OPINIóN
Privacidad en riesgo

Los colegios y el uso de la imagen de los menores

La Ley de Protección de Datos Personales exige el consentimiento de ambos padres y al colegio la inscripción de la base de datos, que casi no se cumple.

Nena
Con el devenir de las redes sociales, las escuelas entraron en esa moda de mostrar todo y ventilar la privacidad, aunque en este caso juegan con la de los menores. | Prashant Sharma / Pixabay.

Se acerca el final de las clases y junto con los formularios de las nuevas matrículas, intercalan muchas escuelas la autorización para publicar fotos de los alumnos.

Lamentablemente, con el devenir de las redes sociales, las escuelas entraron en esa moda de mostrar todo y ventilar la privacidad, aunque en este caso juegan con la de los menores. Fotos de los alumnos en un acto, sentados aprendiendo en perfecto orden o jugando felices son postales tan falsas y repetidas en todas y cada una de las escuelas, con perfección milimétrica de un community manager.

No importa para estas empresas afectar la privacidad de los menores, sus clientes hablando bien y pronto, con tal de conseguir nuevos. El mensaje que brindan no sería el mejor para un establecimiento educativo, sobre todo cuando existe una tendencia mundial y muy fuerte de enseñar y alertar sobre los peligros de compartir datos personales, y peor cuando esos datos son de menores de edad.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Cuán expuesta está nuestra privacidad en la redes

Estando en juego el derecho de los chicos a la protección de sus datos personales, claramente la imagen es un dato, no puede haber ambigüedades, no puede haber un consentimiento amplio. Muchas veces esas autorizaciones son redactadas a la ligera, sin un claro compromiso por los derechos y bienestar de los menores. Debe existir un plazo para el uso de la imagen, pero también se debe dejar claro en que redes sociales se publicarán las fotos, la finalidad, quién será el administrador, o el tipo de información que se subirá a la web.

La Ley de Protección de Datos Personales exige el consentimiento de ambos progenitores y requiere al colegio la inscripción de la base de datos, requisito este último que casi ninguna institución cumple. Las fotos son almacenadas por el colegio y por tal razón la institución debe estar registrada para garantizar los derechos de acceso, rectificación y cancelación de los datos, en este caso las fotografías de los chicos. Si como padres queremos la mejor educación para nuestros hijos, debiéramos tener la misma exigencia en el respeto de los datos personales de ellos.

Los padres tampoco deberían publicar

Pero no toda la culpa recae en los colegios, aunque el hecho de que usen la imagen de los menores para publicidad agrava bastante la situación. Del mismo modo es criticable la actitud de los padres en los actos escolares cuando publican fotos de sus propios hijos, pero también de los que están a su alrededor sin pensar en las consecuencias.

La nueva ley europea de protección de datos impacta en Argentina

La patria potestad la mantienen los dos padres, aún divorciados salvo sentencia específica, por lo que cualquiera de ellos se pude oponer a la publicación de fotos de los hijos por la escuela o por cualquier otra persona.

Esta última situación requiere que el padre tome conocimiento de la publicación pero, en el caso que viera en alguna red social la foto de su hijo puede requerir que se borre, independientemente que la cuenta o la configuración del posteo sea pública o privada. Como padres decidimos y debemos proteger la imagen de nuestros hijos menores de edad.

Es una necesidad que los adultos entendamos los peligros de compartir y divulgar información de los menores en las redes sociales. Es entendible que todos los que tenemos hijos nos encante ver y compartir su fotografía. Pero debemos dejar la emoción a un lado para no afectar los derechos de los menores, en este aspecto debe primar la razón.