OPINIóN
beijing ante la pandemia

Enarbolando en alto la bandera de la ciencia y la cooperación

20210718_china_ciencia_medicina_cedoc_g
China. En primera fila del mundo en investigación y desarrollo, fabricación y suministro de vacunas. | cedoc

Mientras en todo el mundo estamos esforzándonos por encontrar la solución eficaz para enfrentar la incesante mutación del nuevo coronavirus y la distribución desigual de vacunas, unos políticos y medios de comunicación estadounidenses y europeos, a los cuales no les importa nada el problema más urgente de la humanidad, mediante hechos preocupantes, incalificables y deplorables –como la manipulación política sobre el estudio del origen del virus SARS-CoV-2, la predicación del nacionalismo de vacunas, así como la interferencia en la lucha científica y cooperativa contra la pandemia– solo se dedican a echarles la culpa a los demás, intentando convertir en chivo expiatorio de la pandemia a China, país que ha logrado un gran éxito en su reacción contra el covid-19 y ha brindado importantes contribuciones al combate global contra este flagelo.

Varias prestigiosas revistas internacionales de la ciencia médica y muchos profesionales han confirmado que tempranamente, en 2019, ya tuvieron lugar brotes del nuevo coronavirus en muchos lugares del mundo, incluso en Estados Unidos y países europeos. En el caso de China, fue el primer país en brindar información sobre el covid-19 a la OMS y a todos los demás países, en publicar las secuencias genéticas del SARS-CoV-2 y en compartir con todo el mundo su experiencia de la prevención y control del coronavirus, ganando un tiempo precioso para la lucha global contra la pandemia. Mientras tanto, superando la inmensa presión doméstica en su propio combate contra el coronavirus, China envió cerca de cuarenta misiones de expertos médicos a pedido de más de treinta países, además de haber enviado una gran cantidad de insumos médicos a más de 160 países y organismos internacionales a través de donaciones y suministros, hecho que no solo demuestra la gran responsabilidad que nuestro país ha asumido en el liderazgo en la lucha contra la pandemia, sino que también ha recibido amplios elogios de la comunidad internacional.

El estudio sobre el origen del virus es un tema científico complejo y serio, que consiste en una obligación de todos los países

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

No hay ninguna evidencia para dar por comprobado que el nuevo coronavirus se haya originado en China, país que desde el principio ha venido apoyando a la OMS en el estudio sobre el origen del SARS-CoV-2. A comienzos del año en curso, los expertos designados por la OMS realizaron una investigación profunda y exhaustiva sobre el virus junto con sus homólogos chinos en Wuhan durante cerca de un mes. Después de varias visitas a hospitales y laboratorios, y de análisis masivos de datos, se publicó el informe indicando que es altamente improbable que el virus se haya originado por un incidente de laboratorio. El día 5 del presente mes, 24 expertos internacionales realizaron en la revista The Lancet una declaración conjunta, en la que demostraron que el virus se originó y evolucionó en la naturaleza, contradiciendo la teoría de algunos políticos estadounidenses de que el virus se escapó de un laboratorio.

El estudio sobre el origen del virus es un tema científico complejo y serio, que consiste en una obligación de todos los países y que debe realizarse por los científicos en el ámbito global. Unos pocos países, con sus engaños sucios de politización, clasificación geopolítica, difamación, e incluso con la instrucción a sus agencias de inteligencia para que vayan a buscar supuestas evidencias, echan la culpa de sus propios fallos a los demás, provocando conflictos entre otras naciones y arriesgando la cooperación internacional contra la pandemia. La mayoría de la comunidad internacional y China se oponen a todo lo que profane la ciencia, que descuide la salud de los pueblos y que atropelle las normas básicas de las relaciones internacionales, contra lo cual hemos luchado y seguiremos haciéndolo con toda firmeza. Estamos convencidos de que la luz de la ciencia y la justicia disipará la tenebrosidad.

China y Argentina se encuentran en la primera línea de la cooperación sino-latinoamericana sobre vacunas

China se encuentra en la primera fila del mundo en la investigación y desarrollo, fabricación y suministro de las vacunas contra el covid-19. Desde el brote, en enero de 2020, China ha venido fomentando fuertemente la investigación y desarrollo de todos los tipos de vacunas, tales como las inactivadas, atenuadas, de proteína recombinante, de vectores virales, así como las de ARNm. Hasta el momento, China cuenta con 71 vacunas en desarrollo, 21 en etapa de ensayo clínico, entre las cuales nueve ya se encuentran en la etapa III, cuatro autorizadas para uso doméstico bajo condiciones y dos registradas en el listado de la OMS, cifras suficientes para demostrar la seguridad y efectividad de las vacunas chinas.

Las vacunas deben pertenecer y beneficiar a toda la humanidad. China, fiel a su promesa de garantizar que las vacunas sean un producto público global, concede gran importancia al problema de la distribución desigual de las vacunas en el mundo, se opone firmemente al nacionalismo de vacunas y apoya decididamente el mecanismo Covax para eliminar la brecha de vacunas. A pesar de la inmensa demanda doméstica, China es el país que más vacunas contra el covid-19 ha enviado a todo el mundo, habiendo proporcionado hasta la fecha más de 500 millones de dosis a más de 120 países y organismos internacionales junto con la fabricación conjunta en países en vías de desarrollo como Egipto, Indonesia, Brasil, México, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. Irónicamente, los países desarrollados, con palabras vacías, prefieren acaparar las vacunas, cuya cantidad es mucho más que la necesidad doméstica, antes que suministrarlas a otros países, lo cual desenmascara y devalúa el falso valor universal y de derechos humanos que sostienen estos países.

China y Argentina se encuentran en la primera línea de la cooperación sino-latinoamericana sobre vacunas. Hasta la fecha, en Argentina hay dos vacunas chinas que están en la etapa III de prueba clínica y han sido autorizadas para el uso de emergencia en este país. Al mismo tiempo, China continúa suministrando vacunas de manera continua a Argentina. Se estima que hasta el cuarto trimestre al menos un tercio del pueblo argentino podrá ser vacunado con las dos dosis de vacunas chinas. Además, China y Argentina están impulsando la producción conjunta de vacunas, cuya materialización intensificará la cooperación bilateral científica y consolidará el respaldo para la salud de los pueblos de Argentina y la región.

*Embajador de la República Popular China en Argentina.