OPINIóN

Cuando la política solo le sirve a la política

Cuando las elecciones por venir pesan más que los problemas a resolver.

massa alberto maximo 01152020
Sergio Massa, Alberto Fernández y Máximo Kirchner. | Twitter @alferdez

El mordaz Oscar Wilde dijo en alguna oportunidad que “la burocracia se expande para satisfacer las necesidades de una burocracia en expansión”. Podría recordarnos también a aquel personaje de El principito que juntaba estrellas para ser rico, y que quería ser rico para tener más estrellas. En fin, estamos hablando de lo mismo: cuando algo se convierte en un fin en sí mismo deja de ser útil, y empieza a ser simplemente absurdo. Exactamente eso pasa -y pasa hace rato- con la política. La política solo sirve para hacer más política.

Bueno, ¿y qué si no? Podemos dar muchas definiciones de manual de lo que es la política y lo que debería hacer, pero también apelar al sentido común. Intuitivamente, todos pensamos que la política debería funcionar para facilitar y mejorar nuestra vida, es decir la vida de todos, en la mayor medida posible. Lejos de cumplir ese fin, hoy la política está interesada nada más que en perpetuarse a sí misma. Los políticos (tanto del oficialismo como la oposición  tienen proyectos personales, mezquinos, y que postergan,indefinidamente, sus objetivos sociales.

Echemosles un vistazo. Según expresan algunos medios y trascendidos, la voluntad de Alberto Fernández sería buscar la reelección en las próximas elecciones. Apunta, para ello, a realizar un gran operativo de vacunación, relanzar la economía, y recuperar los 10 puntos de imagen perdidos durante la pandemia y su gestión. Un plan en el que, claro, hay muchos puntos que dependen de la suerte. También  muchas cosas puede desacomodarse . El primer obstáculo es que, además del propio Alberto , suponemos que gente vinculada ,un puñado de leales , alguna parte del peronismo no K ,etc  quiere que siga siendo presidente después de 2023. Hoy, con el rumor de la candidatura de Máximo cada vez más instalado, no cualquiera se anima a disputarle esa decisión a Cristina. Al mismo tiempo, en el peronismo existe más que nunca la convicción de que una fractura destruiría sus posibilidades de conservar la Rosada. Si no se puede contradecir a Cristina, entonces, ¿qué hacer?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Hay un grupo que quiere que Alberto siga más allá de 2023 pero con también aumenta el rumor de la candidatura de Máximo

Se dice que los más cautos esperan que Máximo salga a jugar y que empiece a encontrarse contra los obstáculos obvios  que puedan dificultar la tarea (falta de popularidad y de control de territorio más allá de La Cámpora, un apellido que pesa),el siempre se sintió cómodo detrás de alguien que hable por él …, sino le funciona ese esquema necesita de alguien  para darle una palmada en el hombro y proponer inmediatamente a un candidato más viable. ¿Quién? Alberto podría ser una opción obvia, ya que un presidente en funciones tiene siempre mejores chances. En tal caso, habría que cuidar también la fractura, porque se puede suponer que Alberto no dará un paso al costado ni fácil ni ligeramente  . Por otra parte, si aun él acepta esa suerte, ¿quién nos cuida del síndrome del pato rengo? Pero, si Alberto queda muy manchado tras su propia gestión, la decisión podría recaer en otra figura neutral y de compromiso con la coalición  como Sergio Massa. Lo que está claro es que un presidente que no se defina en cuanto a sus intenciones para la reelección pierde el poder inmediatamente, y obliga a todos a buscar soluciones alternativas.

De esto ya vemos algunos destellos. Alberto se siente cada más fuerte con la lapicera y deja fluir; por los pasillos, dicen que revisa uno a uno los contratos y nombramientos (tanto de la campora como del masismo) que hace rato la Secretaría Legal y Técnica tiene cajoneados. “Cuando me quede sin tinta, Cristina Kirchner me va a alcanzar un cartucho”, bromeó hace tiempo. (fuentes cercanas dicen que por las dudas tiene  cartuchos suficientes de repuestos)

En el juego de la coalición de gobierno, podemos pensar en tres engranajes fundamentales: Alberto, Cristina + La Cámpora y el massismo. Funcionan a destiempo, y a veces se complican unos a otros, pero ninguno puede funcionar solo. La Cámpora quiere seguir avanzando y construyendo poder con Máximo, Wado de Pedro, el “Cuervo” Larroque y Mariano Recalde etc . Consiguió espacios claves para consolidar su despliegue territorial y el manejo de cajas de todo el presupuesto nacional y conocen el axioma -por ahí para muchos antiguo- de que donde esté el pueblo ellos deben estar. Hoy la Cámpora pasa a significar un grupo heteróclito y multiforme, encolumnado tras Cristina: Madres de Plaza de Mayo, Luis D’elía, Boudou en las sombras (o casi), Alicia Castro despechada y tirando dardos en Twitter. A esto se agrega una avanzada territorial y económica nada despreciable: Anses, PAMI, Aerolíneas, YPF.

El massismo, como siempre, acomoda su discurso a los diferentes encuadres que le plantea el momento ¨equilibrismo¨ . Massa hace poco afirmó: “entre gastar en boletas o vacunas, en este contexto prefiero gastar en vacunas”. El mensaje es simple, hace hincapié en una necesidad social y emocional y se ancla en el imaginario justicialista para dar un paso que es mayormente un interés político. Lo que está claro es que la política busca hacer política. Aquí hablamos mucho de proyectos individuales y personales, pero ¿dónde están realmente los planes de transformación del país? Se perdieron entre tanta política...

¨La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir.¨  Jacques Benigne Bossuet