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el 76% de las tareas las realizan mujeres

Se suman proyectos para un 'sistema de cuidado'

Se busca generar espacios con financiamiento estatal, de guarderías de primera infancia a asistencia para adultos mayores. Incluye la generación de empleo remunerado. Prevé mejorar la inserción laboral de madres y jóvenes.

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Apoyo público. Con un sistema de guarderías, más mujeres podrán sumarse al mercado laboral. | shutterstock

En la Argentina hay más de cincuenta proyectos de cuidado, según recordó hace algunas semanas la directora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Natalia Gherardi, durante el análisis de una propuesta presentada por el senador por La Pampa Daniel Lovera. Esta semana, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada presentó otro proyecto para la creación de un Sistema Integral de Cuidados porteño.

El cuidado de niños, familiares enfermos o personas mayores recae principalmente en las mujeres. En la Argentina son las que realizan el 76% de esas tareas, según la Organización Internacional del Trabajo. Muchas de esas mujeres, además, son jóvenes, las hermanas mayores de la familia, que se ocupan de los más chicos o sus abuelos. Terminan cayendo en la categoría ni-ni, quienes no estudian ni trabajan, porque se ocupan de un trabajo no remunerado.

“Eso que llaman amor es trabajo no pago”, lo definió Silvia Federici, la filósofa italiana. Sobre esa base, el proyecto presentado en el Senado sostiene que “las tareas de cuidado suponen el manejo de saberes específicos que históricamente han sido atribuidos a las mujeres como si estuvieran en su naturaleza”. Pero pueden ser reconocidos como como “competencias laborales, transferibles a otros ámbitos y pueden ser adquiridos por personas de otro sexo”.

Para Tomada, será una forma de “poner en discusión la forma en la que está organizada en nuestra sociedad esta cuestión y en torno del trabajo remunerado y no remunerado”.

El ex ministro de Trabajo reconoce que “el Estado debe ser el garante de los derechos de los ciudadanos y para ello debe fortalecer su rol de proveedor, regulador y facilitador del cuidado. Esta función está distribuida de manera desigual, recayendo principalmente en las mujeres y con altos niveles de informalidad”.

Pago. También las organizaciones sociales llevan adelante capacitaciones para profesionalizar las tareas de cuidado y aspirar a “un reconocimiento salarial a la tarea”, tal como explicó Carolina Brandariz, referente del Movimiento Evita Ciudad de Buenos Aires, durante el lanzamiento de la Diplomatura en Cuidado de Personas Mayores 2019 de la CTEP a principios de año.

Una serie de propuestas a cargo de la economista Lucia Cirmi Obón y la socióloga Virginia Franganillo apunta a ampliar el sistema de educación temprana, hasta dos años, lo que podría generar 600 mil puestos de trabajo para cuidadores y educadores. De la misma forma, se podría crear un programa para el cuidado de adultos mayores. Estas propuestas podrían reducir el desempleo juvenil, además, al incorporar a los jóvenes a un sistema de cuidado remunerado.

Las ideas son muchas y son complementarias, pero esperan la voluntad política. Ampliar licencias es una de las propuestas que están vinculadas. Los padres solo tienen dos días de licencia por ley y el proyecto para ampliar ese plazo a dos semanas quedó trunco, más allá de que está lejos de lo que marcan las mejores experiencias internacionales.

Empleo. Al remunerar la tarea de cuidado, la creación de puestos de trabajo podría aliviar la caída del empleo en la economía, donde el desempleo se consolida en dos dígitos.

Según la Conferencia Internacional de Estadísticas del Trabajo, el cuidado directo o indirecto, remunerado o no, se considera trabajo. “Se trata de un elemento fundamental para establecer políticas de justicia social y equidad de género”, sostiene la OIT. “Pese a los avances en corresponsabilidad masculina en el hogar y de participación laboral de las mujeres, estamos lejos de llegar a la paridad”, agrega.

Una demanda que va en aumento

El grueso del trabajo de cuidado en todo el mundo es realizado por cuidadoras y cuidadores no remunerados, “en su mayoría mujeres y niñas pertenecientes a grupos socialmente desfavorecidos”, según detalla un reciente informe de la OIT sobre el mercado laboral de las mujeres. “Con frecuencia, estos factores limitan su acceso al mercado laboral por falta de sustituto para las tareas que realizan a diario”.

La presión por un cambio es grande: la necesidad de cuidados crece y en los próximos años habrá más adultos mayores de 65 años y menos jóvenes de 15 a 24 años en América Latina y el Caribe. La proporción de adultos de más de 65 años se está incrementando en la población total y, en 2100, podría representar más del 30% de la población total contra menos del 10% en 2020. La población en edad de trabajar, de 15 a 65 años, representó casi 70% de la población total cuando, en 2100, nada más representará 55%.