OPINIóN
Efemérides 2 de mayo

Día internacional de lucha contra el Bullying

Desde el hostigamiento verbal a la violencia física, el maltrato psicológico y la segregación social hay muchas maneras de ejercer el bullying, pero todas conducen a lo mismo: soledad, tristeza, y miedo

El Bullying, un flagelo de nuestra sociedad
El Bullying, un flagelo de nuestra sociedad que sufren los más chicos | Télam

Varios investigadores suponen dificultoso efectuar una correcta definición del bullying o acoso escolar, no obstante, la mayor coincide en referirse a esa situación como, aquella en que una víctima se halla en reiterada exposición a conductas dañinas por parte de uno o más compañeros. 

La intimidación entre pares en el ambiente escolar, se repite, no siendo un hecho aislado. El fenómeno bullying hace mención a la existencia de un desequilibrio de fuerzas (o una relación asimétrica de poder), en el sentido de los alumnos expuestos a este tipo de actitudes negativas tengan dificultad para protegerse y en cierta medida quedan indefensos frente a la persona que los acosa. 

Hostigamiento físico, verbal o psicológico, en estos episodios de violencia, se busca premeditadamente un esquema de estilo agresión-sumisión entre la víctima y los provocadores.

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El bullying no se soluciona solo

Tanto las víctimas, los agresores y los testigos advierten la incidencia de diferentes formas de maltrato, entre los que se encuentran: 

  • Eliminación social: ignorarlo, no dejarlo participar.
  • Desafío verbal: Insultar, poner sobrenombres, hablar mal de ellos.
  • Violencia física indirecta: esconderle sus cosas, rompérselas, robárselas.
  • Violencia física directa: golpearlos.
  • Intimidaciones: provocar temor por medio de amenazas o intimidarlos con armas.
  • Hostigamiento sexual.


Bullying: diferentes actores

Los diferentes participantes en este estilo de violencia son: el agresor, la víctima y los espectadores (estudiantes, docentes, personal de la escuela). 

En el caso de las personas adultas mencionadas, el hecho de que sean testigos puede ser concluyente en la ocurrencia de los casos de bullying, al estimular, o frenar las acciones del agresor.

El rol de los testigos es muy significativo en esta dinámica, ya que en algún momento de la vida todo sujeto ha sido testigo de algún suceso de violencia. Existen dos grandes grupos de espectadores; por un lado, el de los estudiantes y por otro, el de los docentes y personal de la escuela. Es posible diferenciar tres tipos de testigos: 

a) Testigo indiferente-culpabilizado

Este tipo de observador advierte la provocación, de todas maneras, piensa que es una cuestión que no le incumbe ya que a él no le toca. Es posible que suponga injusta la provocación, que se sienta afectado por lo que sucede, igualmente no actúa por miedo a ser el próximo en ser acosado. 

b) Testigo amoral

Justifica la provocación ya que posee la creencia de que, en la vida, hay personas más poderosas y otras más débiles o porque la víctima hizo algo que lo hace merecedor de lo que sucede.

c) Testigo pro-social

Este testigo, enfrenta activamente la situación, confrontando al victimario, ubicándose en un rol de salvador.

Una de las señales de alarma de que un niño sufre bullying es que deje de tener ganas de ir al colegio, no las ganas más comunes, sino que, al llegar el momento de ir al colegio, empiece a sentir dolores de estómago, ansiedad, o se muestre retraído.

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Otro indicio de bullying es que la víctima se aísle del resto del grupo dentro del colegio: “Estas dos características son claves: la falta de deseo de asistir a clase y el aislamiento dentro y fuera del colegio son señales de que algo no está yendo bien, por lo que es necesario intervenir y averiguar qué le sucede al niño.

Una vez que una situación de bullying se instaura, es muy difícil de solucionar, es usual que el agredido se cambie de colegio, y una vez que deja ese colegio, el hostigador sigue allí y busca una nueva víctima para ocupar ese lugar: la situación de bullying no termina, cambian los protagonistas. 

Lo más importante es trabajar la prevención y la promoción de conductas saludables antes que trabajar con un problema ya desatado. 

Los colegios que trabajan la interacción de los alumnos, que hacen periódicamente talleres de convivencia, y que trabajan la asertividad (decir lo que a uno le molesta sin ser agresivo), son colegios que no suelen tener situaciones de bullying.


*Dr. en psicología (MN: 66869), docente, tallerista y autor 
@calvoflavio