Cuando hablamos de calidad en la salud, posiblemente el lector piense en un médico con grandes conocimientos, vestido con un guardapolvo muy blanco, rodeado de la mejor tecnología específica y herramientas avanzadas para atender a los pacientes. Imaginará quirófanos de avanzada, de brillo resplandeciente y superficies de acero y aluminio pulidas y asépticas; listos para curar.
Todo lo arriba descripto es cierto, pero el universo de la salud –como tantos otros- se ha transformado en algo más complejo. Ya no alcanzan la tecnología y la infraestructura médica para lograr la tan ansiada calidad en la salud, y el camino de la mejora contínua. Nuevos factores han entrado en escena: las famosas habilidades blandas y las capacidades de gestión del talento se han transformado en agentes de cambio clave del proceso.
La banalización de la medicina nos conduce ¿hacia la destrucción de nuestra profesión?
Entablar acuerdos de compromiso. Regular los procesos y generar un balance de comunicación adecuado. Definir claramente una cultura médica. Establecer proyectos y actividades que sean trazables desde la dirección de la organización pero también desde las estructuras operativas de un hospital. El camino hacia la mejora contínua muestra un nuevo paisaje.
La calidad en la salud depende hoy de una mirada de 360 grados del “acontecimiento médico”
Un enfoque holístico. Sin caer en un enfoque reduccionista o en un mero marketing hospitalario, la calidad en la salud depende hoy de una mirada de 360 grados del “acontecimiento médico”. Para que un médico especialista pueda ejercer su arte en su mejor versión, no sólo depende de sí mismo, sino de un complejo ecosistema en donde el conocimiento es sólo un factor –importante, por supuesto- entre otros agentes para el logro de la excelencia operacional.
Y esta idea fue repetida en forma constante en la 10ª Jornada Abierta del Foro Latinoamericano Colaborativo en Calidad y Seguridad en Salud, realizada en Buenos Aires entre el 11 y 13 de septiembre últimos. Más de 700 profesionales médicos confirmaron que una planificación estratégica que incluya una propuesta de valor clara de la institución; así como el desarrollo de una política de responsabilidad social hospitalaria, o el desarrollo y trazabilidad de la experiencia del paciente son tan importantes como la sapiencia médica específica, y ayudan a crear las condiciones culturales para que el aprendizaje y la mejora sean parte de la vida cotidiana de la organización.
"Para que la medicina siga siendo un arte"
En el Hospital Garrahan hemos iniciado un proceso de acreditación internacional frente a la Joint Commission International, y comprendemos este enfoque, a partir del cual contemplamos estos nuevos agentes de cambio: los modelos de gestión, la gobernanza y responsabilidad institucional, el empoderamiento del paciente, el desarrollo de las habilidades de liderazgo, la gestión de los riesgos, entre muchos otros factores.
Al final del día, nuestra misión es siempre la misma: curar a las personas, ya sea desde la gestión o el ejercicio médico específico. El desafío es poder transformarnos a nosotros mismos, aún cuando el entorno que nos rodea sea resistente a las alteraciones que toda evolución provoca. Pero estas barreras no deben detenernos. Porque como decía Marcel Proust: “aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”.
*Abogada. Miembro Titular del Consejo de Administraciòn del Hospital Garrahan.
