La volatilidad del dólar blue es un síntoma más de problemas de fondo con un cuadro de cuasidolarización de hecho, reflejo de la inoperancia de la política económica de los últimos 50 años.
Se estiman 400 mil millones de dólares de argentinos en el exterior y otros 170 mil millones entre cajas de seguridad y colchones, todo lo cual se deriva de la mala praxis de la política. El Banco Central es quien recibe el conflicto, pero no es el responsable último. Lo relevante en la coyuntura es la pandemia y la falta de claridad en la gestión integral del tema económico por parte del Ejecutivo. El blue es el refugio natural ante una moneda que no funciona desde los 70, pues desde el Rodrigazo se depreció en 14 ceros. El Banco Central perdió reservas a lo largo del kirchnerismo. Esta dinámica de bajo nivel de activos externos de la autoridad monetaria impulsó la profundización del cepo. El cepo es una fuente permanente de distorsión sobre el sistema económico y un obstáculo para la inversión que está en 17 puntos del PIB.
No se observa un programa económico de mediano plazo ni vocación por un ajuste real, esto es comprensible dado el contexto de enorme recesión que dejó la pandemia.
Las proyecciones para 2021 suponen una inflación de 48%, un rebote de la actividad del 6% después de una caída de 10% en 2020. Es clave para el año que viene la negociación con el FMI que puede ser un ancla junto a un plan de estabilización para ordenar la economía y tranquilizarla, como dice el ministro Guzmán.
No obstante, hay escenarios alternativos que se proyectan para 2022:
- Dolarización plena de la economía en medio de la crisis, modelo Ecuador 2000. Es muy poco probable.
- Salto devaluatorio fuerte que licue mucho gasto público, Duhalde 2002. Podría ocurrir, pero sería en todo caso una corrección menor como la de Kicillof en 2014.
- Shock de confianza que alinee al círculo rojo como lo ocurrido con Cavallo-Menem en 1991.
- Hiperinflación. No se estaría dando para nada este escenario ya que Guzmán ha frenado la base monetaria y el nivel está en 3% mensual y para hiper se espera 50% mensual.
- Megainflación 100% anual, parece poco probable salvo que haya un salto relevante del dólar oficial en 2022, pero el cepo traba este proceso.
- Descompresión del problema cambiario por más Reservas. Mayor oferta de dólares en lugar de mayor cepo. Existen propuestas como la de Redrado de acrecentar Reservas por adelanto de exportaciones.
- Salto en las exportaciones a 90 mil millones de dólares. Condición de Pesce para pensar en sacar el cepo.
- Desdoblamiento cambiario con comercial y financiero.
En definitiva, se debe salir de esta crisis con liderazgo político como en 2002 y con capitalismo solidario dejando de lado las posturas ambiguas respecto a la economía de mercado. Estamos frente a una lógica de aguante y no de transformación, falta grandeza para encarar reformas que impulsen el bienestar genuino de la sociedad y dejar atrás los vientos de sirena del populismo.
*Director del Área de Economía del IAE Business School, Universidad Austral.