Escribo esta líneas sin conocer aún el resultado de la elección, por voluntad propia. Podría/ debería esperar. Después de confirmados los porcentajes, convertidos los goles, ¿quién recuerda/a quién le importa, todo lo dicho/especulado/analizado antes del partido. Sólo a las consultoras que viven de ofrecer/vender sondeos/encuestas a candidatos/gobiernos/empresas. Según se hayan acercado, o no, a los números finales, más se cotizará su medición/ estudio de opinión en los meses previos a las elecciones de noviembre 2021/octubre 2023. Algunos, muy pocos, podrán decir que fueron los que más conocen el sentimiento verdadero de la ahora llamada "gente"/ los antes conocidos como "ciudadanos", y ostentar el premio del jurado concedido en este festival.
Victoria Tolosa Paz: "Hay demoras, pero todo se va ir desenvolviendo con normalidad"
Los cortes de esa merca de datos, según edad/ clase/provincia/ ciudad/barrio/ y demás, cocinados por politólogos/sociólogos en base a probados métodos de investigación, calman en la previa la ansiedad de los adictos que tienen algo que ganar/perder en el juego político. De paso, entretienen a los apostadores que ven girar la ruleta a distancia de la mesa central o miran con largavista la carrera de caballos. Como la mayoría de los opinólogos científicos viene fallando seguido, la cátedra duda hasta los cien metros finales a qué patas poner sus mangos.
Dicho esto, aclarados los términos y condiciones, decido no esperar la cuenta porque, después de tantas elecciones consumidas acá, ya sé que no la vamos a poder pagar entre todos en el corto plazo. Salvo que las mafias que tienen cooptado el Estado nos concedan un generoso largo tiempo de recuperación sin apretarnos con la variedad de impuestos con intereses personales/sectarios/corporativos/ usurarios/extorsivos que suelen aplicar a los morosos que resisten el pago de tasas confiscatorias/ sobreprecios/ sobornos/ peajes/coimas/pelusas varias.
En el tiempo de reflexión, las cuarenta y ocho horas que la ley concede supuestamente para considerar/ evaluar/valorar todo lo dicho/ hecho en la campaña electoral, anuncios/declaraciones/promesas/propuestas/proyectos/además de las que dieron vergüenza ajena, comprendí que en realidad el detalle final del total, la suma/ la diferencia entre unos y otros, no iba a alterar el reparto de responsabilidades. Las que les corresponden a ellos por postularse a querer estar/seguir ahí, cobrando/administrando, con mayor o menor decencia, guita/vidas/bienes ajenos, y las que nos toca como electores.
Hace rato que en esta casa común, en la que invertimos desde el pozo, el agujero detonado sigue ahí sin que podamos poner los cimientos como para construir al menos el décimo subsuelo
No es momento/día/lugar para hacer nombres, pero si la tendencia insinúa que según los datos de mañana, en noviembre los tipos que acusaban de las peores cosas a quienes ahora responden, o te prometían meter presos a los que ahora son sus socios, van a tener mayoría en el Congreso, no hace falta esperar el resultado para saber qué sucederá después. Si, por el contrario, pierden esas mayorías en el Congreso, tampoco. Como en el juego, la verdad de las urnas tendrá consecuencias, aunque no inmediatas. Y el que diga que no, una prenda tendrá. Prenda, entendida como hipoteca a levantar en cuotas. Porque hace rato que en esta casa común, en la que invertimos desde el pozo, el agujero detonado sigue ahí sin que podamos poner los cimientos como para construir al menos el décimo subsuelo.
El día que se vota es para quienes padecen desde siempre la sed, el hambre de una democracia transparente, honrada, justa, es el único que viene con garantía de ánimo, alegría, ilusión.
Si se lee después, mientras todos los participantes seguramente festejan algo de lo que les tocó en el reparto, este apunte será rápidamente deshechado. Los esperanzados electores de unos y otros lo van a considerar demasiado pesimista. Será tan fugaz que no dará ni para olvido. No era esa la intención. Es probable que los años de decepción, siempre a la espera de lo que todavía no sucede, le hayan doblado la mano a la voluntad de confiar una vez más. Será por eso, tal vez, que decidí escribir estas líneas sin esperar a conocer los resultados
Una pena, porque el día que se vota es para quienes padecen desde siempre la sed, el hambre de una democracia transparente, honrada, justa, es el único que viene con garantía de ánimo, alegría, ilusión.
Ya se dará. Esta demostrado que tarda, pero llega. Paso a paso.