OPINIóN
Rebrote, vacuna y commodities

Entre las esperanzas y las turbulencias

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Fiestas clandestinas. Una de las causas del rebote de casos. | cedoc

El 2021 ya empezó, y no de la mejor manera, como se dice popularmente no empezó con el pie derecho. Mal que nos pese a los argentinos, es una realidad. Este nuevo año que recién arranca en el cual muchos depositamos la esperanza de que va a ser mejor que el pasado, trae a costas serias dificultades en sus comienzos. La tan renombrada segunda ola parece estar tocando la puerta en medio de unas vacaciones de verano donde una parte importante de la sociedad ha decidido viajar para poder disfrutar luego de un año “agobiante”.

La mediana esperanza que había empezado a transmitir la llegada de la primera vacuna fue rápidamente tapada por las preocupantes imágenes de miles de jóvenes en las playas.

Por estas horas se habla de un “toque de queda sanitario”, incluso en algunas provincias ya han comenzado a tomar tales medidas para intentar controlar de alguna manera el preocupante relajamiento social frente a la pandemia y bajar el importante incremento de contagios.

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Para muchos, los principales culpables del rebrote hoy son los jóvenes, las fiestas clandestinas y las aglomeraciones en las playas sin ningún tipo de prevención, pero también las muchedumbres convocadas por celestes y verdes en el Congreso y el velorio de Maradona. Y sí, todos los hechos mencionados fueron y van aportando lo suyo al prominente aumento de casos, pero sería hacer un reduccionismo fácil decir que la situación actual solamente es mera consecuencia de cada uno de esos hechos, sería hipócrita no reconocer que sigue siendo responsabilidad de cada uno y de todos como sociedad lo que suceda o deje de suceder.

También sería sumamente peligroso excusarse en los hechos descritos y decir “ya fue” si esto es cualquiera para qué cuidarnos, todo lo contrario, es momento de preocuparnos y ocuparnos. Tampoco vale decir que esto que nos pasa es porque somos argentinos, porque somos así, no, no nos equivoquemos, el mundo occidental prácticamente en su totalidad pasa y ha pasado por las mismas situaciones, los principales problemas, hartazgo, verano, relajación y la falta de conciencia social.

Hasta hace unas semanas atrás en Argentina estábamos con “una situación controlada” a dos o tres meses de comenzar una vacunación masiva con la esperanza puesta en las inmunidades que las vacunas proporcionarían. Pero parece que no llegamos, que el relajamiento ganó y hoy estamos como si hubiésemos retrocedido a junio del 2019, pero con un desgaste mucho mayor. Por lo pronto restringir la circulación es la única solución efectiva inmediata que ha logrado encontrar el mundo frente a los rebrotes masivos, frente a “las segundas olas”. En estos momentos en la mayoría de los países europeos donde atraviesan estas situaciones han decidido de manera inminente implementar nuevas cuarentenas con toque de queda e importantes restricciones. Al parecer aquí estamos muy cerca de ello.

Sin ser pesimistas, pero sí realistas el panorama en este arranque del 2021 no es muy alentador. Porque a la pandemia hay que sumarle el aumento silencioso del dólar paralelo. Que enero de por sí comparado a diciembre es un mes de menos billetes en los bolsillos. También agregar que a principio de año (finales de enero, principio de febrero)  comenzarían las tan esperadas y en muchos lugares siempre conflictivas paritarias, además, agregar uno de los factores claves del 2021, que es un año electoral, lo que naturalmente desde temprano acarreará tensiones dentro de los frentes y espacios políticos, y fuertes batallas mediáticas entre los mismos, donde vale todo, donde muchas veces reina la desinformación, la cual trae mayor incertidumbre a la sociedad y en este contexto es terriblemente dañina.

Que el comienzo de año se vea y pronostique turbulento no quiere decir que el panorama sea igual para el resto del año, hay esperanzas, en primera instancia dependemos de si se logra que el sistema de salud aguante la “segunda ola”, luego de que lleguen cuanto antes de manera masiva las vacunas con el consecuente plan de vacunación, y después que progresivamente se vaya generando inmunidad en la sociedad para frenar su circulación. Desde lo económico se espera un rebote, ya veremos qué tan alto y cómo se percibe, además se prevé un importante ingreso de divisas provenientes del mercado agropecuario, donde los precios de las commodities en el mundo son altamente favorables para el sector que nunca ha parado de trabajar pese a la pandemia.

*Director de Pulso Consultores.