La pandemia aceleró ciertos cambios y puso de manifiesto procesos que ya se venían dando, pero que –aún– no estaban del todo consolidados. Dentro de ese nuevo universo de modificaciones y evoluciones hubo algo particular, algo que ya se sabía, como una especie de secreto a voces y que ahora quedó más en evidencia que nunca.
El trabajo es una función, no es simplemente un lugar al que uno va. Por ende, puede cumplirse desde distintos lugares, dispositivos, horarios y formas. En el mundo post Covid, ¿cómo será la nueva normalidad oficinil?
El tema del home office y el teletrabajo existe hace varias décadas en el mundo. Con amores y odios, su práctica se mantenía dentro de cierto equilibrio. Es que el trabajo a distancia era una práctica súper común, especialmente en la industria de la tecnología, el software y los servicios informáticos.
Según CIPPEC; el porcentaje de trabajos que tienen el potencial para realizarse desde el hogar se encuentra entre un 27 y un 29% de los trabajos totales. Hasta que llegó la pandemia.
La coyuntura actual obligó a adaptar el trabajo, para poder seguir produciendo, en la medida que sentó los fundamentos para lo que vendrá. Esta base está asentada sobre dos grandes pilares: el regulatorio y el meramente práctico.
Por el lado legal, el proyecto para regular el teletrabajo ya logró pasar por el Congreso, tanto en la Cámara de Diputados como en Senadores.
La cuestión está en cómo las empresas van a resolver lo práctico. Es decir: cómo será retomar la normalidad, cuando la pandemia pase. Lo lógico sería pensar que la mayoría de las organizaciones adoptará un mix entre ir efectivamente al lugar de trabajo y combinarlo con las tareas que se hacen de manera remota.
Pero lo que está en juego no es solamente el ir o no a la oficina, sino la posibilidad de descentralizar los procesos. Lo que se verá de aquí en adelante es una mayor federalización de los recursos. Hasta hace 5 años era impensable que una empresa de Buenos Aires contratará recursos que estuvieran, por ejemplo, en San Miguel de Tucumán o Bariloche (por citar dos ciudades alejadas de la Capital).
La pandemia no vino únicamente a consolidar el home office o el trabajo remoto, sino también a abrir puertas que permitan a las organizaciones realizar la búsqueda y la selección de nuevos talentos, las contrataciones, los onboardings y las gestiones con sus colaboradores de manera 100% digital, online, remota y eficiente.
Quizás, esta vez, el cambio conlleve un mejor uso del tiempo, para poder centrarse en lo verdaderamente importante. El desafío tecnológico parece, a priori, estar resuelto.
El tema está en resolver cómo las personas que no se conocen, ubicadas en distintas geografías, se sientan parte de la organización. Para ello, los equipos deberán implementar estrategias de interacción dinámicas, eficientes, que permitan a los colaboradores fortalecer el trabajo en equipo y absorber la cultura de la empresa.
*Regional Director Of Business Development en Zetech.
