La Argentina es un país que perdió sus formas. La educación, la cortesía, el decoro y hasta la ética pasaron de moda. Lo que se vio ayer en el Congreso es el reflejo de esa decadencia que vivimos los argentinos. Hagamos por un momento abstracción de los nombres propios y del contenido de la ley para despersonalizar el tema. Un gobierno quería aprobar una ley en el Congreso y como no le daban los números sentó en una banca a un individuo flojo de papeles, contaron como si nada y cuando la oposición marcó esta cuestión el presidente de la Cámara les contestó algo así como goles son amores y no buenas razones, el gol con la mano de Diego se gritó igual y vayan a llorar al campito.
Más allá de la humorada el espíritu de la respuesta fue ese. Los miembros de ese oficialismo transgresor lejos de bajar la cabeza y mostrarse apenados celebraban la presencia del “irregular” legislador entre risas y burlas.
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Ahora vayamos un poco para atrás para poder avanzar. A la ley en cuestión se le imprimió una velocidad desaforada a punto tal que obtuvo media sanción en un día mientras otras iniciativas del ejecutivo siguen en veremos. De hecho, con el quórum asegurado gracias a los partidos de izquierda que gritan en público, pero acompañan todas las propuestas de este espacio desde el 2003, bien podían esperar cinco días y llevar el proyecto de ley al recinto cuando asumiera el reemplazo del miembro cuestionado otorgándole legitimidad absoluta e incuestionable a la iniciativa.
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Evidentemente la intención era mandar un mensaje. Querían dejar en claro un “Vamos Por Todo”. Que no queden dudas a propios y a extraños. Queremos un poder ejecutivo hegemónico y si el poder judicial se opone se lo ajusta y si el poder legislativo se interpone se lo avasalla. Tenían margen de sobra para hacerlo por la razón, pero prefirieron mostrar que podían por la fuerza.
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El famoso “Por qué no te callas” del Rey Juan Carlos de España al presidente Chávez tuvo una secuela menos famosa pero mucho más importante para todos los que nos dedicamos a la comunicación política. Para pedir mesura a todos, José Luis Rodríguez Zapatero sentencio “Las formas determinan el ser de las cosas”. Nunca más de acuerdo.
* Especialista en comunicación política
