OPINIóN
Política

La deuda es con las trabajadoras

Los debates sobre el Cuidado en Argentina, que han elevado el tono de la voz gracias al Movimiento feminista, tienen que contener el trabajo invisibilizado de miles de mujeres.

Niños
Para miles de niños, niñas y adolescentes de Argentina la vida cotidiana se caracteriza por una sistemática dificultad para el acceso a la justicia, la educación, a servicios de salud, diversión, entre otros aspectos. | Imagen de Esi Grünhagen en Pixabay.

Hace apenas dos meses comenzó una nueva etapa para el país con un nuevo gobierno y sin embargo los condicionamientos de la deuda comprometida por Cambiemos dificultan la iniciativa política. Alberto Fernández ya delimitó prioridades y las mayorías en las calles también lo han afirmado: la deuda es con el pueblo.

A su vez estos cuatro años de medidas de ajuste económico que hemos dejado atrás no pueden seguir invisibilizando la labor de miles de mujeres que han sostenido la resolución de la alimentación de millones de niños y niñas en los lugares más recónditos de nuestro país. Son ellas quienes han paliado el hambre y quiénes han achicado el margen de la deuda social que fue la consecuencia de reglas de juego donde la riqueza que se produjo en nuestro país ha ido a manos de unos pocos y en su mayoría se ha fugado.

El cuidado salió del closet

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Los debates sobre el Cuidado en nuestro país, que han elevado el tono de la voz gracias al Movimiento feminista en la calle, tienen que contener el trabajo invisibilizado de miles de mujeres en la gestión de la alimentación de la niñez durante estos años. Este trabajo sucede en el núcleo de la economía popular, supone un anclaje territorial enorme y sigue esperando iniciativas tendientes a visibilizar social y salarialmente este inmenso quehacer.

La agenda del Cuidado tiene por objetivo dos consensos centrales: la valorización económica de un trabajo y la garantía al Derecho del cual nadie puede prescindir: el derecho a ser cuidados.

Se suman proyectos para un 'sistema de cuidado'

Las narrativas económicas que construyamos deben sortear dos peligros, ubicar más en término de costos al cuidado y no contener en el debate a todos los actores (y fundamentalmente a las actrices) que sostienen corporal y materialmente esta realidad ineludible. La valorización económica del cuidado, como el conjunto de los salarios de los sectores trabajadores medios, reactivan la economía y agilizan su círculo virtuoso.

El feminismo popular junto con la economía popular coinciden en comprender como trabajo a aquellas relaciones sociales que no son de dependencia. La mayoría de los protagonistas de la economía popular son mujeres. Los emergentes sociales de estos últimos años plantean nuevas preguntas que deberán tener respuestas creativas y novedosas de una gestión naciente.

Como lo expresó el presidente en su discurso inaugural: comenzar por los de abajo para que redunde en el conjunto. Cuidar es también procurar el bienestar del conjunto.