OPINIóN
Política

El cuidado salió del closet

Si bien este era un tema social investigado por la academia, fue necesario que emergiera la cuarta ola del feminismo para que se popularice.

Anciano cuidado mayor
Cuidados | Matthias Zomer / Pexels.

Mientras que en países del mundo con estados de bienestar más sólidos conciben al cuidado como un cuarto pilar en los Derechos que deben ser garantizados junto a la educación, a la salud y a la seguridad social, en nuestro país como en la región, el tema gana terreno en el debate y en la agenda pública.

Si bien este era un tema social investigado por la academia, fue necesario que emergiera la cuarta ola del feminismo para que se popularice. Y es que en nuestro país, la movilización que denuncia la violencia los 3 de junios desde el 2015, se enhebró a aquella que denuncia la desigualdad estructural que vivimos las mujeres en el mundo del trabajo, los 8 de marzos históricamente. Nuestro primer acercamiento a la agenda del cuidado es entonces desde el reconocimiento de que es el nudo que nos insume tiempo material  y dificulta que las mujeres nos desarrollemos plenamente, accedamos a cargos de jerarquía y representación.

Se suman proyectos para un 'sistema de cuidado'

No casualmente en estos días se incorporó por ley la medición del Uso del tiempo en la Encuesta Permanente de Hogares. Si bien el cuidado no puede reducirse solamente a un desempeño temporal (implica también afectividad, ocupación mental, preocupaciones, etc.), es muy necesaria su medición de carácter cuantitativa para diseñar una política pública acorde.

El cuidado se ha vuelto un tema que contiene y pero también excede al feminismo, ya que supone que todas las personas somos dependientes del mismo en algún momento de nuestra vida. Es decir, cualquier vida requiere de cuidados y como tal, no es un tema que deba resolverse únicamente en el ámbito privado sino que requiere respuestas de la comunidad en la que vivimos.

El rol de las mujeres en la deconstrucción de la violencia, por la paz

Algunos intelectuales hablan de una crisis del cuidado y esto significa que aquellas tareas de cuidado que realizábamos las mujeres por mandato cultural, comienzan a desfamilizarizarse para resolverse de manera privada o pública.

La agenda del cuidado contiene muchos temas: el cuerpo de licencias de la Ley de Contrato de Trabajo y Convenios Colectivos, los espacios de cuidado, las políticas de transferencia y la promoción de mujeres e identidades sexuales no binarias a lugares de trabajo. En nuestro país es muy importante poder actualizar el cuerpo de licencias para que éstas no formalicen que las únicas que cuidamos somos las mujeres y para que contengan la realidad de personas trans, lesbianas, maricas y no binarias. La constitución de espacios de cuidado de primera infancia que puedan en un corto plazo depender de la gestión educativa. La reconversión laboral de políticas de transferencia a trabajo en cuidado de personas mayores. Y el cupo laboral trans. Como ven, la agenda es amplísima y ambiciosa.

Igualdad de género

Comenzamos una nueva etapa en la que el presidente de la Nación, Alberto Fernández no sólo ha nombrado en su discurso inaugural la agenda de los feminismos y del cuidado, sino que ha plasmado el trazo grueso de sus políticas: mejorar las condiciones de vida de los más humildes para que redunde en un bienestar al conjunto. A su vez, el Ministro de Desarrollo social, Daniel Arroyo ha planteado la agenda urgente con el plan La Argentina contra el hambre donde se ha propuesto  dar respuesta institucional a la economía popular delineando un camino que parta desde el subsidio para llegar al trabajo. En este marco, el cuidado emerge como un trabajo invisibilizado históricamente que puede ubicar al Estado nacional en un lugar muy humano: en el de quien cuida. En esa dirección caminaremos.