OPINIóN
Día Internacional de la Mujer

#8M: la huella de las mujeres indígenas

Durante generaciones, las sociedades industrializadas han sometido a las mujeres indígenas y tribales, y a sus comunidades, a una violencia genocida, a la esclavitud y al racismo con el objetivo de robar sus tierras, recursos y mano de obra.

Mujeres indígenas
Mujeres indígenas | Jason Taylor / Survival

Por mujeres y por indígenas. Durante generaciones, las sociedades industrializadas han sometido a las mujeres indígenas y tribales, y a sus comunidades, a una violencia genocida, a la esclavitud y al racismo con el objetivo de robar sus tierras, recursos y mano de obra.

“Las mujeres indígenas atraviesan una triple subordinación, a diferencia de otras mujeres, por su condición de género (por ser mujeres), por su condición étnica (por ser indígenas) y por su condición de  clase (por ser, en su mayoría, mujeres pobres)” afirmó la investigadora del CONICET, Mariana Gómez. En América Latina, la región con la mayor proporción de indígenas en la pobreza extrema, el 85% de las mujeres que buscan trabajo solo lo consiguen en la economía informal. Mujeres lideresas indígenas, como Berta Cáceres en Honduras, han sido asesinadas por luchar, por su condición de mujeres y por su condición de indígenas.

Este es un recorrido que homenajea a las mujeres indígenas alrededor del mundo.

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#8M: Marchas, paro, pañuelazo y asambleas en el Día Internacional de la Mujer

 

1- Cazadoras y recolectoras.

Las mujeres de las sociedades industrializadas todavía luchan por conseguir la igualdad con los hombres. Muchas de sus homólogas en las sociedades cazadoras-recolectoras, sin embargo, conocen desde hace tiempo la igualdad de género. La dependencia mutua de los alimentos que consigue cada uno de ellos (los hombres cazan y las mujeres recolectan) ha propiciado el desarrollo de sociedades igualitarias durante generaciones.

Para las mujeres de la tribu de cazadores-recolectores awás, en la Amazonia brasileña, la sociedad igualitaria es lo normal. Los cazadores-recolectores hadzas, una tribu del norte de Tanzania, también tienen en alta estima la igualdad. Las mujeres hadzas disponen de una gran autonomía y participan de forma igualitaria a los hombres en los procesos de toma de decisiones.

 

Mujer Awa

Foto: Domenico Pugliese / Survival.

Día de la Mujer: preparan masivos actos en la previa al debate por el aborto

Cuando los misioneros católicos llegaron a las orillas de la península de labrador-Quebec, en el noreste de Canadá, muchos quedaron horrorizados por el nivel de independencia y poder de las mujeres innus. En una Europa donde las mujeres eran vistas, por lo general, como inferiores a los hombres, las mujeres innus eran mucho más libres dentro y fuera del matrimonio y con frecuencia decidían dónde y cuándo acampar en sus largos viajes por las extensiones subárticas de su tierra natal, Nitassinan.

 

2- Las innu

Elizabeth “Tshaukuesh” Penashue: una mujer innu octogenaria de Sheshatshiu, en Labrador.

Durante muchos años, cada primavera, ha liderado un recorrido a pie por las montañas Mealy con el objetivo de que los jóvenes innus reconecten con las tierras en las que han vivido durante casi 8.000 años: “No quiero ver que mis hijos lo pierden todo. No quiero que pierdan su identidad innu, su cultura y su vida. Antes de marcharme tengo que enseñar a los niños. Si nadie enseña a nuestros hijos, ¿qué pensarán cuando crezcan? ¿Pensarán ‘no soy innu, soy un blanco’? Es importante saber quién eres. Yo soy innu. Esta tierra es mi vida. Estoy orgullosa de haber nacido en una tienda de campaña. Sin enfermera, sin médico. Mi padre ayudó a mi madre a dar a luz. Cuando camino por estas tierras, siento que voy a casa, a un lugar que me pertenece. El lugar innu.”

Elisabeth comenzó su décimo tercer y último recorrido en febrero de 2014, cuando descubrió que el acceso a la tierra ancestral innu alrededor de Muskrat Falls le ha sido denegado por parte de la corporación energética Nalcor, que construía un faraónico proyecto hidroeléctrico en el área.

 

Mujer innu

Foto: Elizabeth Penashue / Survival.

 

La deuda es con las trabajadoras

 

3-Damiana

Damiana pertenece a la tribu guaraní. Se piensa que este pueblo indígena fue uno de los primeros en ser contactados cuando los europeos llegaron a Sudamérica.

