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Gobernar por fuera de la grieta

Argentina todavía transita una pandemia, y no es la del Covid-19. El “virus” que padecemos se llama “grieta”. Esta “enfermedad”, provoca la imposibilidad de poder escucharnos los unos a los otros.

gustavo gennuso 21102021
Gustavo Gennuso, intendente de Bariloche. | Cedoc

Argentina todavía transita una pandemia, y no es la del Covid-19. El “virus” que padecemos se llama “grieta”. Esta “enfermedad”, provoca la imposibilidad de poder escucharnos los unos a los otros. Es decir, escuchar al otro con ánimos de encontrar acuerdos básicos de convivencia, de buscar diez puntos estructurales para sentar las bases de un país que se desintegra día a día, y que producto de esta lógica política que no resuelve los problemas de los argentinos y argentinas.

Es tan indispensable lograr eso, como conseguir vacunas contra el odio, odio que se alimenta desde ambos extremos de la grieta. Por el contrario, la patria nos llama con urgencia a construir otro tipo de liderazgo, sin dejar convicciones al margen, pero que piense en la grandeza de la Nación e incluya las demandas de todas y todos los argentinos.

Sin cura del alma, no tendremos esperanza, y sin esperanza no tendremos nada.

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Estamos ante un momento bisagra. La inflación demuele nuestros salarios, se acumula pobreza, hay demasiado trabajo informal, la incertidumbre por la falta de reglas de juego no permite proyectar ni inversiones ni vidas. Reconstruir Argentina no es sólo la tarea de un gobierno, que sin duda tiene la responsabilidad de mostrar con ejemplaridad un camino. Reconstruir nuestro país también es responsabilidad de la oposición, de los distintos poderes del Estado, y de la sociedad en su conjunto.

A nosotros, quienes pensamos y actuamos por fuera de la grieta, nos toca gobernar en este contexto, tratando de construir una ciudad más feliz, generando desde el ejecutivo municipal políticas de mediano y largo plazo que trasciendan nuestra gestión.

Desde San Carlos de Bariloche, y formando parte de una fuerza provincial que se plantea ejercer una gestión diferente (en términos de posiciones absolutistas), apostamos a un futuro en donde la naturaleza y la tecnología se retroalimenten en un circuito virtuoso y productivo.

Queremos ser la ciudad del conocimiento, donde científicos e investigadores encuentren proyección de sus tareas, aportando valor  agregado a cualquier cadena productiva, donde la generación de nuevas energías (limpias) tengan el acompañamiento de un Estado moderno y creativo, y que proyecte y cuide el futuro.

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La agenda de la población no es la grieta. La agenda de los argentinos y argentinas es pensar el futuro, y pensar el futuro es garantizar el trabajo. Eso es lo que da tranquilidad y esperanza. Por eso, cuando vemos que el mundo camina hacia la demanda de alimentos y energía, desde Río Negro vemos una gran oportunidad, y trabajamos para que nuestras cadenas de valor se inserten en ese escenario mundial. Lograr esta tarea es clave para garantizar el trabajo de nuestros habitantes actuales, y del futuro.

Para ello, debemos salir del corset que implica la grieta para el pensamiento y la escucha. Terminar con las falsas dicotomías, es lo que nos garantizará que existan políticas de Estado que sostengan un patrón de crecimiento y desarrollo de nuestro país, en un escenario que nos favorece enormemente.

Queremos, desde la Patagonia, desde nuestro suelo, ser motores de este cambio social y cultural que nuestra sociedad necesita, y desde este laboratorio trabajar para sanar heridas y construir el futuro.

De algo estoy seguro: si en el presente no nos ocupamos de esto, no habrá base ni cimientos para poder construir el país que necesitamos en las próximas décadas. Si ponemos manos (sanadoras de espíritus) a la obra, podremos ser esa potencia que fuimos y que hoy todavía soñamos. Tenemos un pueblo maravilloso al que los dirigentes le estamos haciendo mucho daño.

Es hora que los hombres y las mujeres trabajen para la historia. Es hora de refundar un país que sufre, es hora de poner paz sobre toda discordia paralizante e improductiva.

Es hora de tener grandeza, para recuperar la esperanza.

 

* Gustavo Gennuso, intendente de San Carlos de Bariloche