La dieta de entretenimiento para los integrantes de un hogar promedio en una ciudad mediana o grande de nuestro país suele incluir algo de esparcimiento gratuito, al aire libre o en espacios cerrados; alguna actividad gregaria como cumpleaños y efemérides sociales; una porción de redes sociales, alguna dosis de zapping en televisión; series o películas de alguna plataforma de abono. También, para muchas personas, el deporte es uno de los ejes del sábado o domingo, ya sea que lo practiquen o que sean espectadores, presenciales o por TV.
Las medidas para evitar o ralentizar la propagación del coronavirus afectan a la mayoría de las actividades presenciales y puede ser que se vuelvan aún más restrictivas: las competencias deportivas se están jugando sin espectadores; la oferta estatal de museos y espectáculos ha sido suspendida; también los eventos de importante concurrencia directamente postergados sin fecha cierta, y resta ver qué sucede con infinidad de actividades de menor envergadura que aún no han sido cancelados. En el mundo de lo privado, muchos casamientos, cumpleaños y fiestas ya han sido levantadas.
Es lógico estimar que aumentará la demanda de entretenimiento que pueda ser "consumido" o realizado desde los hogares. Y allí entran a jugar algunas cuestiones relevantes a la hora de contener las ansiedades lógicas de una situación no deseada y compulsiva.
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Comencemos por las plataformas de series y películas on demand. Aquí Netflix se ha instalado como líder y seguramente experimente un impacto positivo en la cantidad de abonados, y no solo por el aumento del precio de sus acciones (que lleva un crecimiento del 15% en lo que va del año, según informó la BBC https://www.bbc.com/mundo/noticias-51710459). Sintomáticamente, en enero de este año con el coronavirus en expansión, se informó que en nuestro país el abono aumentaría entre 11 y 21%. ¿Se estaban preparando para la cuarentena?
Una de las actividades más realizadas por las generaciones jóvenes son los E-Sports (o deportes electrónicos), se trata de competencias de video juegos online, en las que generalmente participan muchos jugadores. Nos referimos entre muchos otros al FIFA, Dota, League of Legends, Hearthstone, Heroes of the Storm, Quake o Counter Strike. Estos se han transformado en una industria pujante también altamente demandante de ancho de banda de Internet.
Si los celulares son ese aparato del que no nos despegamos por nada del mundo, las redes sociales son una de las actividades que más realizamos con ellos. Seguramente aumentaremos la exposición a ellas y crecerá el contenido generado por los participantes, de todos los rangos de edad.
A esto debemos sumarle la implementación de trabajo remoto conectado (teletrabajo) en el sector privado y en el Estado. Para esto en muchos casos se requerirá de una conexión a internet en los hogares, que resista la implementación de escritorios remotos, redes privadas virtuales (VPN), herramientas de trabajo en grupo y videoconferencias.
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Todas ellas nos obligan a pensar en la infraestructura de acceso a internet, que seguramente se verá más exigida. Será la oportunidad de ver si está en condiciones de soportar altas demandas a horas en las que no estábamos preparados. Además se pondría prueba las características de algunas tecnologías para dar respuesta en situaciones críticas.
El 4G no ha logrado aún la cobertura completa de nuestro territorio. Las metas e inversiones comprometidas no se compadecen con la realidad. Por lo tanto buena parte de los ciudadanos, aun cuando tengan posibilidades económicas, no podrán usar sus dispositivos móviles para consumos de alta demanda de ancho de banda como los que mencionábamos.
También es bueno tener en cuenta que (salvo en algunos espacios públicos) el acceso a Internet no es gratuito y los precios están fuera de la regulación estatal por no tratarse de servicios públicos. Las estadísticas nos muestran un promedio de 6,4 de cada 10 hogares con acceso a Internet de Banda Ancha, pero existe muchísima disparidad entre las grandes ciudades donde la conectividad es alta y las regiones de menor densidad donde no solo hay muchos menos hogares conectados sino que el ancho de banda es menor (y por consecuencia la posibilidad de consumo de contenidos).
Esta enumeración, que no pretende agotar todas las posibilidades, deriva la atención hacia las posibilidades gratuitas que tenemos o podríamos tener, tanto las que no requieren de acceso a Internet como las que sí. En primer lugar tenemos un robusto sistema de radio y televisión abierta que cubre prácticamente a toda la población. Si tenemos en cuenta, además, el sistema de Televisión Digital Abierta (TDA), 8 de cada 10 habitantes del país podrían tener acceso gratuito a un mínimo de 16 señales de televisión en los que están la TV Pública, Encuentro, Paka Paka, DeporTV y TecTV, que se suman a las ofertas locales, distribuidas entre 70 operadores privados, públicos provinciales, comunitarios o universitarios. Este sistema implicó una enorme inversión en infraestructura pública realizada a partir de 2010. La robustez de la plataforma de la TDA es tal que ni siquiera la ausencia de mantenimiento en 4 años de desidia macrista logró voltearlo. Se agregan además plataformas on demand públicas con contenidos de alta calidad como Cont.Ar y Cine.Ar.
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La desagradable combinación de recesión y pandemia nos obliga a pensar cómo mejorar los contenidos de las plataformas gratuitas, revisar los canales que se distribuyen a todo el país en la TDA para dar lugar a más y mejores producciones con trabajo nacional. También a revisar el capítulo de las infraestructuras, activando los procesos de mantenimiento para garantizar acceso las 24 hs y todos los días e informar para que quienes aún no lo saben sintonicen la TDA en sus pantallas. Si hablamos de Internet, mejorar las velocidades y el acceso allí donde falta, en condiciones adecuadas a las posibilidades económicas, sabiendo que alrededor de un tercio de los hogares tienen problemas económicos.
En cuanto a contenidos, es preciso hacer es el esfuerzo de sumar a las plataformas gratuitas aquellos que pueden ayudar a sobrellevar el momento: competencias deportivas como el fútbol (gratis ahora que se juega sin público), ficciones de calidad que las hay en cantidad y contenidos educativos en línea con los objetivos escolares.
(*) Gonzalo Carbajal Vicepresidente de Radio y Televisión Argentina
@zalet