Hubo una vez en que ocuparon una tierra de bosque y llanuras en Brasil que se expandía por 350.000 km cuadrados. Los guaraníes cazaban libremente en su tierra y plantaban yuca y maíz en sus huertos.

Sin embargo, durante el último siglo casi todo su bosque les ha sido robado y transformado en inmensas y secas parcelas de haciendas ganaderas, campos de soja y plantaciones de la prominente caña de azúcar.

Hace una década, los terratenientes ganaderos intimidaron a Damiana y a su familia y la expulsaron de sus tierras ancestrales. Desde entonces, ha vivido en condiciones degradantes junto a una carretera. Su marido y tres de sus hijos han muerto atropellados.

En septiembre de 2013 lideró una valiente y peligrosa “retomada” (reocupación) de la plantación de caña de azúcar que ha invadido su tierra ancestral. Una retomada ha sido desde hace tiempo la esperanza y el consuelo de Damiana: la aspiración que la ha mantenido durante los brutales años de la expulsión, en medio del miedo, la humillación, la malnutrición, la pérdida, la enfermedad y la depresión.

Hemos decidido luchar y morir por nuestra tierra, dijo Damiana.

 

Damiana

Foto: Survival.

 

Igualdad en cine, juegos e identidad: desafíos y logros

 

4-Las mujeres arhuaco

Las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, forman la cordillera costera más alta del mundo. Los picos nevados que se elevan por encima de las boscosas laderas, siempre cubiertas de nubes, y los ríos que nacen del deshielo de las cumbres son sagrados para el pueblo indígena arhuaco y para sus vecinos, los kogis, los arsarios y los kankuamas.

Los arhuacos han vivido aquí desde hace miles de años. Para ellos, la Sierra Nevada es el corazón del mundo; se denominan a sí mismos los “Hermanos Mayores” y creen que tienen una sabiduría y comprensión místicos superiores a los de otros pueblos.

Leonor Zalabata, una líder arhuaco que ha trabajado sin descanso en la defensa de los arhuacos y de los derechos de los 102 pueblos indígenas de Colombia. Muchos líderes y lideresas arhuacos fueron asesinados en el contexto de violencia armada de Colombia en las últimas décadas.

A pesar del peligro constante, Leonor ha dedicado su vida a denunciar los abusos contra los indígenas de Colombia: “La Sierra Nevada de Santa Marta (…) es el corazón del mundo, dice. Aquí es donde nuestros espíritus descansan y permanecen. Cuando una niña nace, en nuestra cultura decimos que la montaña ríe y los pájaros lloran”.

 

Leonor

Leonor Zalabata - Foto: Survival.

 

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5- Líderesas

Berta Cáceres luchó contra un proyecto hidroeléctrico chino en Honduras. Ganó. Decía que la visión de la mujer y la cosmovisión prehispánica podían devolverle el equilibrio a Latinoamérica. Fue asesinada hace tres años, el 3 de marzo de 2016.

Marichuy es una médica tradicional de origen nahua. Fue precandidata a presidenta de México en las últimas elecciones representando a 87 etnias. Suele decir: “es hora de construir desde abajo un nuevo mundo”.

 Anacaona fue una cacica taína, donde actualmente conviven República Dominicana y Haití. Su nombre significa "Flor de Oro". Además de líder política era poeta: no daba discursos, recitaba poesías. Los españoles la ahorcaron en 1504, delante de todo su pueblo.

María la Grande (cacica tehuelche de la primera mitad del siglo XIX) nació en Paraguay pero se fue al sur del continente, donde llegó a gobernar casi todo el territorio patagónico y a ocupar las islas Malvinas. Dice la leyenda que gracias a ella no hubo guerras en la región, que logró que se reconocieran los derechos de los tehuelches a la tierra y al ganado y que cuando murió en 1840, se estima que a los 53 años, “en toda la Patagonia se encendieron hogueras de homenaje durante tres días”.

En el actual territorio chileno, Nicolasa Quintreman, una mujer indígena pehuenche mapuche, había protestado pacíficamente contra la construcción de la presa de Ralco, en el río sagrado Bío Bío, que fluye a través de su territorio ancestral desde la laguna de Galletué hasta el Pacífico. Durante una década, la pequeña Nicolasa y su hermana Berta se negaron a marcharse de sus hogares, y con el apoyo de un grupo de compañeros mapuches bloquearon las carreteras y puentes de acceso a la montaña con el objetivo de evitar que la empresa hidroeléctrica Endesa pudiera acceder al lugar donde se estaba construyendo la presa. Muchos mapuches fueron detenidos y muchos otros calificados de “terroristas” por su protesta pacífica en defensa de sus tierras.

