Arranca la cuenta regresiva. En cinco días se inscriben las alianzas y en quince, las precandidaturas, y se termina una parte de la especulación electoral a nivel nacional. Cae la bandera a cuadros y arranca una carrera que tiene como meta el 13 de agosto de 2023. Esta carrera es de postas y resistencia. De resistencia para el electorado que, sobrecargado de mensajes, va perdiendo interés en el proceso electoral y en los competidores y tan solo espera ver qué resultado arrojan las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. De postas para los partidos, que están precalentando para esta carrera desde –por lo menos– inicio del año, y que a partir del 24 de junio terminarán de formar equipo para la elección nacional. Para ellos, además, el 13 de agosto es un mojón más en el camino, otra posta que pasar para avanzar hacia la elección general del 22 de octubre.
Es también una carrera de postas para las elecciones distritales. Municipales o provinciales –o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires–, durante este año se renovarán autoridades ejecutivas y legislativas en todos los distritos. Y cada una de estas postas supone para los partidos y las agrupaciones la posibilidad de dar discusiones internas y entre sí con el fin de ir saldando las distancias –que muy claramente se fueron planteando en los últimos años– hacia un horizonte de trabajo conjunto. Florece la política como herramienta transformadora, puesta al servicio de la satisfacción de las demandas ciudadanas. La política entendida como debate de ideas y generación de consensos necesita de las postas que las reglas electorales plantean para dar espacio para metabolizar las disidencias internas, para la renovación, el rejuvenecimiento de los liderazgos y la revitalización de las estructuras partidarias.
Frente al discurso de la antipolítica, las reglas electorales vienen a dar certidumbre sobre los procesos y sus límites. Una suerte de brújula que indica el camino y que ordena la oferta también para los electores. Y ante todo potencia el carácter democrático del proceso electoral. En el caso de la elección nacional, dando espacio para que la ciudadanía intervenga en la selección de candidatos. Y aunque están quienes consideran perjudicial la competencia interna de los partidos y las alianzas, es indudable que la posibilidad de dar la disputa interna es un mecanismo por demás saludable. Y la condición federal del Estado argentino suma instancias que promueven más arenas de intercambio para los partidos, y más posibilidades de satisfacer preferencias para los electores. Concurrentes o no, las múltiples elecciones –de distritos y nacionales– permiten que los ciudadanos podamos ejercer votos sinceros o estratégicos en función de nuestras predilecciones locales o nacionales.
La carrera de resistencia que enfrentamos como ciudadanos es más elusiva. En un contexto de clara desafección política resulta importante que, como electores, comprendamos la relevancia que tiene no solo poder ejercitar nuestro derecho a seleccionar a los candidatos y posteriormente a nuestros representantes, sino también la capacidad de identificar con la mayor claridad posible nuestros intereses, la jerarquía interna que les damos y en qué nivel de gobierno podemos verlos satisfechos. Que podamos ver los beneficios que las reglas electorales tienen para los ciudadanos y el efecto de los votos en cada una de las instancias que plantea el calendario electoral. Que reconozcamos que la posta de las PASO nos da la chance de participar en la definición de la oferta de candidatos. Y que esa oportunidad va a redundar en la conformación de la oferta electoral de octubre.
El ciudadano informado, aquel que conoce las reglas e identifica sus prioridades, puede decidir cuándo hacer su voto estratégico y cuando su voto sincero. Puede incidir en la selección de candidatos y en la elección de representantes. Y tiene la capacidad de transformar la carrera de resistencia en una de postas que le permita aplicar diferentes tácticas en la medida en que se acerca hacia la meta.
*Profesora de Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires. Red de Politólogas #NoSinMujeres. Tw. @paulibertino.