OPINIóN
Elecciones 2023

Los juegos del hambre: a la caza del voto joven

En unas elecciones que serán reñidas, una vez más los votantes más jóvenes serán el foco de los equipos de campaña por su valioso aporte numérico.

¿Quién busca el voto joven?
¿Quién busca el voto joven? | Télam

En las elecciones pasadas, la candidata del oficialismo, "Vicky" Tolosa Paz, buscaba seducir al electorado con un “futuro promisorio”, el "Colo" Santilli nos invitaba a andar en la “Santileta” por toda la provincia y hasta el propio "Flori" Randazzo nos presentaba a su madre.

Esa utilización de los sobrenombres –en algunos casos lógicos y hasta conocidos en la arena política y en otros un tanto más curiosos– solamente fueron la punta del iceberg de un fenómeno que comenzó en aquellas elecciones legislativas de 2021 y que consolidaron una estrategia con un objetivo concreto: la seducción al joven votante “cueste lo que cueste”.

En la provincia de Buenos Aires –“la madre de todas las batallas” en materia electoral– hay 687.769 nuevos votantes jóvenes para estas próximas elecciones 2023. Esta masa representa casi un 5% de los más de 14.000.000 de votantes bonaerenses. En elecciones que se presumen reñidas, donde el único fenómeno que parece inalterable en todos los sondeos es el fuerte rechazo al gobierno nacional (aunque nada puede darse por sentado en nuestro país), sin dudas que el voto joven puede ser el que vuelque la balanza a favor de uno u otro candidato.

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¿Quién busca el voto joven?

Estas cifras también tiene un correlato a nivel nacional en donde hoy, “el trasvasamiento generacional hace que millennials y centennials conformen más del 40% del padrón electoral”, tal como indica el informe de Zuban Córdoba y Asociados “Juventudes y Elecciones – Argentina 2023”.

Los equipos de comunicación ya vienen tomando nota de este escenario y se queman las pestañas tratando de analizar de qué manera persuadir a los jóvenes y convencerlos que su candidato es el que más y mejor puede satisfacer sus demandas. Eso en el caso de aquellos que trabajan de manera profesional y realmente buscan cumplir con ese objetivo estratégico y no en relación a aquellos adultos que dicen conocer “qué es lo que piensan los chicos” por el mero hecho de tener hijos en la etapa de la adolescencia.

No obstante, no resulta sencillo tratar de construir un perfil de este votante ya que carece de homogeneidad por la diversidad de perspectivas y preocupaciones que tienen los jóvenes en esta compleja Argentina.

En ese sentido, ya nadie puede negar el poderío que ha ido consolidando TikTok como herramienta digital imprescindible para acercarse a ese joven que, en la mayoría de los casos, se define como indeciso y/o tiene un alto grado de apatía con la clase política. Incluso más, no tener en cuenta esta aplicación es un despropósito cuando se va a la caza del voto joven, teniendo en cuenta que, en el plano internacional, la red china ya desplazó a Google como principal motor de búsqueda para la generación Z, como indica el relevamiento de Alphabet.

El voto joven debiera ser una preocupación de todos

La injerencia de esta plataforma indudablemente ha pateado el tablero en materia de comunicación política y también de gobierno, por su lógica esencial de videos cortos con un fin de entretenimiento e información. De todos modos, ese furioso impacto que tiene la red social basada en su apelación a la emoción –ya sea ésta alegría, simpatía, vergüenza o bronca– muchas veces funciona en los candidatos que mejor comulgan con la disrupción emocional pero poco parece aportar en materia de construcción de una plataforma política con identidad propia. Muchas veces los candidatos caen en una notoria disonancia entre lo que realmente son y lo que idealmente buscan vender. Pese a lo que piensan los prestigiosos especialistas de la comunicación, ese ruido la gente lo siente y muchas veces no se ve en las encuestas.

Por eso, ya a nadie le pueden sorprender las cosas que se ven en TikTok, desde un candidato presidencial degustando cervezas hasta un gobernador que cuenta sus preferencias sobre su gusto de pochoclos (N. del autor: además eligió dulces, lo cual lo pone inmediatamente en las antípodas de este humilde redactor, pero no es menester de este artículo dividir las aguas en materia pochoclera).

Dicho esto, surgen algunos interrogantes como por ejemplo cuál es el límite de los candidatos en TikTok para tratar de sumarse algunos porotos con estos nuevos y jóvenes votantes. Desde ya que este pequeño ecosistema digital no es representativo de lo que pueda llegar a suceder en el plano electoral. Si fuera así, entonces ya deberíamos dar por presidente a Javier Milei con sus más de 1.200.000 seguidores, la interna de Juntos por el Cambio no tendría sentido, dado que Horacio Rodríguez Larreta coquetea con los 515.000 mientras Patricia Bullrich tiene 190.200 y el partido de izquierda tendría un mayor poderío con Myriam Bregman (20.000 aprox) pisándole los talones a Axel Kicillof (24.000) –el que más seguidores tiene del oficialismo, quitando de lado al presidente Alberto Fernández (con 125.000 aprox.).

Argentina ocupa un lugar privilegiado en TikTok

La estrategia de campaña debe tener en consideración el impacto con el que hoy llegan los mensajes en estos tiempos de pura vorágine pero no puede ser el pilar de una planificación electoral porque el riesgo de perder a los propios es más grande que la potencial seducción de nuevos electores.

El verdadero problema radica que en TikTok, como en ninguna otra red social, el foco está demasiado puesto en el receptor del mensaje y en la escucha activa. Una escucha cuyos pilares sean la real comprensión de las problemáticas adolescentes y no lo que las campañas perciben que son estas verdaderas problemáticas. Si no se quiebra con ese frecuente monólogo de los candidatos y se empieza a ejercer una verdadera comunicación bidireccional con un intercambio honesto y una real escucha activa (y no sólo para las cámaras), difícilmente el votante joven vaya a quitar su foco de las múltiples plataformas que roban su tiempo para interiorizarse en las próximas elecciones.

Ese debería ser el gran desafío.