Finalmente, Nicolasa y su hermana, así como las comunidades mapuches, fueron obligadas a trasladarse de sus hogares a zonas más elevadas. Se les prometió compensación económica y otros incentivos por el desplazamiento, buena parte de los cuales, según parece, no fueron entregados.

En diciembre de 2013 el cuerpo sin vida de Nicolasa Quintreman apareció flotando trágicamente en el embalse de Ralco, el mismo lago artificial que ella había intentado evitar que Endesa construyera.

Nicolasa decía: “Nosotros que estamos aquí al lado (…), tenemos que ser nosotros; tenemos que defender hasta que nosotros podamos. Ustedes no me van a venir a decir nada a mi casa. Yo seré como seré. Seré pobre, seré como sea, pero están en mi casa, están donde me crié.”

Nicolasa

Nicolasa Quintreman - Foto:  Joël Philippon / Survival.

Hay que cuestionar y deconstruir concepciones e ideas muy arraigadas

6- Las jummas

Desde que Bangladesh se independizó de Pakistán en 1971, los indígenas jummas de las Chittagong Hill Tracts, en la montañosa región sureste del país, han soportado algunas de las peores violaciones de derechos humanos en Asia.

Los jummas son étnica y lingüísticamente distintos de la mayoría bengalí. En la actualidad, los colonos casi los superan en número y sufren brutalmente a manos del ejército. En un solo acto genocida, cientos de hombres, mujeres y niños fueron quemados vivos en sus casas de bambú.

La brutalidad sexual contra las mujeres y niñas jummas también es alarmantemente alta: decenas de mujeres y niñas jummas han sido víctimas de violencia sexual y los datos son imprecisos ya que con frecuencia no se denuncian las violaciones debido al estigma social que acarrean. Esto deja a las mujeres y niñas jummas cada vez más vulnerables: sus agresores actúan con impunidad.

Jummas

Foto: Marc McEvoy / Survival.

 

7- Las dongria kondh

Ser una mujer dongria kondh de las colinas de Niyamgiri en el estado de Odisha, en la India, es estar íntimamente conectada con tu tierra. Llevan milenios viviendo prosperamente en las frondosas colinas boscosas, con sus arroyos perennes y los gigantescos árboles de yaca. Se llaman a sí mismas jhanira, que significa protectoras de los arroyos.

Durante los últimos diez años las mujeres dongria kondhs han trabajado codo con codo con los hombres dongrias para proteger a Niyamgiri de los devastadores planes de Vedanta Resources para construir una mina de bauxita a cielo abierto en su montaña más sagrada, Niyam Dongar, la “montaña de la ley”. Una de sus acciones fue formar una cadena humana alrededor de la base de la montaña para evitar que las excavadoras de Vedanta la destruyeran.

En agosto de 2013, los dongria kondhs rechazaron por mayoría absoluta la apertura de una mina a cielo abierto de bauxita, del gigante minero británico Vedanta Resources, en su montaña sagrada. Esto supone un triunfo sin precedentes para los derechos indígenas.

“No entregaremos a nadie nuestros bosques”, dijo una mujer dongria que encabezaba la lucha. “Todas las mujeres están dispuestas a ir a la cárcel por esto”. En enero de 2014, su persistencia dio resultados: el Gobierno de la India anunció que la mina no sería aprobada.

 

Dongria kodhs

Foto: Jason Taylor / Survival.

 

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No hay atraso

Stephen Corry, el director del movimiento por los pueblos indígenas Survival International afirma que "las mujeres indígenas son uno de los grupos más vulnerables del mundo, y a menudo son elegidas despiadadamente como objetivo para la explotación. No exageramos cuando decimos que miles de ellas sufren violaciones y prostitución a manos de quienes se apropian de sus tierras, que las consideran personas primitivas y atrasadas. La tragedia es que dentro de sus propias sociedades suelen gozar de una igualdad y libertad que muchos envidiarían en Occidente".

Las  mujeres indígenas y los pueblos de los que forman parte no son atrasadas ni son primitivas; Son nuestras contemporáneas.  Y sus comunidades florecen cuando se las deja perseguir las formas de vida diversas y autosuficientes que han desarrollado a lo largo de los siglos. Cuentan con tecnologías, leyes, educación, religiones y estructuras sociales, políticas y económicas. Los pueblos indígenas moldearon el medioambiente y contribuyen a hacer del mundo un lugar mejor.

 

*Investigadora de Survival International

El movimiento global por los pueblos indígenas.