el momento, algo de lo que preocuparse. No obstante, se mantienen en alerta para asegurarse de que esta enfermedad no vuelve a sorprender al mundo.
La última cepa de coronavirus detectada fue en el sureste de Inglaterra. La aparición de esta mutación de la enfermedad coincide con un incremento en los aumentos de los contagios en el Reino Unido, pero el Gobierno no pudo asegurar si es la causante de la suba de infecciones. El ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, indicó que esta variante de la enfermedad no es aparentemente más peligrosa ni reacciona de forma diferente a las vacunas.
El Reino Unido es uno de los países más afectados en la segunda ola de Europa, con casi 65 mil muertos, y fue el primero del mundo occidental en iniciar el pasado 7 de diciembre una campaña de vacunación masiva, tras haber aprobado el uso de emergencia de la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech. Las autoridades esperan haber vacunado a los grupos de mayor riesgo en abril.
El SARS-CoV-2 presentó algunas modificaciones pero que por ahora no son de tipo estructural, dijo López
Las mutaciones en un virus son comunes. Algunas los vuelven más resistentes a los tratamientos, otras los hacen más transmisibles pero menos mortales y las hay que no tienen ningún efecto en la práctica.
"Todos los virus tienen gran capacidad de mutación, sobre todo los respiratorios. Un claro ejemplo es la gripe, que muta todos los años, por eso hay que cambiar la vacuna anualmente. Lo que se vio en este 2020 de pandemia es que el SARS-CoV-2 presentó algunas modificaciones pero que por ahora no son de tipo estructural", expuso a PERFIL Eduardo López, infectólogo e integrante del Comité de Expertos que asesoran a Alberto Fernández (MN: 37.586).
La última cepa detectada en el Reino Unido estaría dentro de los cambios poco influyentes. "Hay mutaciones menores que no alteran la respuesta inmunológica. En este caso, no hay modificaciones importantes en la proteína Spike, que es la que se encuentra en la superficie del virus y le permite ingresar a las células que infecta", indicó Ricardo Tejeiro, infectólogo del Hospital Pirovano e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (MN: 58065) a este medio.
Las proteínas Spike y sus subunidades son las que generan una respuesta inmune en los pacientes contra la enfermedad. "El anticuerpo se une a esta proteína y neutraliza la posibilidad de que el virus ingrese a la célula", precisó Tejeiro.
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El foco en las vacunas
Los expertos consideraron que no estaríamos entonces frente a una mutación mayor del virus, como sucedió en el 2009 con la pandemia de gripe A-H1N1. Un cambio mayor podría implicar la necesidad de modificar las vacunas que se desarrollaron. "Hasta ahora las mutaciones que tuvo este virus han sido insignificantes por lo que no afectan a la eficacia de las vacunas", consignó el infectólogo y director del Centro de Enfermedades Tropicales de Córdoba (MN: 54.101), Hugo Pizzi.
La preocupación por una posible mutación del coronavirus se incrementó a fines de septiembre, cuando un grupo de científicos detectó una nueva cepa en España. Para ese entonces, las vacunas aún se encontraban en desarrollo.
“Cuando llegó la segunda ola en España los expertos notaron que había una modificación en el virus y lo mandaron a un Instituto de Basilea en Suiza para su análisis. Los resultados indicaron que sí hubo una mutación pero que eso no impediría la acción y eficacia de las vacunas que estaban diseñadas. Las evaluaciones que se hicieron en Inglaterra y Alemania también confirmaron lo mismo”, explicó Pizzi.
Esas modificaciones explicarían el primer caso de una persona reinfectada. Fue un hombre de 33 años residente en Hong Kong, que se contagió de coronavirus dos veces en el lapso de cuatro meses y medio. El paciente dio por primera vez positivo al test el 26 de marzo tras haber presentado varios síntomas. Luego, el 15 de agosto fue diagnosticado de nuevo. Pero esta vez no presentó ninguna manifestación de la enfermedad. Se le detectó gracias al test que se realizó en el aeropuerto de Hong Kong, de regreso de un viaje a España vía el Reino Unido. "Los anticuerpos que generó la primera vez le hicieron pasar sin ningún problema la cepa que experimentó en España luego", señaló Pizzi.
Algunos estudios apuntan a que podría ser que con las modificaciones, el Covid-19 sea más contagioso pero menos letal. Sin embargo, otra posible explicación del aumento de contagios en diferentes puntos del mundo puede ser el relajamiento de la población. "Las conductas riesgosas como no aplicar las medidas de prevención podrían haber generado un incremento de las infecciones en el Reino Unido, o como está sucediendo acá también", apuntó Tejeiro.
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Asimismo, López señala que la cepa detectada en el Reino Unido podría haber surgido de España. Los británicos tienen por costumbre vacacionar en la costa Mediterránea y podrían haber llevado a su país la cepa originada en la península ibérica.
Sea como fuere, la comunidad científica no puede bajar la guardia. "No es menor la discusión porque las mutaciones podrían hacernos cambiar las vacunas que estamos preparando, pero hoy por hoy no es así. Hay que estudiar muy bien estas cepas y seguirlas a través del tiempo para ver cuánto han variado. El virus podría eventualmente tener una mayor capacidad de transmisión, que es lo que se especula en Europa, pero se necesita mayor investigación", sostuvo López.
B.D.N./FF