Salió la nueva lista Forbes de los más ricos de Argentina, enumerando las 50 mayores fortunas del país. La lista la desarrolla Forbes Argentina, la versión local de la icónica revista norteamericana que sigue los pasos del dinero a nivel global, y cuenta con el ex presidente Mauricio Macri y su familia en el puesto 20, con un patrimonio de US$540 millones, además de los tradicionales “pesos pesados” como Paolo Rocca (US$3,4 mil millones), la familia Pérez Companc (US$2,7 mil millones), los Bulgheroni (US$5,4 mil millones) y nuestro “rockstar” Marcos Galperin (US$4,2 mil millones).
El morbo que genera el listado de Forbes a nivel global es impresionante y termina por convertirse en una especie de Revista Caras del dinero y el poder. Es por eso que el valor final con el que Forbes “oficialmente” elabora el ranking de multimillonarios—y que parece ser lo más importante—es en verdad secundario, al igual que el puesto exacto en el que figura cada uno. Aunque muchos se obsesionan con el puesto y el valor que se le asigna al patrimonio, lo sociológicamente interesante es tener una fotografía borrosa y poco precisa, pero fotografía al fin, de las mayores fortunas del país, y su evolución en el tiempo.
A la polémica que genera la lista por los que incluye y los que deja afuera además hay que agregarle que las licencias internacionales no son equivalentes a la publicación madre que, de alguna manera, confecciona la “lista oficial” global. En Argentina, la licencia de Forbes la compró en su momento la editorial de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, utilizando las licencias internacionales (también tuvieron Lonely Planet y Newsweek, entre otras) para darle un aire de legitimidad a lo que fue una estructura de comunicación militante, corrupta y extorsiva puesta al servicio del gobierno de turno.
En medio de la pandemia, los ricos del mundo se hacen más ricos
Con buen timing, Szpolski y Garfunkel dejaron de pagar los royalties a la casa matriz meses antes de la victoria electoral de Mauricio Macri en el 2015. Una de las últimas ediciones de la revista tuvo a Victoria Vanucci—en ese entonces esposa de Garfunkel—en la tapa anunciando la apertura de su local de lencería en Avenida Alvear con el título “Emprendedoras y Exitosas”. Vicky cerró las puertas de su local de “lencería glamorosa” dos años después. La revista la revivió su editor, Alex Milberg, quien armó una editorial independiente y además publica L’Officiel.
El patrimonio estimado de los más ricos del país está bastante alineado con lo que publica Forbes Estados Unidos, con Alejandro Bulgheroni y su familia liderando el ranking, seguidos por el fundador de Mercado Libre, los dueños de Techint (en la lista global figuran como italianos), Perez Companc, Alejandro Roemmers (US$2,4 mil millones), Hugo Sigman y Silvia Gold (US$2 mil millones, ellos no figuran en la versión norteamericana) y Jorge Pérez (en la lista global figura como ciudadano de EE.UU., US$1,9 mil millones).
La confección de esos números es relativamente simple, ya que en la mayoría de esos casos el principal componente del patrimonio es un activo que cotiza en bolsa (como las empresas del Grupo Techint o Mercado Libre) o una gran empresa privada que es relativamente fácil de valuar, como el Laboratorio Roemmers o The Related Group. Además, se pueden estimar ingresos adicionales incluyendo dividendos o capital anteriormente atesorado, aplicando una apreciación conservadora y descontando impuestos. En lo posible, se buscan propiedades y otros activos como campos, yates y colecciones de arte, aunque por lo general, son activos insignificantes al lado de las grandes empresas. Por último, se cruzan esos números con los protagonistas, que la mayoría de las veces no quieren participar.
Los multimillonarios del mundo tienen más dinero que el 60% de la humanidad
Pero, ¿con qué seguridad se puede valuar el patrimonio de los Macri o los Eskenazi, que construyeron sus fortunas a través de múltiples décadas, en diversas industrias, y con un sinfín de compras y ventas privadas de empresas y sociedades? Las participaciones minoritarias en empresas que no cotizan en bolsa, como las ventas que pasan a cash y obviamente todo lo que se esconde en paraísos fiscales es extremadamente difícil de rastrear y valuar. A eso hay que sumarle el nivel de informalidad y evasión elevado de nuestro país, además de cierta estigmatización a la riqueza (y la inseguridad) que seguramente lleva a muchos a tratar de pasar lo más desapercibidos posible. Y nunca se pueden descartar otros tipos de acuerdos o presiones. En la original Forbes 400, el mismo Malcolm Forbes se autoexcluía de la lista, mientras que todos los años hay varios que hacen lobby para que le suban el valor, como Donald Trump.
En estos días en los que se discute qué modelo de país queremos, cual es el valor de la llamada “burguesía nacional”, el impuesto a la riqueza, la emigración de algunos de los principales empresarios del país, y el valor del emprendedorismo, está bueno contar con este tipo de registro, siempre desde un punto de vista crítico y de escepticismo.