El presidente Alberto Fernández está en Israel para participar del foro en homenaje a las víctimas del holocausto judío, y donde también aprovechará para dialogar con figuras de alta talla de la política mundial como el presidente de Francia, Emmanuel Macrón, el presidente ruso Vladimir Putín y el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, entre otros.
El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, también será de la partida. Los hechos que sucedieron en territorio bonaerense desde que comenzó el año no le ahorraron dolores de cabeza a la gestión del flamante gobernador: desde una negociación muy dura con la oposición de Juntos por el Cambio en la Legislatura bonaerense por la ley impositiva 2020 (terminó siendo aprobada pero debió hacer numerosas concesiones, ya que la oposición es mayoría en la cámara alta de la provincia), pasando por un fuerte entredicho entre su ministro de Seguridad, Sergio Berni con su par a nivel nacional (Sabina Frederic) por el uso de las pistolas Taser y que incluyó una intervención del presidente Fernández en apoyo a Frederic para bajar el tono al cruce, hasta la declaración de imposibilidad de pagar un título bonaerense emitido en 2011 durante el gobierno de Daniel Scioli y del cual Kicillof propuso prorrogar la devolución a los acreedores para mayo.
Desde el lado de la oposición, comienzan a sentarse las bases del futuro y la coalición Juntos por el Cambio se mantiene unida en dicha provincia, aunque comenzaron a sonar declaraciones y posiciones de cara al futuro.
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Tras la dura derrota de Macri y Vidal, y mientras los ojos de la opinión pública estaban puestos en los humores por el traspaso de mando presidencial, a fines de noviembre se realizaba un acto político en Florencio Varela donde Emilio Monzó (Presidente saliente de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional) lanzaba su propio espacio dentro de Juntos por el Cambio, donde se mantuvo crítico de los manejos de las altas cúpulas del PRO y la falta de acercamiento y acuerdos con otros sectores políticos (radicalismo y peronismo). Monzó proviene del justicialismo, fue intendente de la localidad de Carlos Tejedor, ministro de Scioli y trabajó con Francisco De Narváez. Su acercamiento con el Intendente de San Isidro, Gustavo Posse, generó chispazos dentro del espacio, que se dilataron con la conformación de un bloque propio dentro de la Cámara de Diputados bonaerense (Bloque Cambio Federal, de cinco diputados, y que redujo la proyección de Juntos por el Cambio en la Legislatura). En octubre habrá renovación de autoridades partidarias dentro del radicalismo y, seguramente estos planteos, marcarán el futuro del partido dentro de la coalición. Los afiliados tendrán la última palabra.
En la Ciudad, único bastión fuerte de tres que pudo retener Juntos por el Cambio, en especial del PRO, el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta sumó a funcionarios relacionados con Monzó en segunda línea de gestión: Nicolás Massot al Directorio del Banco Ciudad, Gabriel Monzó, hermano menor de Emilio, en la corporación de Puerto Madero, entre otros.
La influencia del radicalismo también está presente dada la “fumata de la paz” entre Rodríguez Larreta y Martín Lousteau, quien además de incorporarse a Juntos por el Cambio y obtener una banca de Senador, logró ubicar a un dirigente de su confianza (Guillermo Laje) como futuro Presidente del Banco Ciudad. Habrá que seguir la secuencia Monzó-Posse en Provincia de Buenos Aires, el devenir del radicalismo porteño más la influencia de Alfredo Cornejo, ex gobernador de Mendoza, Diputado Nacional y presidente del comité Nacional de la Unión Cívica Radical, quien tampoco ahorró críticas al ex presidente Macri sobre el funcionamiento de Cambiemos.
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El resurgimiento del PRO se hará efectivo cuando Patricia Bullrich quede ungida en febrero como nueva presidenta del partido, con expresa bendición de Macri. Bullrich pasó a tener un perfil alto dados sus intensos cruces en las redes sociales con ministros y dirigentes del gobierno nacional. También relanzarán la Fundación Pensar, usina de ideas y contenidos aceitados por la alta dirigencia del PRO y que será conducido por Franco Moccia, ex ministro de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires y dirigente fuerte del Larreta. También queda interrogantes sobre la futura proyección de Vidal en la provincia dado el surgimiento de la nueva corriente antes mencionada.
La Coalición Cívica también será parte del futuro de Juntos por el Cambio. Pese a la ausencia de Carrió en la Cámara baja (renunció y tenía mandato hasta 2021), la batuta dentro de ese espacio está en manos de Maximiliano Ferraro (dirigente de plena confianza de Carrió), e iniciaron el año con una jugada fuerte: el pedido de juicio político de la ministra Frederic por “mal desempeño” y por haber cuestionado el resultado de las pericias en el caso Nisman.
Con el temario de proyectos a tratar en el Congreso firmado por el Presidente Fernández antes de abordar el vuelo a Israel, se espera el retorno de acalorados debates en ambas Cámaras. Pero el “reperfilamiento opositor” ha comenzado, seguramente pensando en cómo llegar a competir a las elecciones de medio término en 2021.
