La vileza pertenece a un argentino infame pero Eileen Truax, periodista y cronista mexicana, la conoce perfectamente. La respuesta sórdida, inverosímil: el cachetazo que flota a través de los años de muerte innombrable y de aflicción que aún estaban por venir, tuvo lugar el 13 de diciembre de 1979, en el Salón Blanco de la Casa Rosada. La pronunció Jorge Rafael Videla ante la inesperada pregunta del periodista José Ignacio López-la única que se recuerda de entonces-, “sobre el problema de los desaparecidos y de los detenidos sin proceso”.
"El desaparecido, es una incógnita, no puede tener ningún tratamiento. No tiene entidad…no está, ni muerto ni vivo. Frente a eso, no podemos hacer nada. Esa afrenta tiene una irrigación natural con su historia, con la de sus propios desaparecidos. “Es distinto pero, al fin y al cabo, lo mismo”, dice Truax, docente de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y una de las voces genuinas de un nuevo periodismo narrativo que pretende contar los hechos en su estado natural, por canales alternativos.
Desaparecer, es el texto con el que Truax metió el dedo en la hipocresía institucional mexicana. “Cuando tras años de búsqueda alguien aparece, con frecuencia es en una de las cientos de fosas clandestinas que han brotado en medio de la nada en las regiones que los criminales de todo signo se disputan para traficar drogas y personas. (..) Y nadie se hace responsable de eso”, escribió.
El texto forma parte del volumen “Mejor que Ficción: crónicas ejemplares”, reeditado recientemente por Jorge Carrión y cuenta con las firmas de Juan Villoro, Leila Guerriero, Sabrina Duque y Cristian Alarcón, entre otros. “Yo he cubierto migración muchos años. Hablas con estas mujeres que buscan a sus hijos y dices como puedes vivir con ese dolor…yo en el texto cuento que mi hijo estuvo desaparecido casi 60 horas. Y mi cabeza dio vueltas porque tengo todas esas historias en el disco duro”.
Su hijo aparecería pero en menos de un año fallecería por problemas de salud y de pronto, Truax estaba ante lo antinatural para lo cual “nada te prepara”: “no hay un nombre para eso, no eres viudo, no eres huérfano”, escribe. “Cuando hice el texto entendí que el ver su cuerpo sin vida, el poder abrazarlo y decirle cosas, el conocer los detalles de la muerte lo cambia todo. La forma en que te impacta la pérdida. Siempre será durísima como la ausencia pero esas variables te ayudan. Te da la certeza que te permite seguir. La gente dice que lo peor que puede pasar es que se muera tu hijo pero lo peor es que se te desaparezca”
Truax recuerda de paso que hay actualmente 100 mil personas desaparecidas en México, 100 mil familias que viven un infierno peor que el suyo: “Mi caso se vuelve un privilegio en una sociedad donde cada vez es más común tener muerto sin cuerpo. Es la magnitud del daño que nos han hecho”.
La mexicana sabe que su reflexión es una mezcla de los dos problemas de su país en los últimos tiempos: migración y narcotráfico. “Cuando en 2006 llegó Felipe Calderón a la presidencia empezó esto que se ha mal llamado guerra contra el narco. Quienes conocemos el “tema” vimos cómo se agravó todo a partir de la convergencia de las rutas de los migrantes ilegales y la del narcotráfico. Los feminicidios y los crímenes en Ciudad Juárez se convirtieron en un fenómeno más allá de un lugar y del género, Y de pronto, desaparecían todos en todos lados y se masificó la muerte. Quienes trabajan para estos grupos a menudo son jóvenes, en buena condición física y también extranjeros. Entonces cuando desaparecían, nadie
preguntaba por ellos”.
Netfix y el nuevo periodismo
¿La serie Narcos de Netflix refleja algo de esa realidad? “Rechazo este tipo de producción. Hacer apología del delincuente y glamorizar el narcotráfico es el peor error. Construir esa narrativa masiva cuando nos cuesta tanto trabajo investigar y luego publicar lo que realmente pasa, con el costo de vida de familias y de colegas me deja impotente. Cuesta tanto visibilizar eso para que Netflix llegue y atropelle nuestra narrativa e imponga ese relato del espectáculo. En Barcelona vas a las tiendas de turistas y hay camisetas de Escobar o Guzmán como rockstars. Es una banalización de una de nuestras peores tragedias”.
Pero también los periodistas como Truax trabajan hoy en una nueva dinámica de las narrativas que se construyen a diario y no “en el diario”. “Las plataformas permiten hoy comunicar cosas que antes eran imposibles. Tik Tok y un bailecito está bien pero también hay gente que quiere entender ¿no?. El problema del periodismo de inmediatez es que solo anuncia pero no explica. El problema es que las grandes empresas no están apostando por ese periodismo. En España los jóvenes ya no consumen La Vanguardia o El País”.
El problema no es-como quizá en Argentina- solo la hegemonía. El problema es la segmentación de contenido, lo sesgado de la mirada. El lenguaje, afirma Truax, se construye cada día y para eso se necesitan voces diversas. “España es un país con un alto porcentaje de inmigración y es ridículo que no haya inmigrantes en las redacciones de los grandes medios. No estás contando el país en el que vives porque no hay una representación social en la gente que hace el medio; el lenguaje, los intereses son diferentes. Es muy importante la mirada y el punto de vista para esa gente que vino a tu país. Esas audiencias no encuentran eco en esos medios”.
Actualmente, las comunidades están haciendo sus propios medios con periodistas independientes que empiezan a apostar a sus propias coberturas. Se financian proyectos y temas que abordan quienes escriben. Es el ejemplo de Altair, Periodistas de a Pie, La VeinalTv, Elites sin destino y otros proyectos similares que se diferencian de los formatos convencionales. “Creo que estamos en una generación bisagra donde estas iniciativas aún no se pueden capitalizar como quisiéramos pero allá vamos. Tengo poca fe en los medios y mucha en los periodistas. En México, el periodismo independiente se hace fuera de los grandes medios. La tecnología ha permitido darle la vuelta a esto y crear colectivos y el periodismo del futuro es de colectivos y de temas o no será nada. El periodista lobo solitario que tiene la primicia ya no existe”.