OPINIóN
Economía

Días volátiles: la Administración Macri no consigue hacer pie y no recupera competitividad electoral perdida

La Argentina es una economía pequeña y abierta que el año pasado sufrió una crisis por balanza de pagos. Crisis de la que está intentando salir, pero para lo cual debió recurrir el Fondo Monetario Internacional.

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La divisa se ubicó en $ 43,40 precio minorista vendedor, mientras que en la región se valorizó. El riesgo país subió a 862 puntos básicos. | CEDOC PERFIL

Hoy tuvimos otro día volátil, tanto en el mercado de cambios, como en renta fija y renta variable. Las tasas también volvieron a subir.

No es nuevo. Venimos de varios días así, pero el movimiento de arranque de hoy fue muy significativo. Léase, los cierres, muy probablemente no van a dar una justa dimensión de la volatilidad intra-diaria que mostraron los precios de los activos locales.

El índice EMBI+ elaborado por JP Morgan superó los 1.000 puntos básicos, pero luego cedió y hacía el final de la rueda se ubicaba por debajo de los niveles de cierre de ayer. En tanto, el tipo de cambio mayorista, si bien devolvía más de la mitad de la suba inicial, todavía estaba bien por encima del cierre de ayer. En tanto, la tasa de referencia de la política monetaria (LELIQ 7 días), ya había vuelto a niveles por encima de 70% TNA, similares a los de fines de octubre de 2018.

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¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué tenemos este nivel de volatilidad? ¿Hasta cuándo?

La Argentina es una economía pequeña y abierta que el año pasado sufrió una crisis por balanza de pagos. Crisis de la que está intentando salir, pero para lo cual debió recurrir el Fondo Monetario Internacional.

Como resultado de la crisis y el acuerdo con el FMI, cuyo aporte fue clave para cerrar el programa financiero de 2019 y 2020 (certeza imprescindible), la Administración Macri encará en este año electoral el desafío de lidiar con las consecuencias económicas y políticas de ese evento disruptivo (sobre las expectativas, el nivel de actividad, la inflación, los niveles de pobreza, los niveles de aprobación de la gestión, su competitividad electoral,etc.) con herramientas muy limitadas.

Sobre todo, en lo monetario, donde la negativa del FMI a permitir intervención cambiaria lisa y llana, terminó dando pie a un régimen de agregados con una Zona de No Intervención. Pero en el cual, incluso fuera de la zona, la capacidad de intervención es limitada. Es decir, no sólo se limitó la discrecionalidad de la intervención. Sino también, su magnitud. Ergo, la volatilidad cambiaria y de la tasa, que reaccionan en igual sentido(pero no igual rapidez y magnitud) a los shocks externos y locales,es la norma.Es cierto que el contexto externo tampoco está ayudando a bajar esa volatilidad. Pero la alta sensibilidad, es toda nuestra.

En ese contexto, la Administración Macri no consigue hacer pie y no recupera competitividad electoral perdida.Y, consecuentemente, el mercado empieza a descontar una mayor probabilidad de que el enfoque actual de política económica pierda legitimidad electoral y que con el cambio de gobierno, dadas las alternativas que se observan, se produzca un nuevo giro.

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Un giro que se alejaría del libreto del acuerdo con el FMI, endureciendo cualquier renegociación, y del sendero de reformas estructurales necesarias para asegurar niveles de superávit primario y condiciones de acceso a los mercados de capitales acordes a los servicios de la deuda post 2019. Es cierto que 2020 está prácticamente cerrado (la necesidad de financiamiento neto es manejable), no así a partir de ahí. Y, consecuentemente, incrementando la probabilidad de escenarios que incluyen restructuraciones poco amistosas de la deuda.

En este punto vale aclarar, no es necesario que el mercado vea con 100% de probabilidad un evento de deuda en 2021 para que castigue hoy los activos locales. Con que asigne una mayor probabilidad a ese escenario, ya es suficiente. Y la verdad, es que esa probabilidad, se nutre del conjunto de información disponible, que es tan volátil como el resto de las variables. Ergo, estamos en un círculo vicioso difícil de romper sin cambios. Forzar lo que hay para exigirle lo que no puede dar, tampoco está resultado.

Cerrando. Son días volátiles, y de no mediar cambios en el esquema monetario, hoy poco digeribles por parte del FMI (y que no serían la solución de fondo, a decir verdad), mayores certezas a nivel local (en lo político, pero también en lo económico) y un contexto externo que colabore, vendrán más así. Lamentablemente.